buceador

Se documenta por primera vez, con la acepción de 'persona que, por oficio o afición, se sumerge en el agua para realizar alguna actividad', en 1800, en las Instituciones del Derecho público general de España  de R. L. de Dou Bassóls. Como adjetivo, con la acepción '[animal o embarcación] que se sumerge y desplaza bajo el agua', se registra en 1834, en  la  Traducción de las Obras completas de Buffon, donde modifica al sustantivo ave, pues frecuentemente se utiliza para describir el comportamiento de algunas aves que capturan peces tras introducirse bajo la superficie del mar. Con la acepción de 'persona que examina o investiga algo a fondo', se atestigua en 1903, en un artículo de Alma Española (Madrid). Por último, como '[cosa] que profundiza hasta lo íntimo u oculto', se atestigua desde 1908, en un artículo de Por esos Mundos (Madrid).