garujita

Diccionario histórico del español de Canarias

garuja, garúa, garuga, garujita, jaruja, jarujiya

 

garuja, garúa, garuga, garujita, jaruja, jarujiya. (Del port. dial. caruja). f. Llovizna.

                1905 Pícar Ageneré (p.74): [...] te llevaste el dote de la Bartola y las noches de garujita, las traperas y las colchas de alimanisco [...]. Ibídem (p.97): Garujita. Mollizna. 1924 Millares Léxico de GC (p.79): Garuja, del americanismo «garúa», es llovizna y garujear es lloviznar. ¿Llueve? No señor: no son más que garujas: está garujiando. 30-v-1933 Jable (La Provincia, p.4): El regreso fué un poco inclemente. Una «garujita» muy fina ocultaba muchas veces el paisaje. 1940 (1988) Lara Cantares (p.372): Empezó una «garujita»/ y llueve que es un desastre,/ yo aprovecho esta «clarita»/ y me voy derecho al catre. 20-iv-1942 (1976) Guerra Cuentos i (p.303): ¡Jesús! ¡Hágame el favó! ¿Esto es La Tempestad...? Esto es una jaruja. Y entodavía exagero, usté. 1-xii-1942 Jable (Canarias, p.12): Mira, le dijo, como los años son tan ruines y éste no se presenta mejor, pues ya ves que estamos a fines de Septiembre y no ha llovido sino algunas garujas, si en la cabañuela de San Miguel se barrunta buen año, puedes contar con que has de ir a Arrecife con el correíllo. 1948 (1969) Guerra Cuentos ii (p.18): Una jarujiya ha caío... 1949 (1985) Pérez Vidal Nombres de la lluvia (p.145): Garuga. Llovizna muy fina con niebla. 25-ix-1959 Hoz Lanzarote (xii, p.6): La sillería de estos Puentes de las Bolas está toda pulimentada, si bien hoy los efectos de la salinidad y la garúa nos las muestran algo carcomida.

¨En el drae-01 solo se registra garúa, «Del port[ugués] dialect[al] caruja, niebla», en América. También esta forma se documenta hoy en Canarias, y es muy posible que haya ejemplos anteriores a los aquí recogidos. En el aleican ii (758 «Llovizna»), se anotan garuja, garuga, garúa, garujiya, jaruja, jarija, distribuidas por las islas, salvo en las de El Hierro y Tenerife. Hay que estar de acuerdo con Llorente ii (p.207) cuando escribe que «garuja (y sus variantes) es un portuguesismo, cuya fecha de introducción en el habla de los marineros y pescadores españoles no conocemos con exactitud, pero que en mi opinión debió de coincidir más o menos con la conquista y colonización de las Canarias, donde se ha conservado y desde donde pasó a América, y allí ha adquirido carta de naturaleza. Naturalmente que no se puede descartar del todo una fecha de introducción anterior a la incorporación definitiva de las Afortunadas a la Corona de Castilla. Lo que sí está claro [...] es que garúa (y variantes) no es ni un guanchismo ni un americanismo de origen amerindio». Y esto último lo dice Llorente porque garúa, cuya primera documentación según el dcech iii es de 1570, ha sido considerada durante mucho tiempo como voz quechua (vid. por ejemplo Malaret). La propia Academia, desde el drae-14 al drae-47, daba como etimología de garúa, «Voz quichua»; en el drae-56 cambia a «Del lat[ín] caligo, -inis, obscuridad», que se mantiene hasta el drae-84. Morínigo quizá sea de los primeros en proponer que la voz viene «Del portugués dialectal caruja, niebla, que dio garuja y garúa en Canarias». En América también se emplea garuga, en Argentina, Chile, México y Uruguay, según Malaret.

 

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ISBN 978-84-88366-95-5 (o.c.)978-84-88366-93-1 (v.1) 978-84-88366-94-8 (v.2)

garujita

 

garujita. V. garuja.

 

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