zanate

Se documenta por primera vez, como denominación de un 'pájaro de hasta 43 centímetros de longitud, de pico largo y robusto, cola larga en forma de abanico, y plumaje de color marrón en las hembras y negro con reflejos azules iridiscentes en los machos', en 1778, en la descripción geográfica del curato de Ixtlahuacan realizada por J. J. Morales, recogida en Descripciones geográficas del obispado de Michoacán en el siglo XVIII (2005) con el título "Ixtlahuacan"; esta voz, propia del área centroamericana y mexicana, se registra tanto en textos literarios como en repertorios lexicográficos hasta nuestros días. Se atestiguan también las variantes sanate y chanate (además del femenino zanata o sanata para referirse a la hembra) y, en esta acepción, es sinónimo de clarinero. Como 'árbol de hasta 20 metros de altura, corteza de color gris o pardo y flores blancas o amarillas’, se atestigua únicamente en el Diccionario enciclopédico UTEHA (1953) y en el libro Los indios de México (1967) de F. Benítez.

En algunos repertorios lexicográficos de americanismos se consignan varias locuciones verbales en las que participa la voz zanate: gastar pólvora en zanates (en El Salvador, 'invertir tiempo o energías en algo que no vale la pena o no resulta rentable', según el Diccionario de americanismos, de 2010, aunque se incluye ya en el DRAE-2001); parecer zanate remojado (en Nicaragua, 'sentirse triste', según la Columna lexicográfica de E. Peña Hernández, 1966-1967); quebrar zanate (en Honduras, 'perder la virginidad', Diccionario de americanismos, 2010) y sacar el zanate (también en Honduras, 'sacar un arma de fuego', Diccionario de americanismos, 2010).