erisipela

Diccionario histórico de la lengua española (2013- )

erisipela s. (1450-)
erisipela, airesipela, arecipela, arisipela, cipela, decipela, desipela, disipela, disípula, dissipula, edisipela, eresypila, ericipela, erisipel, erisípela, erisipelis, erisipila, erisipilan, erisipilla, erisipla, erisipola, erisípula, ersipela, ersipila, erysipela, erysipila, esipela, heresipela, heresipella, herisipela, herisipila, herisypila, hirisipela, irisipela, irisipila, isipela, isipula, isípula, resipela, risipela, yresipila, yresipla, disipelón, erisipelazo, erisipelón
Etim. Voz tomada del latín erysipelas; y esta, a su vez, del griego erysípelas (DECH).

Se documenta por primera vez, con la variante eresipila y la acepción 'infección de la piel producida por las bacterias del género Streptococcus pyogenes y Staphylococcus aureus, caracterizada por el enrojecimiento de la piel y comúnmente acompañada de fiebre, dolor y prurito', en 1450, en el Arte complida de cirugía (BN 2165) de autoría anónima. En este mismo siglo, se atestigua, con la variante antietimológica herisipila, en las traducciones del Lilio de medicina de Gordonio (1495) y del Tratado de cirugía de Guido de Cauliaco (1498). Con la forma yresipla se registra ya en el siglo XVI (c1500), en una glosa al margen del manuscrito anónimo (BN 10051) titulado Tratado de patología general, junto al vocablo rosa, con valor médico, por similitud en la sintomatología que estas afecciones presentan; a saber, el color rojizo que adquiere el cutis. También por analogía en la manifestación física de esta infección, se suele relacionar a la erisipela (o erisipela gangrenosa) con el fuego de san Antonio, tal y como lo recalca Montenegro, recién iniciado el siglo XVIII, en la Materia médica misionera (1710), quien se decanta por la variante isípula. Asimismo, este vocablo, circunscrito al ámbito de la medicina, se consigna por primera vez, con la variante isipula o erisípula, en el repertorio lexicográfico de Rosal (1611) y, más de un siglo después, en 1780, con la forma erisipela, en el DRAE, en el que se destaca, no obstante, que "comunmente se llama disípula, ó isípula". En efecto, esta voz presenta un amplio conjunto de variantes, como la etimológica erysipela (cf. Curso theorico practico de operaciones de cirugia de Velasco y Villaverde, 1761), las sincopadas o simplificadas esipela (en Vida de la V. Mariana Villalba de Faci, 1761) o ersipela (en el volumen II de la traducción del Tratado de medicina legal de Orfila llevada a cabo por Ataide en 1847), los vulgarismos arecipela, desipela, resipela o risipela (testimoniados en un buen número de obras o noticias costumbristas publicadas a lo largo del siglo XIX, tanto en contextos de trasmisión de la sabiduría popular como en la caracterización de los personajes), o las variantes dialectales como cipela (del aragonés, cf. Nebot Calpe, 1984), decipela (andaluz, cf. García Ramos, 2010) o de contacto con otras lenguas peninsulares, como la forma gallega arisipela, registrada en una noticia publicada en 1997 en El Correo Gallego (Santiago de Compostela).

Por otra parte, la voz suele ir acompañada de diversos modificadores que especifican los grados o la naturaleza que esta infección puede adquirir en su curso. Así, por ejemplo, la erisipela maligna, caracterizada por la aparición de escaras, una fiebre intensa, insomnio, convulsiones y delirio, es la más extrema y, como explica Galisteo Xiorro, en 1772, en el volumen I de la traducción del Tratado de las enfermedades venéreas de Astruc, ocasionó muchas muertes. Por su parte, la erisipela flemonosa, atestiguada al menos desde 1780, en la traducción de Cirugia expurgada de Juan de Gorter efectuada, igualmente, por Galisteo Xiorro, se caracteriza por la supuración del tejido celular subcutáneo, en tanto que la bullosa o pustulosa se manifiesta por la aparición de vesículas llenas de pus y la erisipela eczematosa, miliar o vesiculosa lo hace por la presencia de multitud de vesículas dolorosas (cf. Piñera Siles, 1789). A su vez, la erisipela fija, secundaria, simple o sintomática, es decir, la que se limita al foco original, se contrapone a la erisipela ambulante, errática y saltante, que se propaga, en exceso, desde el foco de contagio; motivo por el que, en ocasiones, se denomina, de manera coloquial, disipelón, en alusión a la amplia extensión de la zona afectada, tal y como señala Domínguez Moreno en "Dermatología popular", pieza publicada en 2004 en la Revista de Folklore [Valladolid]). Erisipela se documenta con suma frecuencia en todas las épocas y en tratados médicos, fundamentalmente, aunque entre los testimonios más recientes sobresalen un conjunto de usos metafóricos propios del ámbito político, registrados en la prensa española de las primeras décadas del siglo XXI (cf. Herrera, 2016).

Con la acepción 'infección dérmica parecida a la erisipela, producida por las bacterias del género Erysipelothrix rhusiopathiae y caracterizada por la aparición de manchas rojizas y dolorosas en las extremidades de algunos animales y, por contagio, en las personas que los manipulan', esto es, como sinónimo de erisipeloide o mal rojo (véanse), se documenta al menos desde 1810, en una noticia publicada en la sección de veterinaria del Diario de Madrid (Madrid) que versa sobre la "enfermedad del fuego" en los cerdos y ovejas. Con este valor se consigna en un buen número de textos especializados desde finales del siglo XX, y, en ocasiones, acompañada por el modificador porcina o el complemento de los cerdos, dado que es el animal más afectado por esta dolencia.

