termografía

Se documenta por primera vez, con la acepción 'producción de imágenes sobre una superficie lisa por medio del calor, sin intervención de ninguna luz', en 1843, en un artículo publicado en La Colmena (Londres) y se consigna, en 1883, en el quinto tomo del Primer diccionario general etimológico de la lengua española de Barcia. Como  'técnica diagnóstica que registra la temperatura de distintas zonas del cuerpo mediante gráficos o imágenes' se atestigua, en 1881, en un artículo de  La Gaceta de Sanidad Militar (Madrid) ; a partir de 1972 se registra con cierta frecuencia con el modificador  infrarroja  y, en 1978, se documenta con el complemento de contacto (y, posteriormente, con los complementos en placas o por cristales líquidos ), para referirse a una técnica basada en la propiedad que poseen los cristales líquidos de colesterol de cambiar de coloración en función de la temperatura de la zona con la que entran en contacto. Con el valor 'técnica de estampación gráfica que, mediante el calor, crea un relieve en la tinta' se atestigua en 1961, en un artículo de  La Vanguardia (Barcelona) . Como 'medición de la temperatura a distancia mediante la captación de la radiación infrarroja' se documenta en 1971, en un artículo publicado en  La Vanguardia (Barcelona)  y, con el modificador  infrarroja , se registra ya en 1974.

En los diccionarios se consignan, además, otras acepciones: 'empleo del termógrafo', recogida en el Diccionario enciclopédico de la lengua castellana (1895) de Zerolo; y, como sinónimo de termología, figura en el Vocabulario tecnológico de Aragón Ovejero y Cuesta Armiño, de 1897.