batea

Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936)

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batea

 

batea. (De orig. antillano). f. Artesa de madera.

                1885-88 (1980) Grau-Bassas Usos (p.29): Si es caldo o potaje lo que se va a comer, se separa una parte en una borsolana de hoja de lata o batea de madera [...]. a1887 (1993) Maffiotte Glosario (p.42): Batea. s.f. Achicador; cuchara de madera para achicar el agua en las embarcaciones. Gaveta.

                1911 (1994) Bethencourt Alfonso Historia ii (p.428): Metían la harina en una batea de madera añadiéndole sal en la proporción de una gogia por almud y después, a medida que la revolvían, iban vertiendo agua caliente hasta la cantidad que llevara para formar la masa, que sobaban perfectamente con las manos. Ibídem (p.429): De la cocina guanche. Utensilios. Tabites u ollas grandes y pequeñas, tofios o calderos de barro, gánigos o cazuelas, tofes o tostadores, tofes pequeños o sartenes de barro, bateas de madera, almireces de madera o piedra, cucharas de olla de madera y asadores de balo. c1920 Pérez Armas Escenas marineras (p.8): Después de atracarse de un «escaldón» de «gofio» y caldo de pescado, servido en las correspondientes bateas, se habían comido media docena de sandías [...].

¨A juzgar por los datos con que se cuenta, no parece haber sido voz de mucho uso en las islas. No obstante, todavía es posible oírla, especialmente en el léxico marinero, que es quizá donde siempre se utilizó con mayor intensidad y el que propició su introducción en el archipiélago. El lmp 3 (389 «Gamella») la registra en las islas de Fuerteventura, Gran Canaria, La Graciosa y Lanzarote, y uno de los dos informantes grancanarios «hizo constar con hincapié», que la batea es de madera. También se encuentra en el aleican ii (563 «Palangana»), en una sola localidad de Tenerife, y ii, 602 «Vasija para lavar», en sendos puntos de El Hierro y Tenerife). En el drae-01 se registra con varias acepciones muy próximas entre sí, de modo que unas podrían incluirse en otras: «Bandeja o azafate, normalmente de madera o con pajas sentadas sobre la madera», «bandeja ( pieza para servir)», «dornajo ( especie de artesa)» y «Am[érica]. Artesa para lavar». Interesa especialmente esta última. La documentación americana de batea es muy antigua. Boyd-Bowman proporciona varios ejemplos del siglo xvi, el primero de los cuales es de 1528 y el último de 1548, mientras que el dcech i retrasa un poco la primera documentación, a 1521, en «Alonso Zuazo, Méjico». También aparece registrada en los primeros textos lexicográficos americanos, como el de Pedro Simón, en 1627, para quien «Batea, es lo mismo, que dornillo, o tornillo en Castilla, hecha de madera de vna pieça en que lauan los paños y siruen de otras cosas», y el de Ayala, hacia 1751, quien le da entrada en plural: «Bateas: son unas basijas de una pieza de madera de todos tamaños recojidas en su asiento y abiertas de boca, de tal modo que las mayores sirven de vaños, y las que tienen dos pitones o assas pequeñas para labar el oro, como quien cierne para apartar las arenas». Sobre la etimología de batea hay disparidad de criterios. La Academia misma ha variado de opinión, pues en el drae-36/39, cuando incluyó como sexta acepción «Perú. Artesa para lavar», la etimología que proponía era la de «Voz caribe»; sin embargo, a partir del drae-70, la sustituye por «Del ár[abe] batiya, gamella». En el drae-01 se dice que proviene «Del ár[abe] hisp[ánico] *batiha, y este del ár[abe] clás[ico] batihah, lugar liso». Frago Gracia Hist. esp. América (p.240, n.90), frente al parecer de Corominas (vid. el dcech i), que «se inclina, aunque no categóricamente, por rechazar el origen americano de» batea, y de Federico Corriente, que «afirma rotundamente el arabismo de batea, a propósito del portugués bateia, aunque sin argumentos documentales ni determinación semántica», estima que se trata de un indigenismo americano, debido al «registro notarial que de batea descubrí en texto sevillano de 1510, donde se sitúa este objeto junto a una hamaca y una macana en caja que venía de Indias». El mismo autor (p.241) incluye batea entre los indigenismos léxicos que «procedentes de las Antillas, fueron expandidos por Sudamérica por los mismos colonizadores españoles». Morínigo también señalaba en su diccionario que batea era «Voz probablemente taína», mientras que López Morales (p.34) escribe al respecto que «La batea tuvo múltiples usos, pero aquí hacemos referencia a la 'batea de lavar', recipiente utilizado en la búsqueda del polvo de oro arrastrado por los ríos. El indigenismo, no arahuaco sino iñeri de Las Antillas Menores, no hubiera pervivido mucho una vez agotada la escasa producción aurífera de la región, si no hubiese sido porque la expresión 'batea de servicio' se manejó mucho como instrumento de cocina, pieza clave primero en la elaboración del cazabe, y después, de variado uso casero. Esta segunda acepción le aseguró una vida más prolongada en el español caribeño, pero no triunfó en la lengua general, que para entonces prefería artesa o bandeja. En Las Antillas mismas, batea fue restringiendo su significado cada vez más».

2. barqueta [= cesta más larga que ancha, de caña, pírgano o mimbre, alta o baja, habitualmente con asa en el centro y a veces con tapa].

                a1887 (1993) Maffiotte Glosario (p.41): Barqueta. s.f. Cesta larga con asa que llevan los criados al hacer la compra. En algunas partes la llaman Batea. Ibídem (p.42): Batea. s.f. Cesta para la compra. Barqueta.

¨La única información sobre este uso proviene de Maffiotte. Hoy no hay rastro de tal identificación con barqueta.

3. Bautizo.

                1946 Álvarez Delgado Ecero (p.156): [...] en El Hierro se usa [...] «batea» (en toda Canarias se usa «bateo» y «batiado» para indicar un bautizo, por lo menos muy usualmente en Tenerife con empleo popular, y el verbo «batear» 'bautizar', lo hallamos empleado en Sedeño, Manuscrito editado por Darias Padrón, pág. 46: «bateóla el obispo D. Juan Frías...»).

¨Aunque se ha solido considerar esta acepción como perteneciente a un signo distinto y, por lo tanto, se hayan separado habitualmente dos entradas diferentes, homónimas (vid. el decan i), el que entre las varias hipótesis que Corominas (dcech i) formula para explicar el origen de la palabra batea, esté la de que «sea un mero postverbal castellano del antiguo batear < baptizare 'bautizar' (todavía usual en el siglo xvi [...]) con el sentido primitivo de 'pila bautismal'», ha hecho que se presente aquí la acepción como un significado más de una única entrada polisémica. Sin duda, el que en El Hierro tenga batea el valor de 'bautizo', le da cierto aval a la propuesta etimológica de Corominas, la cual habría que indagar en profundidad. En cualquier caso, es hoy un sentido totalmente marginal, en vías de desaparición, que debe responder a un uso antiguo por el momento no documentado, no solo en Canarias sino también en el español peninsular, donde lo que se encuentra es bateo (vid. el dcech i, s.v. bautizar).

 

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