tortugo

Se documenta por primera vez en 1598, en la comedia de Lope de Vega titulada  Contrarios al amor ; se ha optado por la definición 'persona caracterizada por su lentitud y torpeza [?]', aunque es difícil colegir el significado preciso del vocablo (más allá de que en los dos testimonios acopiados parece que la voz tiene un marcado cariz despectivo). Desde 1831, se atestigua, en Puerto Rico, en las  Memorias geográficas, históricas, económicas y estadísticas de la isla de Puerto-Rico,  de P. T. Córdova, con la acepción 'árbol de hasta 18 metros de altura, follaje poco denso, savia lechosa y semillas brillantes de color amarillo; su madera se usa en la fabricación de muebles'. Como 'tortuga macho' se registra por vez primera en un artículo publicado en  La Regeneración (Madrid) , en 1873, con sentido figurado, hecho que se repite en varios testimonios. Con la acepción 'persona que se dedica a vender o llevar agua', propia de México, se registra, en 1886, en un artículo publicado en  El Nacional (México) ; con este valor cesa la documentación a principios del siglo XX, probablemente como consecuencia de la desaparición de este oficio.

En el Diccionario manual de americanismos, de Morínigo, se consigna la acepción, propia de Cuba, 'cierto bejuco'; como 'variedad de plátano' se consigna, en 1986, en el Glosario lexicográfico del atlas lingüístico-etnográfico de Colombia de Montes Giraldo et alii.

Por su parte, tortugo prieto, como 'planta rutácea', se registra en el Diccionario de americanismo de Malaret, en la edición de 1931.

A paso de tortugo (véase paso) se documenta, con el valor 'de manera muy lenta', en un artículo publicado en El Eco de Canarias (Las Palmas de Gran Canarias), por D. Acosta Pérez, en 1975, quien vuelve a emplear esta locución un año después en otro texto recogido en el mismo periódico.