Los enunciados exclamativos (I)
Los enunciados exclamativos son empleados por los hablantes para ponderar las propiedades de las cosas, las personas o las situaciones, así como para expresar con énfasis sensaciones o sentimientos.
La entonación exclamativa termina en inflexión descendente, pero presenta contrastes mayores que la enunciativa. Ortográficamente, se representa por los signos de apertura (¡) y cierre (!).
Con los enunciados exclamativos se realizan numerosos actos verbales. Así, entre otras muchas posibilidades, pueden manifestar lo siguiente:
• Sorpresa o asombro: ¡Qué cosas!
• Desacuerdo: ¡Menudo/Tremendo disparate!
• Insulto: ¡Vago!; ¡Embustero!
• Una amplia gama de sentimientos: ¡Tonterías!; ¡Qué encanto!
Pueden emplearse también para:
• Llamar la atención: ¡El precipicio!; ¡La policía!
• Solicitar algo: ¡Un momento, por favor!
• Dar órdenes: ¡Más despacio!
Mediante las exclamativas retóricas se da a entender lo contrario de lo que se dice literalmente. Suelen transmitir el enojo o el malestar del hablante:
¡Te parecerá bonito!; ¡Contento me tienes!; ¡Empezamos bien!
TIPOS DE ENUNCIADOS EXCLAMATIVOS
De acuerdo con su estructura, pueden establecerse los siguientes:
• Grupos exclamativos: ¡Menuda/Tremenda suerte!
• Oraciones exclamativas: ¡Qué rápido va!
• Vocativos: ¡Acérquese, señor!
• Interjecciones: ¡Oh!, ¡Caramba!
• Locuciones interjectivas: ¡Ni hablar!
• Grupos sintácticos interjectivos: ¡Caray con el muchachito!
• Onomatopeyas: ¡Catap(l)um!
Los grupos exclamativos son secuencias menores que la oración. Se clasifican en función de la clase de palabras en torno a la que se forman:
• Nominales: ¡Qué maravilla!; ¡Magnífico partido!
• Adjetivales: ¡Cuán inútil!; ¡Muy curioso!
• Adverbiales: ¡Qué lejos!; ¡No tan deprisa!
• Verbales (con formas no personales): ¡Cuánto trabajar la tierra!; ¡Formando filas!
Los grupos exclamativos pueden construirse con palabras exclamativas (qué, cuán, cuánto, cómo…, como el primer ejemplo de cada serie) o sin ellas (como el segundo). En realidad, casi cualquier grupo de palabras puede convertirse en exclamativo con la entonación precisa:
¡Una gozada!; ¡Estos niños!; ¡Tonterías!; ¡Bonito vestido!; ¡Mal asunto!; ¡Bien hecho!; ¡Hablarle así a mi hija!
Como en el caso de las interrogativas, se pueden establecer dos clases de exclamativas: totales y parciales.
Exclamativas totales. No llevan partícula exclamativa (qué, cuán, cuánto, cómo…) y solo se diferencian de las correspondientes aseverativas en los rasgos fonéticos y gráficos:
¡Estoy agotado! (frente a Estoy agotado); ¡Este calor es insoportable!
Exclamativas parciales. Se construyen con palabras exclamativas, que aparecen en posición inicial:
¡Qué susto me he llevado!; ¡Cuántas veces se lo advertí!; ¡Qué de flores han salido!; ¡Cómo se ha puesto de gordo!
También de forma análoga a las interrogativas, las exclamativas admiten una segunda clasificación:
Exclamativas directas. Constituyen por sí mismas enunciados exclamativos:
¡Qué aplicado te has vuelto!; ¡Cuánto te lo agradezco!
Exclamativas indirectas o subordinadas. Carecen de entonación exclamativa y son siempre parciales:
Ya veo qué aplicado te has vuelto; No sabes cuánto te lo agradezco.
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
El buen uso del español [en línea], https://www.rae.es/buen-uso-español/los-enunciados-exclamativos-i. [Consulta: 30/06/2024].