Juan

Diccionario histórico del español de Canarias

Juan

 

Juan. n.p.

1. ~ Periñal. m. Baile en el que los bailadores, cantando sin otro acompañamiento que un sordo batir del compás, evocan a coro cada una de las operaciones que hay que realizar con el trigo, desde sembrarlo hasta comerlo en forma de pan, con gesticulaciones muy gráficas. Se le llama también «baile del trigo».

                c1887 (1991) Castañeyra Memoria (p.37): Bailes. El perrito, el fandango, los aires de Lima, el Juan Periñal, la cadena, folías y seguidillas, isas y malagueñas. Ibídem (p.90): Juan Periñal. Baile.

¨Parece estar relacionado con el baile llamado en Cuba Juan Perillán, que Suárez registra como «Cierto baile antiguo, algo deshonesto, de la gente del pueblo» y que Espina sitúa en «la época de la Colonia». La definición propuesta por el dgile (s.v. Juan) acerca la expresión cubana a la canaria, al ser «baile ant[iguo], cantado por muchas parejas». En la gec v (s.v. danza) se citan las variantes Juan Parejal y Juan Perenal. Según esta enciclopedia «Hoy día es interpretada por grupos folklóricos de varias islas, que le han incorporado acompañamiento coral y variantes coreográficas. En Tenerife se conservan los esquemas literarios y melódicos, pero se ha perdido la danza».

2. ~ Pitín. Hombre insignificante, de escaso poder e influencia. Tb. persona indeterminada.

                1924 Millares Léxico de GC (pp.105-106): Juan Pitín es un cualquiera, el Perico el de los Palotes de la tierra canaria. Es el intruso, el advenedizo que irrumpe en nuestra vida, impensada e ilógicamente. Las mujeres deben de casarse cuando mozas, si se les presenta una buena «proporción», decía sentenciosamente un amigo nuestro; porque, cuando llegan a viejas, se casan aunque sea con un Juan Pitín. 28-ii-1946 (1976) Guerra Cuentos i (p.369): En este caso el muerto era un Juan Pitín, sin tener donde caerse muerto, ni nadie que lo revolviera, ni persona que le guisara una tacita de agua de pasote, manque sea. 15-iv-1946 (1976) Ibídem (p.379): Según malas lenguas, en el pueblo no pasaba de ser un Juan Pitín, pero tenía su déjame entrar, y unas ganas manifiestas de salir de pellas y potajes de verguilla y entrar en sopitas y casne con papas. 13-v-1946 (1976) Ibídem (p.382): El trabajo es un castigo, y no una gracia. Cualquier Juan Pitín que sepa un pizco de Historia Sagrada tiene conocimiento de esto desde que era un galletón. v-1947 (1976) Ibídem (p.452): Claro que, a veces, se mete el muerto léase cachiporro o barajunda, si no tiene a mano un animal de buen castío, o si la demostración de agradecimiento es para un Juan Pitín, o para un tabaiba, al que encima de un cuerno se le puede meter un cañazo. 1948 (1969) Guerra Cuentos ii (p.34): ¡Yo digu comu me da la gana! ¿tiendi? ¡Vaya, consio! Si va a resurtá de see que uno en su casa es un Juan Pitín... 1951 (2008) Doreste Manojo de tollos (p.47): Pero ahora un padre es un Juan Pitín.

¨No parece tener ningún uso actualmente.

 

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ISBN 978-84-88366-95-5 (o.c.)978-84-88366-93-1 (v.1) 978-84-88366-94-8 (v.2)

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