baile
Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936)
Diccionario histórico de la lengua española (1960-1996)
Diccionario histórico del español de Canarias
baile. m.
1. ~ canario. loc. sust. V. canario.
2. ~ de candil. baile de taifa.
5-ix-1847 Plácido Sansón Revista teatral (p.8): Recomendamos a este actor que estudie mejor sus papeles, principalmente cuando desempeña alguna parte seria, lo que le cuadra tan bien como unos candelabros de plata en un baile de candil, ó como un «de profundis», en una huelga de jitanos. 5-iii-1853 Millares Parrandista (p.244): [...] parrandista es aquel hombre, joven por lo regular, que le agrada mucho dormir de día y velar de noche; cantar á la luz de las estrellas, (porque los faroles se apagan temprano) debajo de alguna ventana, reja ó balcón, puntear bien ó mal una guitarra; y asistir a cuantos bailes de candil llegaren á su noticia en la ciudad y sus alrededores [...]. 1864 (1986) Pérez Galdós Nueve horas (p.37): A los dos pasos tropecé con un antiguo conocido, hombre de flema, si los hay, amigo de sus amigos, gran corredor de bromas; que no hay trapisonda, donde no este, no hay riña que no deshaga, ni hay bautismo de barrios en que no sea padrino, ni baile de candil a que él no asista, ni gira cam[p]estre en que no se halle. 17-vi-1868 (2003) Morera Obra poética (p.69): Donde hay baile de candil/ Hace falta mi presencia/ Porque poseo la ciencia/ De alborotar como mil. 20-iii-1888 Costumbres de esta tierra (nº 63): Donde se ven mejor las costumbres del pueblo son en los bailes llamados de candil, á los que tan aficionados son nuestros campesinos; y aunque ya su nombre no es rigurosamente exacto por haberse sustituido con velas los candiles, queda vigente, sin embargo, como recuerdo del antiguo alumbrado. 1895 (1991) Navarro Recuerdos (p.112): Estos y otros señoritos vagabundos cuando se cansaban de peleas de gallos y de luchas concertadas, promovían frecuentes parrandas e intervenían en los bailes de candil del menesteroso pueblo. 1898 Guillón Barrús El Cacique (p.146): Y Juan se acordó entonces de las cosas más íntimas y más tristes: [...] de los amigos con quienes corriera las primeras parrandas cuando era zagalote, de aquélla despedida tan triste á la madrugada, cuando su padre anciano lo abrazó sobre un peñasco de la costa; de los bailes de candil; de las cencerradas con caracol á algunos recien casados; de las luchas en la era...
1904 Viera Por Fuerteventura (p.78): En los bailes de candil, diremos, parodiando á Cervantes, que todo violín tiene su asiento. Ibídem (pp.98-99): «De Tuineje á Berbería/ se va y se viene en un día». Este dístico fué cantado en un baile de candil. Aún el forastero no había terminado la última palabra del segundo verso cuando los palos zumbaron sobre sus costillas. 1908 (1989) Guerra El justicia del llano (p.161): ¡Si aquello divertía más que el juego de pelota por la tarde, en la plaza, o el baile de candil por la noche, en casa de cualquier vecino! 1916 (1924) Viera Costumbres (p.61): Para dar entonación y viveza de colorido al alegre cuadro que presenta el llamado baile de candil en nuestras islas, es necesario poseer el chispeante gracejo de Ricardo de la Vega o el regocijado numen de Escalante. 1941 Lefranc Turrones (p.173): No os aterre el rebumbio que reina en un cuartito de tres metros en cuadro, donde se está celebrando ─al son de una guitarra, un timplillo, una bandurria y un acordeón─ un baile de candil. Buscad, por el contrario, las ocasiones de ver bailar, de oír, tocar y cantar, isas, folías, saltonas, tajarastes y seguidillas. 3-iv-1959 Hoz Lanzarote (xvii, p.6): Una vez un novio se burló de su prometida en pleno baile de candil, mas ella nada dijo; pero al día siguiente encontraron muerto de un tenicazo al tenorio audaz.
¨Esta denominación, en cierto modo humorística, se debía a los candiles de petróleo, carburo o aceite con que se iluminaba el local donde se bailaba.
3. ~ de (la) parida. Baile que se celebraba durante los nueve días posteriores a dar a luz una mujer.
1806 (1931) Betancourt Diario (p.154): En este Domingo, á la noche, 18 de maio de 1806, en el risco de S. Nicolás, junto al farrobo, estando en un baile de parida, abiendo llegado el corregidor D. Antonio Aguirre, le dieron una pedrada y un palo que aún se dijo que lo derribaron, estando solo sin escribano ni ministros.
