La preposición a
La preposición a es, junto con de, la que posee más usos en español, ya que puede introducir todo tipo de complementos de verbos, sustantivos, adjetivos o adverbios, así como construcciones que desempeñan otras funciones gramaticales. Estos son algunos de los más destacables:
• Introduce el complemento indirecto, sea en concurrencia con pronombres personales átonos (Se lo dije a Manuel; Le di el regalo a María) o sin ellos (Los impuestos que entregamos al Estado).
• Complementos de destino, término o límite: Voy a Murcia; Llegó a final de mes.
• Complementos que indican localización espacial:
esperar a la entrada, sentarse a la mesa, quedarse a la puerta, ponerse al sol, tumbarse/acostarse a la sombra.
• Dirección u orientación: La fachada daba al sur.
• Localización temporal: Llegó a las tres; Sucedió al amanecer.
Expresiones como Estamos a mayo o Estábamos a jueves son propias solo de algunos países.
• Finalidad: Vengo a que me ayudes; Se ha ido a hacer un recado.
• Distribución, a menudo en concurrencia con por:
cuatro viajes al año (… por año); tres veces a la semana (… por semana); libros a tres euros (… por tres euros).
• Modo o manera, a menudo formando parte de locuciones:
cocinar a fuego lento, hablar a gritos, andar a tientas, caminar a ciegas.
• Precediendo a un infinitivo, puede expresar nociones como condición (A no ser por ti, no me hubiera atrevido), causa (Al no estar ella disponible, buscaron a otra persona) o tiempo (Al llegar a la estación, tomaron un taxi).
• También con infinitivo, forma parte de expresiones imperativas: ¡A callar!
Se utiliza habitualmente la fórmula «a + infinitivo transitivo» en secuencias como el dinero a repartir, la política a seguir, los errores a corregir, obstáculos a superar, cuestiones a resolver, los pasos a dar, las cantidades a deducir, la reunión a celebrar, medidas a tener en cuenta y otra similares. A pesar de su extensión, se recomienda emplear en su lugar variantes con otras preposiciones (el dinero para repartir, cuestiones por resolver) o con relativo (No había más cuestiones que resolver).
LA PREPOSICIÓN A EN EL COMPLEMENTO DIRECTO
Como regla general, el complemento directo lleva la preposición a cuando hace referencia a personas u otros seres animados, y no suele llevarla cuando designa cosas. Existen, sin embargo, numerosas excepciones, así como algunas alternancias y ciertos casos dudosos:
• Llevan siempre la preposición a los nombres propios de personas y animales:
Ayer vi a Manuela; Tienes que sacar a Canelo.
• Los nombres comunes de personas y animales llevan preposición cuando van precedidos del artículo u otros determinantes que los identifiquen:
Ayer vi a mi amiga; Tienes que sacar al perro.
No la llevan cuando no son identificables, bien por ir sin determinante, bien por ir precedidos de un u otros indefinidos:
La universidad debe formar investigadores; Causaron muchos heridos.
Con un/una se dan numerosas alternancias. Obsérvese la diferencia entre Busca (una) traductora (‘alguna, la que sea’) y Busca a una traductora (‘una en particular’).
• Los nombres de cosa no llevan a, salvo que exista personificación:
Quiero un helado/Todos temen a la muerte; Algunos adoran al sol.
• La regla general tiende a suspenderse en algunos casos:
–Cuando un sujeto y un CD con referentes inanimados son permutables:
La virtud vence al vicio/El vicio vence a la virtud.
A veces, son posibles las dos variantes: La columna tapa el (al) cartel.
–Circunstancias en las que el CD con referente animado coincide con otro complemento que se construye con a:
Entregaron al culpable / Entregaron el culpable a la policía.
• La presencia y la ausencia de la preposición dependen también de la naturaleza semántica del verbo. Así, hay verbos, como ayudar o servir, que exigen siempre la preposición (Ayuda a los enfermos), mientras que otros, como los existenciales haber o tener, no la llevan nunca: Hay muchas personas; Isabel tiene dos hijos.
Hay, incluso, casos en que se admiten las dos opciones (Es difícil parar (a) un tren en marcha) y verbos que cambian de significado en función de la presencia o ausencia de la preposición:
abandonar un pueblo (‘irse de él’)/abandonar a un pueblo (‘no cuidarlo’).
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
El buen uso del español [en línea], https://www.rae.es/buen-uso-español/la-preposición-a. [Consulta: 03/07/2024].