taramela

Diccionario histórico del español de Canarias

taramela, talamera

 

taramela, talamera. (Del port.). f. Tarabilla [= zoquetillo de madera que sirve para cerrar puertas y ventanas].

                1780 (1978) Obras en la casa Massieu (p.367): por 8 clavos para taramelas [...].

                1846 (1920) Lugo Coleczión (p.340): Taranela (Debe ser error de transcripción, por taramela), s.f. Aldaba de madera mui ancha para travar puertas, o ventanas. c1860 Pérez Galdós Voces (p.135): Taramela. a1887 (1993) Maffiotte Glosario (p.116): Taramela. Tarabilla; pieza de madera colocada en el marco de las puertas y ventanas, que gira alrededor de un eje, y sirve para cerrar dichas puertas o ventanas. 1889 (1897) Zerolo La lengua (p.170): Taramela. s.f. Tarabilla, 2ª y 3ª acep[ciones]. 1896 (1907) Millares Carta de La Habana (p.44): A la izquierda, un pasillo angosto, limitado por altas paredes, semejante a una calle de cementerio, terminaba en una puerta formidable, de las que entonces se cerraban con tranca y taramela.

                1905 Pícar Ageneré (p.90): Taramela. Lengüeta de madera que sirve de tranca a las puertas. 1918 Reyes Serie de barbarismos (p.210): (No digáis) Taramela, prov[incialismo] can[ario]. (Decid) Tarabilla, cítola. 1924 Millares Léxico de GC (p.171): Taramela. La pieza de madera que, girando sobre un gozne, servía para atrancar por la parte de adentro las puertas y las ventanas (aun se ven en las casas viejas) se llama taramela. 1944 Jordé Al margen del vocabulario (p.35): Se dice taramela por tarabilla [...]. 14-i-1946 (1976) Guerra Cuentos i (p.361): Como ella trancaba el cuarto con llave, taramela y un pedazo de cañería afianzado en un saliente del piso, Pepe tuvo que dormir sus noches al sereno, en los poyos de San Telmo. 1948 (1969) Guerra Cuentos ii (pp.19-20): Y esto, previo un ojeo por un «bujerito» disimulado que él había abierto, y luego de descorrer la taramela y sacar una barra de hierro que prestaba a las hojas un afianzado y seguro apoyo. 1959 Alvar Tenerife (p.241): taramela 'aldabilla' ([La] Lag[una]).

¨Desde el Suplemento del drae-70 se registra como canarismo, con el significado de «Tarabilla para cerrar puertas y ventanas», siguiendo la propuesta que José Pérez Vidal había realizado a la Academia en 1965 (vid. el Fichero de enmiendas y adiciones). Pero ya en 1895 Zerolo et ál. ii y en 1912 Toro y Gisbert Pequeño Larousse la habían recogido como voz propia del archipiélago con ese mismo significado. Entre las autoridades que recoge el Fichero general de la Academia interesa, por su antigüedad, la referencia extraída del libro de Gabriel María Vergara Martín Cuatro mil palabras y algunas más, de uso frecuente, no incluidas en el Diccionario de la Real Academia Española, publicado en 1925, en el que el investigador madrileño definía la voz como «f. En Canarias. Zoquetillo de madera para cerrar las puertas o ventanas». En el aleican i (548 «Tarabilla») se muestra su amplia extensión de uso por todas las islas del archipiélago, con la excepción de las de El Hierro y La Palma. Alvar (p.204) señala su empleo en el dialecto canario de Luisiana.

2. Lengua. U.m. en la fr. «darle a la ~».

                a1887 (1993) Maffiotte Glosario (p.116): Darle a la taramela: Hablar mucho, darle a la lengua. 1895 (1985) Bethencourt Alfonso Tradiciones (p.235): Ansí la seña Carmela cuese media pierna a este pantalón, los fondillos a otro, ya remienda la camisa, sin parar la talamera pa que Clorinda y Ciprianillo desajogaran a sus anchas. 1899 Pícar Tiempos mejores (p.24): Allí para el que regresa de Sevilla haciendo el zorrocloco y dándole a la taramela. Ibídem (p.84): Pero basta, que ya es mucho darle á la taramela.

                1905 Pícar Ageneré (p.90): Darle a la taramela, hablar mucho. 1924 Millares Léxico de GC (p.171): [...] se llama también taramela a nuestra peor enemiga, la lengua. Del sujeto hablador, devoto del jarabe de pico, del que hoy llamamos un latista, suele decirse que le gusta darle a la taramela. 2-ii-1942 (1976) Guerra Cuentos i (p.280): Maestro Andrés es del «Marino», tiene un galgo que se llama «Polvajera», y el patrón del «Tomás» es compadre suyo y primo segundo de su mujer. Así que también hace fuerzas por el bote de San José. Las tales tendencias más le promueven la taramela que la navaja. Repantigado y feliz, Pepe Monagas se echa una afeitada, porque es sábado y le toca. 11-v-1942 (1976) Ibídem (p.306): Al tranvía nuevo le sacó una partida de comparancias; por ejemplo, que le decían el cenicero, porque recogía todas las colas. ¡Fíjese usté! Y así, dándole a la taramela más de lo acostumbrado. El reloj de ca los alemanes, cuyos saltos venía aguaitando Monagas, poniéndole el dichete de reloj-alpispa, dio el último brinco sobre las dos. 15-iv-1946 (1976) Ibídem (p.380): Mira, déjame callaarme, porque si va y se me desarreta la taramela es cosa de justisia... 1948 (1969) Guerra Cuentos ii (p.17): Cuando una de estas tertulias se acrecienta con algún peninsular, o cualquier otro elemento nuevo que por che o be tiene sangre en las venas y la taramela liviana la quiebra de la modorra normal alcanza categoría de sordo escándalo. 1955-56 (1977) Guerra Memorias (p.117): ¡Mándalos al jinojo! Tenemos que vivir nosotros, ¿entiendes?, y si le dan a la taramela, pues salivita que gastan. a1959 (2007) Rivero Crónicas (p.98): Era alto, cenceño y muy parco en darle a la «taramela».

¨Es también portuguesismo esta acepción, como se comprueba en Figueiredo ii: «Dar à taramela, falar muito, dar à lingua, tagarelar».

 

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