armonio

Se documenta por primera vez, con la acepción 'instrumento musical de viento y teclado parecido al órgano, pero sin tubos y de menor tamaño, dotado de unos pedales que abren y cierran un fuelle que lleva aire a una caja interior en la que, al tocar las teclas el instrumentista, provoca la vibración de diversas lengüetas', en el Diccionario nacional (1846) de Domínguez y posteriormente se localiza en diferentes artículos periodísticos de 1862, con las variantes armonio y harmonio. En el DPD (s. v. armonio) se advierte que "se desaconsejan, por desusadas, las grafías con la h- etimológica". Tras la actuación de la metonimia, se atestigua como 'arte o técnica de tocar el armonio' en 1862, en La Correspondencia de España (Madrid) donde se ofrece un caballero como profesor de diversas materias. A su vez, se registra también el valor de 'persona que toca el armonio' en 1886, en la sección de la programación musical de La Dinastía (Barcelona). 

Vid. también armonio (DH 1933-1936).