Por último, erisipela costera, como sinónimo del término científico oncocercosis o las unidades pluriverbales mal morado y ceguera de los ríos (es decir, como 'enfermedad producida por los nematodos del género Onchocerca volvulus, endémica en América del Sur, caracterizada por la aparición de nódulos fibrosos en el cuero cabelludo y conjuntivitis con fotofobia o ceguera'), se registra en una reseña sobre la sesión científica del 7 de octubre de 1986 publicada por Piédrola Gil y Piédrola Angulo en los Anales de la Real Academia Nacional de Medicina (Madrid) de ese mismo año, en una enumeración en la que se recopilan las diversas denominaciones que recibe esta afección dérmica y ocular.

Notas filológicas

Crisipila, forma atestiguada en el CDH y en el CORDE en el Tratado de las fiebres de Ischaq Israeli. Bibl. Escorial M.I.28 (fol. 103v: "vna apostema que es / llamada crisipila") ha de considerarse errata por erisipila, variante registrada en la transcripción de este texto incluida en la Biblioteca digital de textos del español antiguo: Textos médicos españoles (http://www.hispanicseminary.org/t&c/med/index-es.htm). Producto de error o deturpación parecen también los casos de crisipela recogidos en los corpus procedentes de la obra El libro de las medicinas caseras, de fray Blas de la Madre de Dios (1611-p1650).

  1. ac. etim.
    s. f. Med. Infección de la piel producida por las bacterias del género Streptococcus pyogenes y Staphylococcus aureus , caracterizada por el enrojecimiento de la piel y comúnmente acompañada de fiebre, dolor y prurito.
    1. s. En ocasiones, con el modificador facial o el complemento de la cara.
    2. s. Med. En ocasiones, con el complemento de repetición.
    1. s. f. Con el modificador gangrenosa, para referirse a la erisipela caracterizada por la aparición de escaras.
    2. Acepción en desuso
    3. s. f. Con el modificador maligna, para referirse a la erisipela caracterizada por la aparición de escaras, acompañada de una fiebre intensa, insomnio, convulsiones y delirio.
    4. s. f. Med. Con los modificadores bullosa o pustulosa, para referirse a la erisipela caracterizada por la aparición de vesículas llenas de pus.
    5. Acepción en desuso
    6. s. f. Med. Con el modificador flemonosa, para referirse a la erisipela caracterizada por la supuración del tejido celular subcutáneo.
    7. s. f. Con los modificadores eczematosa, miliar o vesiculosa, para referirse a la erisipela caracterizada por la aparición de multitud de vesículas dolorosas.
    8. Acepción en desuso
    9. s. f. Med. Con los modificadores fija, secundaria, simple o sintomática, para referirse a la erisipela que se limita al foco original.
    10. Acepción en desuso
    11. s. f. Med. Con el modificador biliosa, para referirse a la erisipela caracterizada por la aparición de unas manchas blanquecinas y amarillentas en la lengua, acompañadas de una gastritis.
    12. s. f. Med. Con los modificadores ambulante, errática y saltante, para referirse a la erisipela que se propaga desde el foco original.
    13. Acepción en desuso
    14. s. f. Con los modificadores espontánea, idiopática o médica, para referirse a la erisipela, de causa y foco original desconocido, caracterizada por el enrojecimiento de la piel del rostro y del cuero cabelludo.
    15. Acepción en desuso
    16. s. f. Med. Con los modificadores ampollosa, costrosa, flictenoides, papulosa, penfigoides o zoster, para referirse a la erisipela caracterizada por la aparición de grandes ampollas acuosas.
    17. Acepción en desuso
    18. s. f. Med. Con los modificadores aséptica, espuria o falsa, para referirse al flemón con enrojecimiento de la piel, parecido a las lesiones de la piel causadas por la erisipela.
    19. Acepción en desuso
    20. s. f. Med. Con el modificador escrofulosa, para referirse a la erisipela caracterizada por la necrosis del tejido cutáneo del rostro y la hinchazón de los ganglios linfáticos.
    21. Acepción en desuso
    22. s. f. Med. Con el modificador bronceada, para referirse a la erisipela caracterizada por la gangrena de la piel afectada.
    23. s. f. Con el modificador catamenial, para referirse a la erisipela caracterizada por el enrojecimiento del cutis de las mujeres en el período menstrual.
  2. s. f. Vet. Infección de la piel, parecida a la erisipela, producida por la bacteria Erysipelothrix rhusiopathiae y caracterizada por la aparición de manchas rojizas dolorosas en las extremidades de algunos animales, como los cerdos, algunos peces y aves, y, por contagio, en las personas que los manipulan.
    1. s. Vet. En ocasiones, con el modificador porcina o el complemento de los cerdos.
erisipela costera
  1. s. f. Am Med. Enfermedad producida por el nematodo Onchocerca volvulus , endémica en América del Sur, caracterizada por la aparición de nódulos fibrosos en el cuero cabelludo y conjuntivitis con fotofobia o ceguera.

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