tétano

Se documenta por primera vez, con la acepción de 'enfermedad infecciosa causada por la bacteria Clostridium tetani, que penetra generalmente por las heridas, y caracterizada por cefalea, insomnio, ansiedad y contracción permanente y dolorosa de los músculos', antes de 1450, en el Arte complida de cirugía (BNM 2165); la voz llega hasta nuestros días y en la actualidad parece ser más frecuente en el español americano que en el europeo. No obstante, tétano ha ido cediendo terreno ante su rival tétanos, registrada en 1569, en el Discurso o consideraciones sobre la materia de enfriar la bevida de L. de Toro, si bien sus testimonios, con este valor, van incrementeando progresivamente su frecuencia a partir del siglo XVIII (y, especialmente, del XIX). En los repertorios lexicográficos del siglo XIX se consigna la voz, si bien en las definiciones se advierte que todavía no se concibe como una enfermedad (pues el carácter infeccioso de esta patología no se demuestra hasta el último cuarto del siglo XIX, período en el que A. Nicolaier aísla también la toxina que la provoca, en 1884), sino como un estado ('rigidez y tensión convulsiva de los músculos'), caracterización en la que se percibe de algún modo la huella dejada por la primera descripción de esta dolencia, debida a Hipócrates, quien la observó en el capitán de un barco y, posteriormente, detalló algunas de sus características en sus Aforismos (escritos hacia el año 380 a. C.).