Cómo aprovechar el diccionario

Hacia un diccionario digital panhispánico

El futuro

  1. Un diccionario digital con versiones en papel. La próxima edición del diccionario será desde su origen un diccionario electrónico que tendrá versiones impresas. La 24.ª edición, cuya planta fue aprobada en Burgos en el año 2017, dejará atrás recursos pensados para el papel, desarrollará algunos de los presentes en la versión electrónica actual y estrenará otros totalmente nuevos, que se describirán en los próximos apartados.
  2. Un diccionario panhispánico. Desde 1999, año en que se publicó una de las últimas ediciones de la Ortografía, todas las academias de habla española, aunadas en la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), participan con igual rango en las obras y proyectos corporativos, con el fin de preservar la unidad del idioma y sin menoscabo de las diversas realizaciones dialectales. En los últimos años, el diccionario, atendiendo a la política panhispánica de las academias, ha ido incrementando de manera muy considerable el número de americanismos. Pero eso no basta. El diccionario futuro dará cuenta de la realidad policéntrica del español actual y garantizará un tratamiento en pie de igualdad de todas las voces que allí se incluyan.
  3. Con distintos niveles de visualización. El diccionario permitirá una gran variedad de visualizaciones del artículo a elección del lector, quien podrá acceder a una versión estándar y a otras esquemáticas o enriquecidas, según el uso que haga de los elementos desplegables, los hipervínculos, etc., que estarán a su disposición.
  4. Con menos abreviaturas. Si el espacio ya no es un problema, nada impide que, por ejemplo, los lemas con flexión aparezcan escritos en sus formas completas. Así, en la siguiente edición, encontraremos lemas como contento, contenta o panadero, panadera.
  5. Con menos definiciones recursivas o «emparentadas». Teniendo en cuenta que muchas de las convenciones lexicográficas tradicionales pretenden ahorrar espacio, el medio digital nos permite no solo ampliar notablemente el número de voces definidas, sino también modificar el sistema de redacción. Si la costumbre es que una voz derivada (consumición) se defina mediante la voz de la que deriva (‘acción y efecto de consumir’) —lo que obliga a consultar esta última para entender el significado de la primera—, parece lógico ahora evitar ese rodeo y definir por extenso en ambas voces: consumición ‘utilización de comestibles u otros bienes para satisfacer necesidades o deseos’.
  6. Con información sintáctica y acerca de los complementos requeridos por una palabra. Al consultar, por ejemplo, oriundo, el diccionario nos informará no solo de su significado ‘que tiene origen en un lugar’, sino de que la mención de ese lugar se construye con la preposición de: Su familia es oriunda DE México. O averiguaremos que el sujeto de la acepción coloquial americana de latir ‘parecer algo a alguien’ es siempre una oración con que: Me late QUE tendrá unos quince años.
  7. Con información morfológica. El consultante dispondrá de información detallada acerca de las irregularidades y particularidades de las voces que consulte; por ejemplo, sobre la formación del plural (regímenes, gags…), los femeninos (motora/motriz…), los diminutivos especiales o más frecuentes (azuquítar, cafelito…; pizquita…), los superlativos regulares e irregulares (buenísimo, bonísimo…), las peculiaridades de conjugación (participios impreso/imprimido…), etc., con enlaces a las obras académicas donde se explica por extenso cada cuestión.
  8. Con especificaciones semánticas. El diccionario nos advertirá de que un adjetivo como cansado puede significar ‘que produce cansancio’ (un viaje cansado), pero, si se combina con sustantivos que designan gestos, entonces pasa a significar ‘que denota cansancio’, como en Hizo un ademán cansado.
  9. Con información ortográfica. El diccionario mantendrá un equilibrio entre descripción y norma, y dará cabida a todas las voces válidas del idioma, pero seremos informados siempre de cuáles son las preferidas por la Ortografía, ya sea mediante notas explicativas, ya sea mediante enlaces a la propia obra.
  10. Con información pragmática. La nueva edición incluirá contenidos acerca de las condiciones de uso de una palabra. En casos especiales estas indicaciones se referirán no tanto a aspectos normativos como a otros de corte más sociológico. Así informará debidamente de los usos considerados ofensivos o discriminatorios, con advertencias similares a las que ahora se consignan en gitano o sexo débil (➤ D-4).
  11. Con la pronunciación de las voces. El medio digital facilitará las pronunciaciones de las palabras que tengan alguna particularidad al respecto, con distinción de las preferencias según los países. Así, voces como ballet o saharaui vendrán acompañadas de un audio donde se podrá consultar su pronunciación. Y otras, como DVD, recogerán grabaciones distintas según cómo se articulen en España y en los distintos países de América.
  12. Con numerosos ejemplos. Para la mayor comprensión de un sentido, cada acepción irá acompañada de ejemplos y citas procedentes en su mayoría de los corpus académicos. Las citas llevarán su correspondiente ficha bibliográfica, que nos remitirá al autor y obra en que se ha usado la voz con el sentido que se quiere ilustrar.
  13. Con enlaces a los corpus y a otras obras académicas. Por medio de hipervínculos, ventanas emergentes o pestañas, el diccionario permitirá acceder, por una parte, al texto completo de una cita y, por otra parte, al lugar concreto de una obra académica donde se estudia una determinada cuestión que afecta a la voz consultada. De este modo, si lo que nos interesa es el uso de la mayúscula en las palabras sol y luna, podremos llegar con un solo clic al lugar de la Ortografía en que se habla de ello.
  14. Con sinónimos, afines y antónimos. Las definiciones sinonímicas tradicionales dejarán de existir en su mayoría, sobre todo aquellas cuya función fundamental radica en el ahorro de espacio. Serán sustituidas por definiciones por extenso, más clarificadoras. Eso significa que una voz americana como heladera dejará de definirse como ‘frigorífico’ y será sustituida por ‘aparato electrodoméstico…’. Pero esa información no se perderá; a cambio, habrá un nuevo campo con los sinónimos, afines y antónimos de cada acepción, con especial atención a sus peculiaridades dialectales, de registro, etc.
  15. Con las construcciones más comunes, o colocaciones, de una voz. Este apartado dará cuenta de las palabras con las que se combina habitualmente la que buscamos. Por ejemplo, se indicará que nariz aparece frecuentemente asociada con congestionada, aguileña, ganchuda, respingona…, y en construcciones como cosquillear, atascarse, desfigurarse, operarse la nariz; aspirar/espirar por la nariz, etc.
  16. Con adscripción del tema al que pertenece cada acepción. Esta función se concibe como un complemento de la información aportada por las marcas técnicas y nos permitirá localizar el léxico de un área temática completa. Si hasta ahora podíamos reunir en una búsqueda todas las voces especializadas de la anatomía humana, como celoma o vómer, con este recurso llegaremos también a las palabras no técnicas relacionadas con ese campo del saber, tales como corazón o piel.
  17. Con la fecha de la primera aparición en los corpus académicos y su frecuencia. Cada entrada del diccionario enlazará con el texto de los corpus en que se documente por primera vez una palabra y llevará asociada una información estadística sobre su frecuencia en el conjunto de los corpus académicos, lo que orientará acerca de su uso real.

     

    Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
    Libro de estilo de la lengua española [en línea], https://www.rae.es/libro-estilo-lengua-española/el-futuro. [Consulta: 30/06/2024].

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