Cuestiones de ortotipografía

Clase de letra

  1. Cada fuente o tipo de letra puede adoptar diversas formas por variación de alguna de sus características: por su forma y altura distinguimos minúscula, versal (o mayúscula) y versalita; por su inclinación, redonda y cursiva; por el grosor de sus trazos, fina, normal y negrita —aunque hay familias que incluyen superfina y extrafina, así como seminegra, extranegra y supernegra—; por su posición en relación con la línea de caracteres, volada (también llamada voladita o superíndice), normal y subíndice.

    redonda

    cursiva

    negrita

    minúscula

    VERSALITA

    MAYÚSCULA

    superíndice

    normal

    subíndice

    Lo indicado es emplear las variantes creadas por el diseñador de la fuente, que presentan todos los ajustes necesarios para su correcta y armoniosa visualización, y evitar generar falsas cursivas, negritas o versalitas, que distorsionan las proporciones de los caracteres.

  2. Letra redonda. La letra redonda es aquella en la que los trazos ascendentes y descendentes de los caracteres son verticales y se sitúan de modo perpendicular a la línea de escritura. Se trata de la clase de letra neutra y básica utilizada por defecto en el texto principal. Se emplea además, como si de un negativo se tratase, cuando es necesario resaltar una palabra o fragmento en un texto escrito en cursiva:

    al|quibla

    La palabra escúter es una adaptación de la voz inglesa scooter.

    Se escriben en redonda:

    1. Los nombres propios y las entidades, instituciones, organismos, marcas comerciales…, incluso cuando se trate de denominaciones de otras lenguas:

      Eusko Jauralitza, Rijksmuseum, Lamborghini, Microsoft Excel, Google.

    2. Las siglas y acrónimos, tanto de conceptos comunes como de nombres propios, aun cuando su desarrollo responda a una expresión de otra lengua:

      ONG (‘organización no gubernamental’), TIC (‘tecnologías de la información y la comunicación’), FBI (‘Federal Bureau of Investigation’).

      Únicamente las siglas que corresponden a títulos mantienen la cursiva (➤ T-13, f).

    3. Las palabras de otra lengua plenamente incorporadas a nuestro idioma por ajustarse a la ortografía del español, así como las fórmulas de tratamiento de otras lenguas, con independencia de su grado de adaptación:

      bádminton, boicot, sir Arthur Conan Doyle, madame de Maintenon.

      Esta norma se aplica también a las palabras latinas adaptadas a la ortografía del español o plenamente incorporadas por no presentar problemas de adecuación:

      álbum, hábitat, exabrupto, estatus, referéndum, lapsus.

    4. Las palabras españolas derivadas de voces extranjeras, aunque conserven las características gráficas de la palabra de la que derivan:

      beethoveniano, hollywoodiense, darwinismo, pizzería.

    5. Las palabras escritas en un sistema de escritura que carezca de cursiva:

      Se tatuó la palabra china , que significa ‘coraje’.

    6. Los seudónimos, sobrenombres, alias y apodos. Solo se usa la cursiva o las comillas en aquellos que aparecen entre el nombre de pila y el apellido, o si ocupan el lugar del nombre de pila:

      Alfonso X el Sabio, la Faraona, María Navajitas Mendoza, Ernesto «Che» Guevara, el Kun Agüero.

    7. Los títulos delimitados por comillas, como sucede con las piezas independientes que forman parte de una obra, o los títulos de planes, proyectos, ponencias, discursos, conferencias, presentaciones o exposiciones de carácter cultural cuando se citan en el interior de un texto:

      La exposición «Atapuerca: nuestros antecesores» tuvo una gran acogida.

    8. Los títulos de las colecciones editoriales, pues ya quedan claramente delimitados por la mayúscula:

      Es un excelente manual de Alianza Universidad.

    9. Los títulos de documentos oficiales o históricos, como tratados, convenciones, acuerdos, declaraciones, etc., así como los de los textos o documentos de carácter legal o jurídico (fueros, códigos, órdenes, leyes, decretos…), pues su extensión está delimitada por el uso de la mayúscula:

      el Tratado de Maastricht; la Carta de Atenas; el Código Penal; Ley Orgánica 3/1981, de 6 de abril, del Defensor del Pueblo.

      Cuando su longitud hace inapropiado el uso de mayúsculas en todos los elementos, pueden delimitarse tanto con comillas como con cursiva (➤ T-13).

