termógrafo

Se documenta por primera vez, con la acepción 'persona que se dedica a la termografía', en 2002, en una noticia publicada en La Vanguardia (Barcelona) sobre un accidente en helicóptero del que se hacen eco varios periódicos.

Se documenta por primera vez, con la acepción 'instrumento que sirve para medir y registrar las variaciones de temperatura', en 1866, en el trabajo titulado "Estudios fisiológicos sobre los caracteres de los latidos cardíacos y las condiciones que los modifican", publicado en la Revista de Sanidad Militar y General de Ciencias Médicas (Madrid) y se atestigua en textos científicos hasta la actualidad; se consigna por primera vez, en 1895, en el Diccionario enciclopédico de la lengua castellana de Zerolo. La empresa de los hermanos Richard estaba especializada en este tipo de instrumentos, por lo que no es infrecuente que se registre termógrafo con Richard en aposición o con el complemento de Richard. Como 'instrumento diagnóstico que sirve para registrar la temperatura de distintas zonas del cuerpo' se atestigua en 1978, en el artículo "El calor, útil para determinar un bombardeo, el cáncer o la contaminación", publicado en La Vanguardia (Barcelona), y es de uso en el ámbito de la medicina.