1948 (1969) Guerra Cuentos ii (p.88): Se dio una noche el caso de venir de un baile de parida un matrimonio y tres hijas [...]. 1955 Jiménez Mitos (p.30): Todo esto dio origen, igualmente, a los «bailes de la parida», organizado no sólo para distraer a las amistades, sino para, como ellos decían, «matar el tiempo» o «matar el aburrimiento», ocurriendo a veces que en lugar de ser esto último, enfermaban o mataban a la parturienta con tanta juerga. 1955-56 (1977) Guerra Memorias (p.272-273): Ya no me acuerdo bien si era una taifa corriente, o un baile de parida, o que repicaban abajo por San Miguel o el Socorro y el campaneo estiraba hasta allí su convite a holgar y a correrla a pelo y pelado, según se estilaba entre «colingos» antes, que hoy, si le digo, lo engaño.
¨Durante los nueve días que duraba la vela de parida, cada noche se celebraban diversos festejos, y especialmente el baile, que culminaba el noveno día con el baile de última.
4. ~ de los muertos. Baile que celebraban padres, padrinos y familiares de un niño muerto, al son del tambor, las chácaras y la flauta, que duraba algunas horas y terminaba con el ritual de prender con alfileres en la mortaja flores y trocitos de cintas, como mensajes para los seres queridos con los que se encontrará en el cielo.
1901 (1985) Bethencourt Alfonso Respuestas (p.261): Por los antecedentes que he recogido se puede asegurar que antiguamente celebraban en casi todo el Archipiélago los funerales de los angelitos con jolgorios, bailes y banquetes. Como resto de esa costumbre podemos citar en la actualidad «el baile de los muertos», en Valle Gran Rey, de La Gomera que al presente celebran a puerta cerrada por la propaganda en contra que se hace.
¨Es costumbre hoy desaparecida.
5. ~ de los palos. Baile de hombres y mujeres que, a ritmo de la música, unos frente a otros van chocando sus palos.
1911 (1994) Bethencourt Alfonso Historia ii (pp.360-361): O los guanches tuvieron más de una danza pírrica o se transformó la que usaban, pues a dicho género referimos el conocido entre los pueblos chasneros, hasta el primer tercio del siglo pasado por el baile de los palos. [...] Varias parejas de ambos sexos, provisto cada individuo de un par de palos de leñablanca, colocábanse formando dos filas paralelas una de hombres y otra de mujeres, quedando de frente las respectivas parejas. Al compás de la música, comienza el baile rompiendo el hombre con el pie derecho y la mujer con el izquierdo, dando dos alzas de pie alternando sin cambiar de sitio, seguido de un balanceo del hombre sobre su derecha y de la mujer sobre su izquierda con tres medios pasos coincidiendo al quinto de este total de pasos un choque de los palos de la diestra de la pareja, parando en cuarta alta de la esgrima del sable. Terminado este movimiento completo le sucede otro igual pero en sentido contrario, chocando los palos de las manos izquierda en cuarta alta al quinto paso; luego se repite el primer movimiento para chocar los palos en prima baja, seguido de otro para chocar en segunda. Viene seguidamente otro movimiento que termina con el choque del palo de la mujer sobre el del hombre, que le da la espalda con el palo tendido atrás y abajo, sucediendo otra figura igual quedando de espaldas la mujer; para luego dar comienzo a un séptimo movimiento en que las parejas dan una vuelta completa sobre sí mismas, chocando cada cual sus dos palos al compás de la música mientras se dirigen a ocupar la fila opuesta a la que tenían al romper el baile para cambiar de pareja; finalizando con el séptimo movimiento el ciclo chocando las nuevas parejas los cuatro palos. Por manera que las parejas van cambiando a la terminación de cada ciclo, terminando el baile cuando vuelven a encontrarse las primitivas, que se despiden saludándose con los palos como los oficiales del ejército con las espadas.
¨No se ha encontrado más referencia a este baile que la del ejemplo transcrito.
6. ~ de los tres. Baile típico, al parecer antecedente directo del actual tango herreño.
1779 (1983) Urtusáustegui Diario (p.42): La noche del día 11 la pasé en la casa del sargento, y aquella pobre gente para manifestar su regocijo, me obsequiaron con una huelga de bailes a su modo, que desempeñan con mucha agilidad, así hombres como mujeres, especialmente una especie de contradanza muy bonita, que llaman cruzar o el baile de los tres, compuesto de un hombre que ha de ser ligero y robusto, y de tres mujeres, muchachas y ágiles, al son de cierto guinso o tambor y flauta, cantando en este interín endechas o corridos con mucha gracia y expedición, aunque en tono melancólico: esta danza es peculiar de esta Isla y consta de varias figuras.