    10. Los títulos de los libros sagrados, así como los de cada uno de los libros o divisiones que los componen, incluso cuando se cita una edición concreta por su denominación habitual (➤ O-220):

      la Biblia, el Corán, la Torá, el Nuevo Testamento, el Génesis, la Biblia de Ferrara.

    11. En textos de carácter técnico o científico y en manuales didácticos de disciplinas de esta índole, deben escribirse en redonda las cifras, los símbolos de las unidades, símbolos matemáticos que representan funciones y operaciones concretas (como «sen» y «lim») y los que tienen su propio signo (+, ¹, ∞), así como los corchetes y las llaves:

      Teorema 6.3. El seno de la suma de dos ángulos es sen(2α) = = 2 sen α cos α.

      Un recipiente contiene H2 a 20 °C y 12,0 atm. Hállese la presión si se calienta a 75 °C.

    12. Los nombres españoles con los que se designan los taxones zoológicos y botánicos superiores al género:

      orden coleópteros, familia cactáceas, clase insectos.

  3. Letra cursiva. La letra cursiva o itálica es aquella que tiene inclinados los trazos ascendentes hacia la derecha y los descendentes hacia la izquierda. La cursiva se emplea en español en oposición con la letra redonda con dos funciones fundamentales: para señalar el carácter especial de una palabra o fragmento y para delimitar expresiones o fragmentos concretos (denominaciones, citas…).

    al|faquí

    Existen usos para los que puede optarse por las comillas o por la cursiva en textos impresos, pero su empleo conjunto es redundante tanto si afecta a una sola palabra como a un fragmento más amplio, como una cita.

  4. Usos de la cursiva. La cursiva es el tipo de letra apropiado para indicar que las palabras o fragmentos con ella resaltados son ajenos a la lengua del contexto en que aparecen, bien por ser palabras tomadas de otros idiomas, bien porque no se estén utilizando con su sentido literal o porque no pertenezcan al registro del texto correspondiente. También se emplea la cursiva con función metalingüística, esto es, para señalar que una o varias palabras se usan para referirse a ellas como tales y no por su significado. Se escriben con cursiva:
    1. Las palabras pertenecientes a otra lengua que no se adecuan a nuestro sistema ortográfico (extranjerismos crudos, ➤ O-235):

      No es más que otra de sus boutades insoportables.

      También es posible aplicar la cursiva a aquellos extranjerismos que no presentan problemas de adaptación siempre que se desee destacar su condición de palabras o expresiones no españolas:

      Cómo preparar el mejor okonomiyaki.

      Esta norma se aplica también a las locuciones o expresiones latinas no adaptadas, análogas a los extranjerismos crudos: Carthago delenda est; in dubio pro reo. Las abreviaturas que corresponden a estas palabras o expresiones se escriben asimismo con cursiva.

      En textos especializados y de carácter técnico, es posible escribir en redonda los extranjerismos no adaptados cuando son términos de uso común y asentado en la disciplina a la que pertenecen. Así, en un manual de informática, lo normal es que voces como hardware o software no se escriban con cursiva.

    2. Las intervenciones entre corchetes que corresponden a un comentario en una cita (➤ O-157):

      Citando a Balmes: «¿Queréis evitar revoluciones? Haced evoluciones» [la negrita es nuestra].

    3. El adverbio latino sic (‘así’), que, entre paréntesis o corchetes, indica que una palabra o frase que pudiera parecer errónea o inexacta es textual:

      «Aunque no llegue a llamar a su futuro colega español con el “Curro” que utilizan sus amigos, sí le conoce familiarmente como “Migüel” (sic)» (El País [Esp.] 1.4.2004).

    4. Los nombres latinos que se emplean en la nomenclatura científica internacional para designar el género, la especie y la subespecie de animales y plantas (➤ O-197):

      Acer pseudoplatanus, Panthera leo.

    5. Las palabras que no pertenecen al registro que se está utilizando en el texto, que son impropias, vulgares, se utilizan irónicamente o con un sentido especial:

      Su sobrino dijo que le parecía muy difácil [por difícil].

      El asesino declaró que había cesado a la víctima [por matado].

      En textos impresos, es más frecuente e igualmente correcto emplear las comillas en estos casos (➤ O-143): Es muy «difácil».

      Cuando estas voces se emplean para caracterizar el habla de un personaje, no se resaltan de ningún modo:

      «Y to lo que piden es verdá, y está bien, y tienen muchísima rasón» (Antonio Gala Los invitados al jardín [2002]).

