prefímico

Se documenta por primera vez, con la acepción 'que precede a la fimia', en 1907, en la contribución científica de R. Forns Romans titulada "Profilaxia de la tuberculosis. Trasunto de una conversación científica con el Dr. D. Jaime Ferrán", publicada en la Revista de Especialidades Médicas (Madrid) . Como '[persona] que tiene los síntomas de la fase inicial de la fimia' se atestigua unos años más tarde, concretamente en 1919, en el artículo "Algo de higiene y profilaxia. Tuberculosis" de J. J. de Aracama y Gorosábel, publicado también en la Revista de Especialidades Médicas (Madrid) . Posteriormente, en 1932, tras un proceso de conversión, se emplea como sustantivo con el valor 'persona que tiene los síntomas de la fase inicial de la fimia'. Su primera documentación se localiza en el diario La Voz (Madrid),  en un artículo de J. M. Simal titulado "El caso de Ángel Escribano Vaquero. La ciencia psiquiátrica lo cree un débil mental y la ley aguarda los informes de la ciencia", en el que el autor entrevista al doctor que evalúa el comportamiento del paciente Ángel Escribano Vaquero. En cualquiera de sus valores semánticos, es una voz adscrita al ámbito médico.