pelagroso

Se documenta por primera vez, en la acepción de 'persona que tiene pelagra', en 1800, en la traducción de J. Serrano Manzano del segundo tomo de los Elementos de Medicina de J. Brown. Este testimonio es anterior al del adjetivo, utilizado para aludir a la persona 'que tiene pelagra', registrado en 1824, en la Traducción del Diccionario de Ciencias médicas. En este mismo texto se registra la palabra en la acepción de 'perteneciente o relativo a la pelagra', que se limita, como sucede con el resto de acepciones, a textos de carácter especializado sobre Medicina. Esta tercera acepción es sinónima de pelágrico, adjetivo mucho menos documentado (su primer testimonio se localiza en un artículo de 1848 del Boletín de Medicina, Cirugía y Farmacia de Madrid).