pavesina

Derivado de pavés ¹ e -ino, a.

Se documenta, con la acepción de ‘escudo oblongo de menor tamaño que el pavés', desde comienzos del siglo XVI, cuando se registra en distintos inventarios, como los Inventarios reales (1428-1545) o en Un curioso inventario zaragozano de 1509; previamente, en 1493, figura en el Paruum vocabularium de las Introductiones latinae de Nebrija. En algunos ejemplos se hace referencia explícita al tamaño de este escudo mediante el adjetivo pequeña, mientras que en los textos relativos a la conquista de América este vocablo se utiliza para referirse también a un tipo de arma defensiva de mayores dimensiones usada por los indígenas. Así, en la Historia general y natural de las Indias (1535-1557) de G. Fernández de Oviedo se afirma que las pavesinas cubrían todo el cuerpo de los indios "desde la cabeza hasta los pies" y que "cuando quieren huir, ligeramente las arrollan e las toman debajo del sobaco, e muy presto, cuando quieren esperar, las tornan a extender". El carácter no prototípico de estas pavesinas, que difieren notoriamente de las conocidas con este nombre por los españoles, queda puesto de relieve en la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España (c1586-1575) de B. Díaz del Castillo, donde se detalla cómo los indígenas iban "muy bien armados, e de armas extrañas e antes nunca vistas de los cristianos, porque venían cubiertos desde los pies hasta la cabeza de pavesinas de cuero de manatíes"; este mismo autor describe en otro momento este peculiar escudo con circunloquios del tipo "unas rodelas hechas a manera de pavesinas con que se cubren todo el cuerpo cuando pelean [...]" o "unos como paveses, que son de arte que los pueden arrollar arriba cuando no pelean [...]". Esta suerte de escudo plegable se describe también en La primera relación anónima de la jornada que hizo Nuño de Guzmán a la Nueva Galicia (a1544) como rodela hecha de varillas que, al desenrollarse "queda como pavés". La voz pavesina solo se atestigua, después del siglo XVI, en una obra de Concha Espina (Romance primero, 1914) y en algunos repertorios lexicográficos (como el DRAE-1899, primer repertorio académico que consigna el vocablo).