elodicón

Diccionario histórico de la lengua española (2013- )

elodicón s. (1845-)
elodicón
Etim. Voz tomada probablemente del francés élodicon, atestiguada al menos desde 1838, en el tomo IX de la Encyclopédie des Gens du Monde (Paris, Treuttel et Würtz), en la que se explica el uso de dos vocablos para denominar este instrumento (p. 599: "Éolodicon, instrument de musique à vent et à clavier, inventé vers 1816 par un Allemand nommé Eschenbach, construit et perfectionné par Voit, Fr. Sturm et autres. [...] L'inventeur donna d'abord à son instrument le nom d'éoline que l'on changea en celui d'éolodion; en fin on rectifia ce mot en écrivant éolodicon, nom que lui est resté et que quelques auteurs écrivent mal à propos élodicon. Cette diversité de noms a donné lieu à des erreurs: on a pris pour trois instruments ce qui en réalité n'en était qu'un seul"). El vocablo francés procede, a su vez, del alemán aeolodikon, instrumento inventado por Bernhard Eschenbach, hacia 1815 (en 1820 figura en el artículo "Über die Erfindung der Aeoline, oder des Aeolodikon", firmado por Gleischmann y publicado en el n. 30 del Allgemeine Musikalische Zeitung del 26 de julio, pp. 505-508).

Con la acepción de 'especie de órgano que en vez de tubos, tiene unas planchuelas de metal fijadas solo por una estremidad y que suenan cuando por medio del aire se ponen en vibración' se registra por primera vez en el Diccionario nacional de Domínguez, en 1846; el primer repertorio especializado en cuestiones musicales que recoge esta voz es el Diccionario de música de Fargas y Soler, en 1852. Desde entonces se consigna en diversos diccionarios y enciclopedias, sean o no especializados en cuestiones musicales. Estos testimonios lexicográficos se extienden principalmente durante la segunda mitad siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. No hay constancia de documentaciones léxicas de esta voz en español, debido probablemente a la habitual falta de éxito que tuvieron muchos de los instrumentos ideados durante el siglo XIX: muchos no pasaron de meros ensayos, otros fracasaron al no alcanzar las expectativas deseadas, y algunos otros fueron pasos previos o intermedios para la creación de nuevos instrumentos. En este caso el elodicón fue uno más de los instrumentos en que se empleó el sistema de las lengüetas libres vibrantes, que es el principio mecánico que se utilizaría definitivamente como base del armonio.

Notas filológicas

En la historia de la organología se conocen al menos tres instrumentos que fueron bautizados con el nombre alemán aeolodikon. Por otro lado, cabe señalar que el instrumento al que hacen referencia los registros lexicográficos españoles es el inventado por B. Eschenbach hacia 1815; tal instrumento, como se ha señalado, recibió ya en época de su invención diferentes nombres: aeoline, aeolodion y aeolodikon, nombre que parece haber sido el definitivo. Esta última voz, además, se habría deformado por error o intencionadamente como aelodikon, quizá ya en el propio alemán, dando aí lugar al francés elodicon (véase la cita, incluida en la etimología, de la Encyclopédie des gens du monde, répertoire universel des sciences, des lettres et des arts). Este hecho, junto a la convivencia de las diferentes denominaciones y, por tanto, la confusión terminológica general, es la causa de que algunos diccionarios muestren dos entradas, elodicón y eolodicón, para referirse al mismo instrumento, si bien con diferente grado de explicitud en sus definiciones. 

    Acepción lexicográfica
  1. s. m. Mús. "Especie de órgano que en vez de tubos, tiene unas planchuelas de metal fijadas solo por una estremidad y que suenan cuando por medio del aire se ponen en vibración" (Domínguez, DiccNacional-1846).

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