casar

Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936)

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casal, casar

 

casal, casar. (Del port.). m. Casa de campo.

                22-vi-1557 (2002) Protocolos de D.Pérez iii (1287, p.248): Gonzalo Yanes, hacedor de Juan de Monteverde, capitán general y alcalde de las fortalezas de esta Isla, dice que otorgó su poder a Andrés Blas, vecino del lugar de Omuíño, feligresía de la Magdalena, de la ciudad del Puerto de Portugal, para emplazar un casal que tiene en el soto de dicha feligresía y para recibir las escrituras del plazo, arrendar el casal y cobrar sus rentas. [...] da poder especial a Manuel Pinto, abad de San Adrián y de Santa María de Dos Iglesias, junto de Arrifana de Sosa, término de dicha ciudad de Puerto, ausente, para pedir el plazo y escrituras que Andrés Blas tiene del casal, y otras cualesquier a su derecho tocantes. También las rentas que ha cobrado del casal y otros bienes y deudas que por él ha recibido. Pareciendo no haber cobrado Andrés Blas las rentas del casal de los arrendadores que lo han tenido, los podrá pedir y recibir, y arrendarlo a quien quiera. 15-vii-1558 (2002) Ibídem (1575, p.415): Posee un casal en la feligresía de la Magdalena, en el soto que es forero al monasterio de Paso de Sosa, Señorío de don Palo Perera; casal que tiene emplazado por tres vidas, él la primera. 26-xi-1560 (2005) Protocolos de D.Pérez iv (1947, p.147): Venta que Gonzalo Yanes... con autoridad que tiene del Sr. don Pablo Perera, prior del monasterio de la Magdalena, del Pazo de Sosa, hace a Nicolao Hernández, v[ecino] de la ciudad del Puerto de Portugal, ausente y a Juan Fernández Sodre, natural y v[ecino] de la villa de Guimaraes, est[ante], en su nombre, presente, de un casal que tiene en dicha feligresía de la Magdalena que se dice «El Soto», tributario al referido monasterio del Pazo de Sosa, con lo anexo al casal, por los términos y plazos que Gonzalo Yanes lo tiene del monasterio, y con la carga del fruto que cada año está obligado a pagar a Perera o al que después le suceda en la abadía del monasterio...

¨Según el dcech i (s.v. casa), casal, con los significados de 'conjunto de casas, casa solariega', 'ruinas, lugar que había estado habitado', se documenta en los «Fueros de Aragón de h. 1300, vid. Tilander, y en otras fuentes aragonesas, judeoespañolas, leonesas y andaluzas». Vid.t. los ejemplos que aporta el dhle-33/36. El drae-01 remite, en la primera acepción, a «casa de labor»; la segunda es «Solar o casa solariega»; la tercera, «Solar sin edificar», localizada en Álava, y la cuarta, también alavesa, «Sitio donde hubo edificios». En Canarias, debió de ser un portuguesismo de poca vitalidad no es hoy palabra usual, ya que en esta lengua, que tanta influencia tuvo en el español hablado en la isla de La Palma, se conoce el término desde el año 870, según señala Machado ii.

2. Pareja de animales, especialmente aves, constituida por un macho y una hembra. Tb. pareja de hombre y mujer, y especialmente pareja de hijos.

                h1770-84 (2007) Quesada Canaria Illustrada (p.11): [...] dentro de la qual le mandò Dios à Noè que se entrase con su esposa; sus tres hijos Sem; Cham, y Japhet, y las tres sposas de ellos, y algunos pares de todo genero de animales asi reptiles ô terrestres, como volatiles ô aves, porque de estas aves fueron siete pares casales, y de los animales terrestres hubo alguna disti[n]cion.

                1846-66 (1982) Álvarez Rixo Historia del Puerto de Arrecife (p.86): Los conejos blancos que se han propagado aquí bastante bien, los introdujo el año 1806 el bachiller D. Graciliano Afonso al venir de Mogador, en que regaló dos casales a su amigo D. Manuel J. Álvarez en cuya casa asistió. 1864 (2003) Martínez de Escobar Nueve horas (p.112): [...] al fin la víctima no tuvo otro remedio que lamentar la pérdida de su querido casal [de conchinchinas], que del corral pasó a nuestros estómagos en una noche de trueno [...]. a1887 (1993) Maffiotte Glosario (p.53): Casar. s.m. Pareja de animales domésticos, macho y hembra.

