batidor

Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936)

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batidor

 

batidor. m. Peine, especialmente el usado para escarmenar el cabello.

                3-v-1854 Jable (El Eco del comercio, p.4): En el puesto del Sr. Gómez se halla de venta lo siguiente: Peines de asta á 2 cuartos. Batidores de id. á 4 cuartos. Carteras cubiertas de marroquí de 4 pulgadas, á 21 cuartos. 6-iii-1861 Jable (El Omnibus, p.3): En el Establecimiento de D. Domingo Penichet y Calimano, se acaban de recibir los artículos siguientes: [...] alfileres de pecho, gemelos finos y bastos, botones para papelot y chalecos, peines y batidores finos [...]. 1-ii-1862 Jable (El Eco del comercio, p.4): En este almacén hay un bonito surtido de cintas de colores, peinetas de moda, pulseras doradas, alfileres de pecho, perfumes superiores, abanicos, paraguas de seda, cortes de vestidos propios para Teatro, portamonedas de varias clases, peines y batidores finos y de los ordinarios, botones de muchas clases [...]. 3-xi-1863 Jable (El Guanche, p.4): En la Lonja de Chocolate de Nicolás Hernández, calle del Sol nº 37, se halla de venta lo siguiente: [...] trenzas para zapatos, trenzas para abrochar corcés, batidores para el pelo, pistones, canela, azufre de canuto, clavo de comer, esencia de anís, alpister, botones de hueso para pantalones, alfileres y ojetes. Todo se espende á precios sumamente módicos. 1886-87 Pérez Galdós Fortunata (corde, s.v.): La noche, cuando estaba sola, era el mejor tiempo para dedicarse con entera libertad a la peluquería elegante. Un pedazo de espejo, un batidor desdentado, un poco de tragacanto y el alambre gordo le bastaban. Por mal de sus pecados, aquella noche se había trabajado el pelo con tanta perfección, que... «¡hija, ni que fueras a un baile!», se había dicho ella a sí misma, con risa convulsiva, al mirarse en el espejo por secciones de cara, porque de una vez no se la podía mirar toda. 25-iv-1895 Jable (Diario de Tenerife, p.3): Objetos recibidos para el Bazar. D. Juan B. Coltelloni, 6 espejos, 4 tarros de esencias, 4 jaboncillos, 6 peines batidores, 12 peinetas de carey. 30-vi-1896 Jable (La Opinión, p.1): Se ven mercaderes de quincalla fina, gemelos, carteras, petacas, boquillas para pitillos y para puros, peines, lendreras y batidores tres cosas distintas y un solo fin verdadero, botonaduras, aderezos, alfileres, pendientes, dijes, cadenas para reloj, llaveros, cortaplumas, navajas de afeitar, tijeras, portamonedas y pastillas de jabón de olor.

                19-i-1901 Jable (Diario de Tenerife, p.4): Magnífico surtido de [...] Cepillos para fregar y para barrer.- Pañuelos de seda.- Peines y batidores.- Espejos.- etc. etc. 16-vi-1904 Jable (El Tiempo, p.3): Entre los numerosos artículos que este establecimiento acaba de recibir encontrará el público, un precioso surtido de juegos de lavabo ingleses. [...] Camisas. Corbatas. Botonaduras. Batidores y peines. Medias y calcetines. Puños y cuellos blancos, ingleses y franceses. 1924 Millares Léxico de GC (p.119). Moroña. Es la cabellera espesa, enmarañada, que forma un amasijo en el que penetra difícilmente el batidor.

¨Fue una voz común en el archipiélago entre la segunda mitad del siglo xix y la primera mitad del siglo xx, como se puede apreciar en los ejemplos seleccionados, casi todos ellos procedentes de anuncios publicitados en la prensa periódica. De ahí su empleo por parte de Pérez Galdós y de los hermanos Millares. A finales de los años sesenta del siglo pasado, Guerra Navarro (p.80) ya lo consideraba término en decadencia, pero el aleican (mapas 565 «Peine» y «Lendrera») todavía lo recogió en algunas localidades de La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote e incluso en La Graciosa, y fue una de las respuestas dadas por los informantes del habla culta de Las Palmas de Gran Canaria (vid. Samper Padilla, p.443). Por los ejemplos analizados, especialmente el relativo al año 1896, no parece haber sido en un principio completamente sinónimo de «peine», sino que hacía referencia a un tipo concreto, seguramente una especie de «carmenador». El dea i recoge batidor, que califica como «raro», con la definición de «Peine claro de púas» y con un ejemplo del manchego Francisco García Pavón. El drae, sin embargo, la ha considerado como voz general desde que la incorporó en su edición de 1843 hasta la última de 2001. Y el dhle-33/36 la ejemplificó con dos textos, uno del catalán Pedro Felipe de Monláu y otro de la gallega Emilia Pardo Bazán. En Andalucía, el alea iii ofrece testimonios de uso correspondientes a todas las provincias excepto Córdoba, con los sentidos de «Peine» en general, «Peine de dientes espesos», «Peine largo» y «Peine de hombre» (mapa 699). Según los datos de García Mouton/Grijelmo (pp.76-77), la palabra continúa vigente en Alicante y Valencia por interferencia con el valenciano, «pero también la encontramos languideciente en otras zonas, como Asturias, y en general en el lenguaje especializado de la peluquería, donde se puede hacer un pedido de batidores de carey, como reflejan los catálogos profesionales».

 

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