¨Según Siemens Música (p.47), el tango de la isla de El Hierro acaso puede identificarse «con el baile de tres observado allí como cosa pujante todavía a finales del siglo xviii».
7. ~ de taifa. Baile que se hacía en local cerrado con estricto control de las personas que entraban en el recinto. Los hombres pagaban al dueño u organizadores una taifa [1ª acep.] con derecho a entrar y bailar solo dos o tres danzas, debiendo de salir y pagar nueva contribución si querían continuar.
c1860 Pérez Galdós Voces (p.135): Táifa Baile de. 1899 Moreno Cuadros (p.262): En aquellos revueltos tiempos tuvieron su origen, en lugares non sanctos, los célebres remedos de inmundas lupercales que se denominaron bailes de taifas, sin que pueda precisar el por qué ni la analogía de tal denominación.
7-x-1908 Jable (El País i, p.1): Celebrábase un baile de los llamados de «taifa», en la casa de Francisca Zerpa, conocida por la «Pichina», situada en el Risco de San Nicolás. 1916 (1924) Viera Costumbres (p.61): No queremos hablar de los nominados bailes de «taifa», que se celebraban a menudo en los barrios suburbanos de Santa Cruz de Tenerife y en los de Las Palmas, como el de San Pascual Bailón, que dura mientras se extinga el último cabo de la última vela de sebo [...]. 1916-17 (1986) Quesada/Rodríguez Yáñez Banana Warehouse (p.234): ─Y tiestos, niña. Nosotros teníamos una que nos pedía permiso todos los domingos para ir a la Alameda, y después para quedarse en casa de su hermana, y nos enteramos que donde iba era al Risco, a los bailes de taifa. 1924 Millares Léxico de GC (p.169): Taifa. Concurso o reunión. Voz moruna, importada por los marinos de la Costa de África. ¡Los bailes de taifas! 23-xii-1946 (1976) Guerra Cuentos i (p.358): Un tenderete como los antiguos; la fiesta más caliente y popular de toda la isla, lo único que queda de esa mezcla peliona de turrón y ron con tufo, de piñas y bailes de taifa. 1955-56 (1977) Guerra Memorias (p.162): Se acordó de algo que había hecho más de una vez en los bailes de taifa de los riscos de su tierra [...].
¨Señala Siemens Música (p.55) que «A principios de nuestro siglo estos bailes de taifas constituían ya un motivo de gran atracción en los medios populares de las islas, dándose lugar en ellos a numerosos líos y disputas sobre el límite de los derechos que obtenía quien pagaba religiosamente su taifa. La clerecía, durante el período de puritanismo que siguió a la terminación de la guerra civil del 36, consiguió abortar este tipo de prácticas populares manipuladas, las cuales se vieron asimismo desplazadas por el paulatino auge de este tipo de actividades en las nuevas sociedades recreativas de los pueblos y suburbios y donde la música popular tradicional fue radicalmente sustituida por las canciones y ritmos de moda».
8. ~ de última. El último baile de (la) parida, a los nueve días de nacer el niño.
12-i-1942 (1976) Guerra Cuentos i (p.277): Un baile de «última» en Fuera de la Portada, ca Isidrito el «Talayero». Al fondo, la cama, con la señora y el crío.
¨Siemens Música (p.54) indica que «los bailes en casas particulares se habían practicado antes en los medios rurales, como culminación de las "velas de parida" en los bailes llamados de "última", un tipo de reuniones sociales que, por su carácter nocturno, dio lugar a que cuando no se celebraban con ocasión del noveno o último día de la velada, se les diera el nombre de "bailes de candil"».
9. ~ del gorgojo. Danza relacionada antiguamente con prácticas de brujería, que se bailaba de noche en lugares apartados, en cuclillas y dando saltos, y algunas veces aparecían los danzantes completamente desnudos. Fue luego un baile picaresco, que se celebraba entre personas que se conocían entre sí para divertirse.
5-iii-1683 (1903) Inquisición (p.870): [...] bailaba de noche a la media noche, desnuda, el baile del gorgojo que es de cuchillas (sic) dar saltos [...].
