zambomba

Se documenta por primera vez, con la acepción 'instrumento musical popular consistente en un cilindro hueco de barro, madera o metal, cerrado por la parte superior con una piel tirante a la que se sujeta en el centro una varilla que, cuando se mueve con la mano en dirección vertical, transmite una vibración a la piel, con lo se produce un sonido ronco, grave y átono', alrededor de 1664, en los Villancicos de L. de Garay y, poco después, en el Entremés del conde Alarcos, obra anónima de 1675, y desde entonces figura fundamentalmente en textos de autores españoles; se consigna en la tradición lexicográfica académica desde 1739, en el Diccionario de autoridades. Como interjección empleada para expresar sorpresa, se documenta en 1760, en La batida de R. de la Cruz en 1760; se consigna por primera vez en la edición de 1884 del DRAE. Como 'reunión festiva que se celebra en fechas próximas a la Navidad en la que se entonan villancicos y cantes flamencos' se documenta por primera vez, en 1996, en un artículo publicado en ABC Cultural(Madrid) y se registra esporádicamente en prensa española a partir de este momento. 

En diferentes repertorios lexicográficos se consignan otras acepciones: 'vejiga de cerdo inflada', registrada en el DRAE desde 1925 con marca diatópica de uso en Salamanca, Segovia, Valladolid y Zamora; en el Diccionario del argot (1987) de Oliver como 'pene', y en el Nuevo diccionario etimológico aragonés (1938) de Pardo Asso como 'el vientre cuando está abultado'.
Dos locuciones verbales se recogen también únicamente en repertorios lexicográficos: hacer zambomba, como 'hinchar los carrillos', en el ALEA (1972), y tocar la zambomba, como 'masturbarse el hombre', recogida en el Diccionario de argot (1897) de Oliver.