mórbido

Diccionario histórico de la lengua española (2013- )

mórbido, a adj. (1450-)
mórbido, mórvido
Etim. Voz tomada del italiano mòrbido, atestiguada en esta lengua desde antes de 1292 con el significado de 'blando', y ya en el siglo XIV, con los de 'suave, liso y delicado al tacto' (1313) y 'flexible' (1348-1353); y esta, a su vez, del latín morbidus, a, um (véase M. Cortelazzo y P. Zolli, DELI, s. v. mòrbido).

Este adjetivo se documenta por primera vez en 1450, en la Traducción de la Teseida de Boccaccio, en un pasaje en el que parece que el traductor no vierte fielmente el texto italiano ("Ciascuno aveva i ferri sanguinosi / E'l viso rotto e l'armi dispezzate; / E' piú morbidi aspetti rugginosi / Eran di vero, e le veste squarciate"), sino que reinterpreta el significado del adjetivo "morbidi", quizá debido a la influencia del latín "morbidus". Por ese motivo, hemos incluido este testimonio bajo la acepción 'que tiene una enfermedad', poco frecuente y ajena a la voz italiana. Con el valor 'que causa una enfermedad o es propicio para la enfermedad' se registra desde 1602, en el Tratado de peste de J. Jiménez Savariego, si bien se emplea solo esporádicamente. En el ámbito de la pintura y la escultura, el vocablo se emplea habitualmente (en particular, a partir del siglo XVIII) con la acepción 'que parece suave, terso, de líneas armoniosas y bien proporcionado', atestiguada al menos desde 1585, en Varia Conmensuración para la Escultura y Arquitectura, de J. de Arfe y Villafañe; su procedencia italiana se confirma en 1633, cuando se recoge como préstamo en los Diálogos de la pintura de V. Carducho, en una enumeración de voces de origen italiano propias de la pintura. No obstante, el vocablo muestra mucha mayor frecuencia de uso con la acepción 'que resulta agradable o placentero por su belleza, su suavidad o su sensualidad', particularmente cuando se emplea como modificador de sustantivos que designan partes del cuerpo humano (y, en concreto, femenino); con este significado se registra en dos obras de L. de Góngora y Argote: en 1617, en el Panegírico al Duque de Lerma (en un pasaje que parece referirse, según R. James, a la tez blanca de las mujeres: "Morbide cristal désigne la blancheur du teint des dames qui, à Valladolid, assistent à une fête en 1605, dans le cadre des réjouissances organisées à l'occasion de la naissance et du baptême du futur Philippe IV"; "Retrogongorisme", Criticón, 1978, I, p. 19) y, en 1618, en la Fábula de Píramo y Tisbe, si bien estos testimonios ocasionales no pueden ocultar el hecho de que el adjetivo comienza a ser utilizado habitualmente con este valor en el siglo XIX: en 1814 se documenta en las Poesías de J. Meléndez Valdés). Como sinónimo de blando ('que se deforma fácilmente o cede a la presión') se atestigua desde 1642, en las Empresas políticas de D. de Saavedra Fajardo. Con la acepción 'que es elegante y satisface un gusto refinado' (es decir, como sinónimo de delicado) se registra en 1680, en Glorias de Querétaro, de C. de Sigüenza y Góngora, aunque parece utilizarse con mayor frecuencia a partir del siglo XIX. Por su parte, como sinónimo de suave ('que es agradable a los sentidos por su intensidad moderada') se documenta en 1916, en El segundo libro del Trópico de A. Ambrogi. Como 'perteneciente o relativo a la enfermedad', mórbido se atestigua a partir de 1808, en una traducción de un artículo francés publicado en Minerva o El Revisor general (Madrid). A partir de 1881 (La campaña de Lima, de B. Vicuña Mackenna), adquiere, como morboso, el significado de 'que se aleja de lo que se considera normal, razonable o moral o psíquicamente saludable'. En 1970, en la Reivindicación del conde don Julián de J. Goytisolo, se documenta con la acepción de 'que provoca morbo'. Únicamente en un caso (en Háblame de Laura, de E. Wolff) se ha atestiguado con el valor de '[persona] propensa a tener morbo'.

  1. adj. Que tiene una enfermedad.
  2. adj. Pint. Escult. Que parece terso, suave, de líneas armoniosas y bien proporcionado.
    1. adj. Frecuentemente como modificador de carne.
  3. adj. Que causa una enfermedad o es propicio para la enfermedad.
  4. ac. etim.
    adj. Que resulta agradable o placentero por su belleza, su suavidad o su sensualidad.
    1. adj. Frecuentemente, como modificador de sustantivos que designan partes del cuerpo femenino, como boca, brazo, busto, cadera, cintura, cuello, espalda, garganta, hombro, labio, mano, muslo, nalga, pecho, pierna, seno y talle.
  5. ac. etim.
    adj. Que se deforma fácilmente o cede a la presión.
  6. adj. Que es elegante y satisface un gusto refinado.
  7. adj. Perteneciente o relativo a la enfermedad.
  8. ac. etim.
    adj. Que se aleja de lo que se considera normal, razonable o moral o psíquicamente saludable.
  9. ac. etim.
    adj. Que es agradable a los sentidos por su intensidad moderada.
  10. adj. Que provoca morbo.
  11. adj. [Persona] Propensa a tener morbo.

Tesoro de los diccionarios históricos de la lengua española 2021
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Con el apoyo de Inditex

Sobre el TDHLE

Rueda de palabras

cerrar

Buscador general de la RAE

cerrar

Diccionarios

Dudas rápidas