leprosidad

Se documenta por primera vez, en la acepción 'enfermedad infecciosa crónica causada por la bacteria Mycobacterium leprae, y caracterizada por lesiones y úlceras en la piel y las mucosas, cierta pérdida de sensibilidad y debilidad muscular', entre 1400 y 1425, en el Libro del Tesoro (Girona, Catedral 20a5), texto en que figuran las variantes leprosidad y lebrosedat; con este valor, la vida del vocablo apenas supera esta centuria, pues tan solo muestra algún testimonio esporádico en el siglo XX: en el Nuevo diccionario enciclopédico ilustrado de la lengua castellana de M. Toro y Gómez (1901) y en Desde el Arauco de Y. Arenales (1992), donde podría parecer que se entiende como una manifestación cutánea de la lepra. Como 'proliferación de manchas en paredes, tejidos o pieles de animales provocada por un hongo o por un exceso de humedad' solo se atestigua en 1905, en Nuestras glorificaciones, de M. González Prada.

En algunos repertorios lexicográficos se consignan otras acepciones: 'abundancia de lepra' y 'estado del cuerpo leproso', consignadas ya en 1847 en el Diccionario nacional de Domínguez.