terebrante

Se documenta por primera vez, con la acepción '[dolor] que es muy intenso y se parece a la sensación de perforación o trepanación de la parte dolorida', en 1785, en Diálogos críticos interlocutorios , de N. Fernández de Castro. Con el valor '[úlcera] que tiende a penetrar profundamente en los tejidos' se registra, en 1845, en el sexto tomo de la  Traducción de Nuevos elementos de Patología médico-quirúrjica ó Tratado teórico y práctico de Medicina y Cirujía, por Roche, Sanson y Lenoir , de L. Boscasa. Con la acepción 'que hace uno o más agujeros en algo, generalmente con una terebra u otro instrumento, atravesándolo total o parcialmente' se atestigua por vez primera en la edición de 1847 del  Diccionario nacional de Domínguez. En ese mismo diccionario también se registra  terebrante  como '[animal u órgano] que perfora materiales duros'. En 1883 se documenta la acepción '[sonido] que es molesto y desagradable', en un artículo de M. Pascual Berzosa publicado en  El Criterio Médico (Madrid) . Ya en el siglo XX, la acepción 'que causa un sufrimiento físico o moral, o una sensación molesta, intensa y desagradable' se atestigua, en 1905, en un texto de M. Bueno aparecido en  El Heraldo de Aragón (Zaragoza). Y con el valor 'que intenta descubrir o penetrar en lo más íntimo u oculto de alguien' se documenta en 1919, en un artículo de P. Raida publicado en Grecia (Sevilla) .

Se consigna, en 1852, con la definición 'catiticacion de los insectos himenópteros cuyas hembras están provistas de un taladro', en el suplemento del Diccionario general de la lengua castellana dirigido por Caballero, donde se escribe catificación en lugar de calificación. En 1953, el Diccionario enciclopédico de la editorial UTEHA incluye la acepción 'insecto de un suborden de himenópteros caracterizado por poseer taladro'.