mecanografiar

Se documenta por primera vez, con la acepción 'escribir [un texto] pulsando las teclas de una máquina que imprime caracteres alfanuméricos en un papel u otro soporte', en 1901, en un artículo titulado "¡Paso al mecanógrafo!" firmado por M. de Cavia, publicado en El Imparcial (Madrid). El autor cita en su artículo un fragmento del periódico estadounidense El Comercio (Nueva York), en el que se propone denominar a la máquina de escribir con el nombre de mecanógrafo y de este nombre derivar el resto de las palabras de la familia, entre las que se encuentra el verbo mecanografiar. Lamentablemente, no se ha conseguido localizar el original del que M. de Cavia extrajo la cita, que, según los indicios, contendría el primer testimonio de la voz en español. Por otra parte, tanto este primer testimonio como el segundo tienen carácter metalingüístico, pues en ellos se reflexiona sobre la pertinencia de lo que entonces era un neologismo. Los repertorios lexicográficos no recogen esta voz hasta 1917, año en el que Alemany Bolufer consigna el verbo en su Diccionario de la lengua española; se incorporará al DMILE de la Real Academia Española en 1927 y al DRAE en 1956.