Formas del superlativo absoluto (I). El sufijo -ísimo/-ísima

EL SUPERLATIVO ABSOLUTO

Como se dijo, el superlativo absoluto expresa una cualidad o propiedad en su más alto grado sin establecer comparación con ninguna otra realidad.

En este capítulo y en el siguiente se estudian las principales propiedades de los superlativos absolutos, con excepción de las formas sincréticas óptimo, pésimo, máximo y mínimo, a las que ya se ha aludido.

EL SUFIJO -ÍSIMO/-ÍSIMA

El sufijo -ísimo/-ísima es el más característico en la formación léxica del superlativo absoluto. Estos son sus principales usos y variantes.

Palabras a las que se añade

• Se une a un gran número de adjetivos calificativos, a menudo con connotaciones expresivas. Se pueden citar, entre otros muchos:

bellísimo, contentísimo, cordialísimo, durísimo, gravísimo, inteligentísimo, intensísimo, larguísimo, lindísimo, modestísimo, negrísimo, nerviosísimo, numerosísimo, peligrosísimo, rarísimo, secretísimo, sencillísimo.

• Aparece en algunas formas de tratamiento correspondientes a determinados títulos o dignidades:

excelentísimo, ilustrísimo, reverendísimo, serenísimo.

• Lo admiten los cuantificadores bastante, cuanto, mucho, poco y tanto, si bien bastantísimo es menos usado en la lengua actual que en la antigua: cuantísimo tiempo, muchísimo trabajo, poquísima vergüenza, tantísimos años.

• También lo acepta el identificador mismo:

Señora, la niña tiene su mismísima cara.

• Y los adverbios cerca, deprisa, despacio, lejos, pronto, tarde y temprano:

Estábamos cerquísima; Me levanto tempranísimo.

En algunas zonas americanas alternan las variantes lejísimos y lejísimo, ambas correctas.

Variantes formales

• Formas diptongadas y no diptongadas. Existen alternancias como estas:

ardentísimo o ardientísimo, bonísimo o buenísimo, calentísimo o calientísimo, certísimo o ciertísimo, destrísimo o diestrísimo, ferventísimo o fervientísimo, fortísimo o fuertísimo, grosísimo o gruesísimo, incertísimo o inciertísimo, novísimo o nuevísimo, recentísimo o recientísimo, ternísimo o tiernísimo, valentísimo o valientísimo.

Las causas que inducen a elegir unas u otras son diversas, pero, de un modo general, se puede afirmar que las formas con diptongo (buenísimo, ciertísimo, nuevísimo) son las habituales en la lengua coloquial, mientras que bonísimo, certísimo, novísimo y similares son más cultas y menos usadas.

• La variante -císimo/-císima. Aparece, con muchas excepciones, en adjetivos acabados en -n:

jovencísimo, briboncísimo, ruincísimo.

También en algunos terminados en -or:

madrugadorcísimo, mayorcísimo, trabajadorcísimo.

Como derivados de amigo, alternan hoy la forma culta amicísimo y la patrimonial y más usada amiguísimo.

La forma popularcísimo se usa ya muy poco, a favor de popularísimo. Ha dejado de utilizarse amplicísimo, sustituido por amplísimo.

• Formas irregulares. Son irregulares los siguientes superlativos, construidos sobre bases latinas:

antiquísimo (antiguo), crudelísimo (menos usado que cruelísimo), fidelísimo (que alterna con fielísimo), frigidísimo (de frío, menos usado que friísimo), sapientísimo (sabio).

Los adjetivos terminados en -ble presentan la variante -bilísimo:

agradabilísimo, amabilísimo, miserabilísimo, nobilísimo, notabilísimo.

Alternan endeblísimo y endebilísimo, de endeble.

• En los acabados en -io, el diptongo desaparece y se asimilan las dos íes:

limpísimo (de limpio), sucísimo (de sucio), despacísimo (de despacio).

(Sobre las voces que rechazan el sufijo -ísimo/-ísima, véase el capítulo siguiente).

     

    Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
    El buen uso del español [en línea], https://www.rae.es/buen-uso-español/formas-del-superlativo-absoluto-i-el-sufijo-ísimoísima. [Consulta: 30/06/2024].

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