¨Es un baile desaparecido, pero del que todavía había recuerdo en personas mayores hasta hace unos años. Con el acompañamiento de una o varias guitarras comenzaba el baile, dando todos saltos de cuclillas. Un hombre cantaba la primera estrofa y avanzaba entonces solo, saltando, hasta una mujer que había elegido y, emparejados, bailaban juntos el uno frente al otro, mientras los demás, siempre saltando de cuclillas en su sitio, iban turnándose en cantar la estrofa e ir hacia su pareja para incorporarse a la danza, cada vez más confusa y desordenada puesto que el tocador o tocadores iban acelerando el tempo poco a poco, para que todos tuviesen que saltar más aprisa. Como se ve por el ejemplo, es una danza antigua con evidentes componentes brujeriles y eróticos, que sin duda la condicionaron.
10. ~ del santo. Danza que se bailaba en las reuniones de vecinos y de forasteros, en la isla de El Hierro, y generalmente versaba sobre amoríos. En estas reuniones entraba un hombre bailando en unión de una mujer; ambos simulaban que se enamoraban hasta hacerse novios o salir enfadados. Entre ellos había cantos de endechas y contestas.
1891 Verneau Cinq années de séjour aux Îles Canaries (p.376): Deux autres danses, le vivo et le santo, méritent une mention. L'une n'est exécutée que par deux danseurs, un homme et une femme [...]. L'autre danse est plus gracieuse: c'est une sorte de quadrille dans lequel chacun des exécutants s'accompagne de castagnettes. [(p.272): Otros dos bailes, el vivo y el santo, merecen una mención. Uno es ejecutado por dos bailarines, un hombre y una mujer. [...] El otro baile es más gracioso. Es una especie de contradanza en la cual cada uno de los ejecutantes se acompaña con castañuelas].
¨El baile ha desaparecido desde hace tiempo, pero continúan interpretándose las viejas canciones con que se acompañaba, por los grupos folclóricos de la isla.
11. ~ del tambor. Danza, seguramente de origen prehispánico, de filas enfrentadas de hombres y mujeres. El elemento más atractivo de este baile ancestral es el uso de las chácaras.
1957 (2001) Navarro Correa Habla Valle Gran Rey (p.116): tambor (baile del).- Baile similar al que en Tenerife se denomina tajaraste. Se baila al compás de tambores y chácaras. El toque del tambor suele acompañarse del canto de un romance, que entona el solista mientras los otros músicos y la concurrencia corean el pie de romance. Este consiste en un pareado octosilábico, con la misma rima del romance. Es creación del solista, quien lo repite dos veces para que lo aprenda el coro. A continuación el solista empieza el canto del romance, y cada dos versos el coro repite el estribillo o pie de romance.
¨Señala Siemens Música (p.49) que «Otro baile de filas enfrentadas de hombres y mujeres que ha llegado con gran pujanza hasta nuestros días en la isla de La Gomera es el baile del tambor, llamado también tajaraste gomero. El tajaraste consiste, efectivamente, en un baile ejecutado sobre un corto esquema rítmico muy característico, cuya estructura es bien conocida en relación con los antiguos ritmos populares de tambor y, en particular, con el de una popular danza barroca europea llamada precisamente "le tambourin". De qué forma llegó esta conocida danza a Canarias y fue adoptada por el pueblo es algo todavía por investigar».
12. ~ del Vivo o del vivo, (~ de) El Vivo o Vivito. Danza pantomímica realizada por una pareja en la que la mujer hace los movimientos habituales para peinarse y arreglarse mientras el hombre la imita burlescamente. Mientras ella se desplaza y lo cerca, trata de distraerlo con sus gesticulaciones para tirarle al suelo de un repentino manotazo el sombrero con el que está tocado, culminación que marca el fin de la danza y la entrada de dos nuevos bailarines.
1891 Verneau Cinq années de séjour aux Îles Canaries (p.376): Deux autres danses, le vivo et le santo, méritent une mention. L'une n'est exécutée que par deux danseurs, un homme et une femme; presque sans changer de place, ils sautent en même temps qu'ils se livrent à des improvisations qui, d'ailleurs, n'ont rien de fort poétique. [(p.272): Otros dos bailes, el vivo y el santo, merecen una mención. Uno es ejecutado por dos bailarines, un hombre y una mujer. Casi sin cambiar de sitio daban saltos, al mismo tiempo que se dedicaban a improvisaciones que, por otro lado, no tienen nada de poéticas].
