novelero

Diccionario histórico del español de Canarias

novelero, ra

 

novelero, ra. adj. Dicho de una persona: Aficionada a fiestas. U.t.c.s.

                21-iii-1771 Viera y Clavijo Copiador i (nº iii, Madrid, Al marqués de San Andrés): Y después que el pueblo, débil y novelero, se sacia de dar vueltas a estas marmotas de Crispín, arde Troya y se termina el auto de fe. 19-vii-1781 (1849) Viera y Clavijo Cartas familiares (p.22): Por lo demas bien puede considerar v.e. la sensacion que habrá hecho esta señora Alemana en un pueblo tan novelero como Madrid, especialmente en el sexo de los cascos alegres.

                1815 Descripción Bajada (p.32): Apenas hubo barco alguno que viniese de las islas vecinas en que no viniesen pasajeros a gozar las fiestas y a todos estos no se les da el nombre de noveleros sino de devotos de Nuestra Señora. 1862 (1990) Carballo Wangüemert Las Afortunadas (p.101): Un nuevo período comienza a transcurrir, y se reproduce el mismo fenómeno. ¿Qué hay en todo esto que no sea natural, y digno de alabanza? Los que tildáis de noveleros a estos habitantes en sentido de cierta ligereza de carácter, ¿tenéis algo que objetar a la explicación que acabo de daros?

                1918-19 (1986) Quesada La umbría (p.86): ¡Qué haces aquí, Sagrario! Novelera, como tu madre, seguramente estarás hablando de moceos... 1930 Curiá Regocijo (p.36): ¿Sus dotes morales?... Un carácter encantador, por la dulzura de su voz y trato, esmerada educación y honestidad, en el vestir, en el hablar y en la mirada. Era, sí, un tanto novelera y una de las últimas románticas que quedaban en Tenerife.

¨El significado canario está muy próximo a los registrados como de uso general en el drae-01, que son también normales en el español isleño: «Amigo de novedades, ficciones y cuentos. U.t.c.s.» y «Deseoso de novedades, o que las esparce. U.t.c.s.». De ahí que en los ejemplos sea a veces difícil discernir cuál de ellos está siendo empleado. En el caso de los que se recogen aquí, parece claro que es el segundo el que se ajusta a la definición propuesta, mientras que los otros se incluyen, muy probablemente, en las acepciones académicas. La palabra, por otra parte, es muy antigua en el léxico español, pues ya la trae en su Universal Vocabulario, en 1490, Alfonso de Palencia (vid. el dcech iv, s.v. nuevo) y el corde reúne ejemplos desde 1400.

 

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ISBN 978-84-88366-95-5 (o.c.)978-84-88366-93-1 (v.1) 978-84-88366-94-8 (v.2)

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