                1918 Reyes Serie de barbarismos (pp.46-47): (No digáis) Casal. Tengo un casal de pichones. (Decid) Pareja (amer. casar). Tengo una pareja de pichones. 1932 Millares Cómo hablan los canarios (p.35): Casar. No es verbo, aunque así lo parezca, sino sustantivo. En el lenguaje colombófilo un casar de palomas es la pareja fundadora del nido, destinada a la reproducción de la especie, con fines estéticos o mercantiles. En la familia humana tiene el mismo significado el vocablo que hoy nos ocupa. ¿Cuántas hijas tiene usted, mi buen amigo? Hasta la fecha, un casar (esto es, la pareja de macho y hembra, alegría y orgullo de los padres). 1955-56 (1977) Guerra Memorias (p.70): [...] en una ocasión a mi madre se le antojaron tórtolas. Como no era tiempo de ellas, mi padre bajó a la ciudad y le untó el beso al sacristán de Santo Domingo, a fin de que le diera bajo mano [...] el casar que sacaba en lo alto de su trono la Candelaria de la vieja y querida parroquia de Vegueta. Ibídem (p.278): Vivan la novia y el novio,/ la madrina y el padrino;/ vivan los padres también/ de este casar tan cumplido. 1959 Alvar Tenerife (p.151): casal 'pareja de palomas' (Tag[anana]).

¨La Academia incluyó por vez primera casal en el drae en la edición de 1925 para el Río de la Plata. A partir de 1970, añadió Canarias y sustituyó R. de la Plata por Argentina y Uruguay, todo ello siguiendo la recomendación que José Pérez Vidal había realizado en 1960: «Debiera extenderse a la Argentina, Uruguay (Malaret, Santa María) y Canarias. [...] Podrían multiplicarse los ejemplos de su uso en Canarias, donde también aparece registrada la forma, más popular, casar» (vid. la papeleta manuscrita que se conserva en el Fichero de enmiendas y adiciones). La forma casar es propia de Venezuela (Alvarado, Rosenblat Buenas y malas palabras i, pp.250-254, y Núñez/Pérez), aunque también allí se registra casal (Tejera 1). Curiosamente, en el suplemento del drae-1884 aparece, para América, casar como «Pareja de animales domésticos, macho y hembra, del género epiceno», pero en ninguna de las sucesivas ediciones del diccionario se recoge luego la palabra. El dea i anota la voz como regional, autorizada con un ejemplo de Camilo José Cela. Sobre el posible origen canario del término en Sudamérica, Laguarda (p.43) piensa que «La circunstancia de no haber encontrado la voz casal registrada en Puerto Rico y de que aparezca en Venezuela bajo la forma casar, también usada en Canarias, si bien no excluyen totalmente la posibilidad de haber llegado casal al Río de la Plata con los canarios fundadores de Montevideo, crean serias dudas de si vino del Brasil. La falta de datos históricos mantiene en pie la incertidumbre».

 

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ISBN 978-84-88366-95-5 (o.c.)978-84-88366-93-1 (v.1) 978-84-88366-94-8 (v.2)

casar 1

 

casar1. V. casal.

 

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casar 2

 

casar2. (De casar, unir, juntar o hacer coincidir algo con otra cosa). tr. Concertar los gallos que han de reñir o las peleas mismas. Tb. pactar las apuestas en cualquier juego. V. peleas y riñas casadas.

                a1926 (2005) Dorta Memorias (p.25): Muy disgustado me dijo que no le habían casado los gallos que él tenía para pelear, y que tenía que reñir unos gallos malos porque los otros eran muy pequeños. Ibídem (p.25): [...] él me respondió que tenían tres onzas y media menos del peso casado, y yo le contesté que no buscara tamaño, que lo interesante era la calidad y no el cuerpo. 1938 (2006) Ergot Pollos (p.141): La última riña de la sexta jornada casó a dos gallos de peleas sueltas, que eran dos verdaderos pencos. 16-vi-1947 (1976) Guerra Cuentos i (p.464): Aquella misma noche presentaron un desafío al Timagada para el jueves siguiente, con apuestas de mil pesetitas. Quedó la pega casada. 1955-56 (1977) Guerra Memorias (p.252): Ni siquiera le casó la apuesta Estebita Quintana, el maniático ventajista de orillas de la valla, que entre el choteo general, ante el que se mantenía impertérrito, solía jugarse su durito en las últimas fases de la riña contra el gallo moribundo [...].

¨En Guerra Navarro están recogidas las dos acepciones, propias de las riñas de gallos, de modo que por una parte casar es «Concertar los bandos o partidos galleros las riñas domingueras de la temporada, seleccionando en reunión previa, habitualmente celebrada los viernes de cada semana, los catorce gallos que integrarán las tandas y que con arreglo a un peso han de enfrentarse. A estos encuentros se les llama "peleas casadas", por oposición a las sueltas», y por otra, es «Pactar una apuesta en las riñas de gallos, luchadas, competiciones náuticas, etc.». En una reunión previa a la riña se seleccionan las parejas que, con arreglo a sus pesos, han de enfrentarse. El damer también diferencia, por un lado, «En las peleas de gallos, seleccionar alguien dos gallos para formar una pareja de contendientes», acepción localizada en Cuba, Nicaragua y Puerto Rico, y por otro lado, «Concertar apuestas sobre algo, en especial en el juego de dados o en las peleas de gallos», esta usual en El Salvador, Honduras y Nicaragua.

 

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