1906 (2004) Magdaleno Paseo por Hi (p.91): [...] el 2, soirée en casa de Juan; se bailó el «Vivo», el «Fraile» y el «Tango». 1931 (2004) García Ortega Por la tierra de Armiche (p.168): Ha comenzado el espectáculo; primero el «Tajaraste», que no me impresiona porque lo he visto repetidas veces en las romerías tinerfeñas; luego el «Santo Domingo» y el «Redondo», que no se diferencian en mi concepto de las danzas que bailaban delante de la Virgen; han dejado para el final el «Tango», que era el baile popular de El Hierro, y el «Vivito», esperado con ansiedad por la apretada concurrencia. 24-vi-1936 Jable (Gaceta de Tenerife, p.4): Baile del «Vivo» por las mismas parejas, en el cual las mujeres procurarán con extrañas figuras tirar el sombrero a los hombres. 1944 Casas Tipismos (pp.37-38): Son curiosas las procesiones de la isla del Hierro porque en todas ellas ante la imagen se baila el llamado baile del «vivo». Es este un baile de una supervivencia y continuada tradición maravillosa. En él no ha influido lo más mínimo los otros bailes canarios; a pesar de ser un baile tan antiguo conserva sin la más ligera alteración cada una de las caprichosas figuras que existieron desde sus comienzos. [...] Van las parejas con el traje isleño cantando al compás del tambor y de la flauta. En las procesiones largas las parejas se van relevando y a veces hay apuestas sobre quien aguanta más tiempo, reservándose luego un premio a la pareja que más haya tardado en cansarse. 1947 Jiménez Danzas (p.306): El vivo. Es este un baile extraño, en el que el hombre y la mujer hacen un papel interesantísimo y difícil. Intervienen en este baile suelto, de bellos y graciosos movimientos, que ponen de manifiesto la agilidad, inteligencia y picardía de los ejecutantes, un hombre y una mujer vestidos con la indumentaria típica, siendo imprescindible en el hombre llevar tocada la «cachorra». El baile de El Vivo es de mímica, a base de graciosas posturas que inicia la mujer y trata de imitar el hombre. El objeto principal de este baile suelto es quitar la mujer al hombre el sombrero que éste lleva, operación un poco difícil por los movimientos que ambos realizan sin perder el compás del baile. La mujer se contonea airosa y simpática, se achica, revolotea con movimientos sosegados en pos del hombre, al propio tiempo que con sus manos lleva a cabo diversos movimientos que indican arreglo de cara, bigote, etc., que el hombre trata siempre de imitar. Ella dirige toda su habilidad y golpes certeros a quitar el sombrero al hombre, movimientos que él, con garbo y picardía, esquiva. Con el logro de ella se termina el baile, saliendo entonces otro hombre a bailar con la misma, repitiéndose así la danza. [...] El baile de El Vivo, a pesar de su ingenuidad, nos trae el recuerdo de algunos bailes eróticos africanos, especialmente cuando el hombre, en el apogeo de la danza, corteja a la dama, esquivando al propio tiempo los certeros golpes de ésta para quitar el sombrero.
¨Típico de El Hierro, se mantiene vigente en el folclore de esta isla.
13. ~ jilao. Baile que interpretan varios hombres, por lo general cuatro, colocados frente a frente, dos a dos, sin cambiar de lugar y haciendo sonar las castañuelas, y en el espacio comprendido entre los bailadores, las mujeres, en número igual a la mitad de éstos, danzan con suaves evoluciones, esquivando a los hombres y simulando que hilan con movimientos de los brazos y las manos.
1944 Casas Tipismos (p.38): En Santo Domingo (Garafía), en una ermita llamada de San Antonio del Monte, situada en la espesura de un bosque, se celebra también una típica romería anual. Hay para esta fiesta un baile propio llamado «jilao». Tampoco ha influido en él ningún otro baile. Es completamente distinto al del «vivo» aunque, como éste, es bailado por parejas y acompañado por tambores, flautas y castañuelas. Se cantan en él las llamadas «relaciones» entre un hombre y una mujer.
¨Es conocido también este baile con el nombre de baile de las hilanderas (vid. el decan i).
14. mandar alguien el baile. fr. Dirigirlo. Tb. fig.
12-i-1942 (1976) Guerra Cuentos i (2, p.277): Manda el baile el padrino, un «talayero» con bigote de retrato antiguo. 1948 (1969) Guerra Cuentos ii (p.65): ¿Pero qué es jeso que traes jay? ─preguntó el vecino que mandaba el baile, viendo aquel desastre de caja y echando al insulto natural todo el teatro que podía. a1959 (1983) Guerra Entremeses (p.525): Lo sierto es que se emperró y bailó. Y estaba mandando el baile náa menos que el matón de Isidro el Mulo...
¨El decan i restringe su uso a Gran Canaria. De la acepción general que es «dirigir el baile» se pasa a «dominar o gobernarlo todo».
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