daguilla

Se documenta por primera vez en 1791, en el DRAE, con la acepción de 'varilla que se coloca en la cintura y en la que se apoya el extremo de la aguja de calcetar que permanece quieta mientras con la otra hacen las lazadas al tejer el punto de media' y, al margen de las obras lexicográficas, se registra por vez primera en 1870, el cuento de B. Pérez Galdós titulado "Dos de mayo de 1808, dos de septiembre de 1870". Aunque en el DRAE se adscribe esta acepción a Andalucía, parece que se emplea también en otras zonas de España, como Extremadura, pues se consigna ya en el Vocabulario extremeño (1941) de Santos Coco.

Se documenta por primera vez, con la acepción de 'árbol de hasta 9 metros de altura que crece en terrenos peñascosos y  de cuya corteza se extrae una fibra textil para hacer cuerdas y tejidos', en 1769, en la Relación de preciosidades (La Habana), firmada por el ingeniero en jefe A. Crame. Según Y. Congosto, esta relación forma parte de un expediente mayor que recoge lo que contienen 12 cajones, que tienen como destino el Gabinete de Historia Natural. Según consta en la literatura inicial del expediente, se trata del envío que D. Antonio María de Bucareli, Gobernador y Capitán General de la ciudad de La Habana e isla de Cuba, remite al Excmo. Sr. D. Julián de Arriaga, el 28 de enero de 1769. La signatura del expediente completo es A.G.I. Sección V, Indiferente General, Legajo 1549, Expediente n.º 952, del 28 de enero de 1769 (cf. "Estudio léxico de cierta Relación de preciosidades (La Habana, 1769)", en Historiografía lingüística y gramática histórica. Gramática y léxico, 2002, pp. 190-191). Posteriormente, se recoge en la Historia político-económica y estadística de la isla de Cuba de Ramón de la Sagra; como muestran estos primeros testimonios, el vocablo es propio de Cuba. Como 'hoja de algunas plantas del género yucca, como el izote o itabo que, por su fibrosidad y resistencia, se emplea como cordel', se atestigua en las Concherías de A. J. Echeverría (1905-1909) y parece circunscribirse a Costa Rica. 

En el Diccionario de americanismos de la ASALE (2001) se circunscribe a Costa Rica la acepción de 'planta arbórea de hasta 10 m de altura, con el tallo engrosado en la base, la corteza áspera, las hojas lanceoladas y de ápice muy agudo, duras y fibrosas, y las flores blancas o cremosas en racimo de crecimiento vertical; se cultiva como seto y por sus flores que son comestibles (Agavaceae; Yucca elephantipes)'.