vela

vela. (De vela, acción de velar). f. Reunión nocturna de vecinos y conocidos, especialmente mujeres, de carácter festivo, en casa de una recién parida, durante las primeras nueve noches después del parto, que culminaba con el baile de última en la novena noche. Tb. «~ de (la) parida». V. velorio.

                14-iii-1760 (1966) Acuerdos del Cabildo de Fv iii (pp.294-295): [Documento sobre desórdenes cometidos en las llamadas Velas de las Paridas] En Canaria a catorce de Marzo de mil septecientos y sesenta años. Los Señores precidente Regente e oydores en vista de lo reprecentado por el Señor Fiscal de Su Magestad en su escrito de doce del Corriente sobre y en asumpto de los muchos deshórdenes, ofensas de Dios, escándalos, licencias, embriagueces y todo género de exesos que se cometen en los pueblos destas siete islas en las que llaman Velas de las paridas con el motivo de acompañarlas de noche y providencias pedidas en dicho escrito para el remedio de todo Dixeron que los Corregidores y Alcaldes Mayores de todas siete islas hagan se publique por vando en las Capitales y cada uno de los lugares de ellas que ninguna persona concienta en su cassa los vayles y juegos y demás diverciones que con ocación de velas de Paridas se acostumbran pena de quatro ducados por cada vez [...]. 1766 (2000) Mandato del Obispo (p.53): Que cele no haia concurrencias de hombres y mujeres de donde se origine la relajacion de costumbres y ruina espiritual de los fieles especialmente con el motivo de ir a velas de paridas y de enfermos convirtiendo una obra de misericordia en un desorden mui perjudicial a sus Almas [...]. 13-i-1783 (1996) Libro de Acuerdos de Cabildo (p.79): [...] por la introdución y extracción de gente de mala vida y visitas de salud en los vageles estraños, rondas de noche y la prohibisión de las velas en casas de parida de tablagerla y naipes, de comercio ilícito y husurario [...].

                1802 (1996) Betancourt Quadernos (p.288): En este día, lunes, 29 de marzo de 1802, murió el hijo de La Cangreja, gran tocador de vihuela, y cantador, a resultas de una paliza que le dieron en una vela en el risco de San Juan, en casa de un cojo zapatero.

                1901 (1985) Bethencourt Alfonso Respuestas (p.140): [Santa Cruz de Tenerife] Por lo común desde la segunda noche de dar a luz una mujer comienzan las reuniones en la habitación de la parida, concurriendo los parientes, amigos y vecinos hasta que se bautiza al recién nacido; dando principio a la tertulia poco después de anochecer hasta media noche más o menos. A estas reuniones llaman Velorios o vela de parida. 1905 Pícar Teror (p.12): Teror conserva mucho de la demótica antigua de los campesinos; en los caseríos de las inmediaciones se celebran con frecuencia las reuniones llamadas velas y últimas, con motivos de nacimientos y de bautizos [...].

¨En 1895, Domingo J. Navarro, en su obra Recuerdos de un noventón (p.57), describía cómo eran aquellas velas de parida: «Desde la primera noche del día del parto hasta la novena, todas las vecinas y conocidas de la parida y algunos hombres entraban en la habitación y no salían hasta media noche, dejando dos o tres en vela, mientras aclarase el día. Las horas de las veladas se entretenían con cuentos más verdes que blancos, con juegos de prendas intencionados y picarescos, con alguna descamisada o desgranada, o charlando y mascullando gachafisco o piñas asadas». Según el mismo autor (p.58), esta costumbre tenía el carácter de vigilancia, debido a que «fue muy frecuente el hecho de que los recién nacidos amanecían muertos y amoratados en la misma cama de sus madres. Este desgraciado suceso se atribuía a las brujas que entraban callandito y les chupaban la sangre».

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ISBN 978-84-88366-95-5 (o.c.)978-84-88366-93-1 (v.1) 978-84-88366-94-8 (v.2)