Tesoro de los diccionarios históricos de la lengua española

aneroido

Diccionario histórico de la lengua española (2013- )

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aneroido adj., s. (1851-1906)

aneroido

Etim. Calco del francés aneroïde, adjetivo atestiguado al menos desde 1847, si bien diversas fuentes suelen señalar que la patente efectuada por L. Vidi, quien designa ese barómetro construido sobre un nuevo principio "baromètre anéroïde", se remonta a 1844 (véase, por ejemplo, el vol. 24 de Comptes rendus hebdomadaires des séances de l'Académie des sciences, p. 975: "M. Vidi présente un baromètre construit sur un nouveau principe, et qu'l désigne sous le nom de baromètre aneroïde. Cet instrument se compose d'une boîte métallique dans laquelle on fait le vide"); y esta, a su vez, de ner(o)- 'humedad' (del griego nērós), con a- y -oïde (cf. TLF, s. v. aneroïde). Cf., no obstante, italiano aneroido, atestiguado en la pieza titulada “Barometri Aneroidi, per E. F. Jest” publicada en el número del 7 de agosto de Il Mondo Illustrato (p. 511: “barometro aneroido”).

Se documenta por primera vez como adjetivo, con la acepción de 'que carece de líquido y, en particular, de mercurio', en un anuncio de 1851 publicado en El Heraldo (Madrid) ; en todos los testimonios espigados, aneroido actúa como modificador del sustantivo barómetro . Como 'barómetro que carece de mercurio, consistente por lo común en una cápsula metálica en cuyo interior se ha hecho el vacío y en que la presión atmosférica actúa sobre las paredes que, al deformarse, mueven, por medio de un sistema de resortes, una aguja interior, mientras que, en ocasiones, otra aguja exterior actúa como recordatorio del último registro de presión atmosférica', se registra en 1858, en el Informe al supremo gobierno del Perú sobre una espedicion al interior de la república de G. Nostrom.

ac. etim.
adj. Que carece de líquido y, en particular, de mercurio.

ac. etim.
s. m. Barómetro que carece de mercurio, consistente por lo común en una cápsula metálica en cuyo interior se ha hecho el vacío y en que la presión atmosférica actúa sobre las paredes que, al deformarse, mueven, por medio de un sistema de resortes, una aguja interior, mientras que, en ocasiones, otra aguja exterior actúa como recordatorio del último registro de presión atmosférica.