    6. Las creaciones ocasionales y los neologismos de reciente creación cuando quien escribe desea destacar que lo son:

      No soporto a los contradigolotodo que no pueden mantener la boca cerrada.

      Pero, si el neologismo no es ya ocasional o pasa a estar completamente asentado, se escribe con redonda:

      Estados Unidos aumenta la presión sobre los simpapeles.

      En este uso alterna con las comillas.

    7. Las letras que corresponden a símbolos de variables matemáticas o magnitudes físicas (como velocidad, energía o temperatura):

      Teorema 3. Si a = b y b = c, entonces a = c.

    8. En textos de carácter didáctico o divulgativo, especialmente en manuales y libros de texto, los conceptos que se introducen por primera vez para su explicación o definición:

      El consumo normal, voluntario y continuo de bienes y servicios puede ser denominado gasto; mientras que los consumos anormales, involuntarios e imprevistos podrían ser catalogados como pérdidas.

      En este uso puede alternar con la negrita si el texto es claramente didáctico.

      Aunque muchos editores emplean la cursiva en los nombres propios de animales, fenómenos atmosféricos, embarcaciones y vehículos, estos no la requieren, por más que su referente no sean personas:

      la gata Mía, el huracán Katrina, el acorazado Potemkin, el transbordador Columbia.

    9. La cursiva también se emplea con función metalingüística, esto es, para señalar la palabra o el elemento lingüístico de los que se habla:

      La palabra gulag es un préstamo del ruso.

      El prefijo pos- presenta también la variante post-.

      En textos manuscritos o en aquellos soportes que no admiten la cursiva, a este uso le corresponden las comillas.

  5. Cursiva demarcativa para delimitar expresiones denominativas. En español existen dos procedimientos para delimitar la extensión de un nombre propio o expresión denominativa: el uso de la mayúscula en todos sus elementos significativos o la combinación de la mayúscula inicial en la primera palabra con la cursiva o las comillas. Esta es una de las principales funciones de la cursiva, que también se utiliza para delimitar unidades textuales con cierta independencia del texto principal. Así, a fin de delimitar su extensión, se escriben en cursiva los siguientes elementos:
    1. Los títulos de obras, sean o no de creación y sean de la naturaleza que sean: Gramática descriptiva de la lengua española, Ecosistemas de los Andes colombianos, Hamlet, Los miserables, Las meninas, Muerte de un miliciano, La danza del fuego, El cuento de la criada.

      Si un título incluye el título de otra obra, lo indicado es delimitar además este último con comillas, pero sería posible no destacarlo de ningún modo si no hay problemas de identificación de la obra citada:

      Su tesis se titula Nueva interpretación de «Yerma».

      Publicó También los niños leen el Quijote en 2007.

      También se aplica la cursiva en aquellas oraciones en las que se emplea un fragmento del primer verso como título:

      Entró en la iglesia cuando comenzaban a rezar el Yo confieso.

    2. Las menciones abreviadas de los títulos: el Estebanillo (por Vida y hechos de Estebanillo González). Como puede verse en el ejemplo, la cursiva no afecta al artículo que las precede. Esta cursiva se mantiene cuando el título abreviado se utiliza para referirse a los distintos ejemplares, ediciones, versiones o lecturas de una misma obra:

      Ha editado el Buscón de 1626.

    3. Los títulos de piezas independientes que forman parte de una obra pueden escribirse con cursiva cuando ambas no se citan de manera conjunta:

      Releyó la Oda al rey de Harlem.

      No obstante, es igualmente posible delimitar el título también con comillas y letra redonda, como es obligatorio cuando se citan de manera conjunta (➤ O-142):

      Releyó la «Oda al rey de Harlem».

      Releyó la «Oda al rey de Harlem», de Poeta en Nueva York.

    4. En los títulos de textos legales y normativos, cuando resultan demasiado extensos, el uso de la mayúscula suele limitarse al primer elemento y combinarse con la cursiva o las comillas si se citan en el interior de un texto:

      La resolución cita la Ley 14/1999, de 15 de diciembre, por la que se fijan las sedes de las secciones de la Audiencia Provincial de Cádiz en Algeciras y Jerez de la Frontera.

    5. Los títulos de publicaciones periódicas (periódicos, revistas, boletines, etc.), con independencia de cuál sea el grafismo con el que aparezca el nombre en la portada: El Nuevo Día, El Espectador, Diario Médico, Revista de Estudios Asiáticos, Nuevo Estilo… Como se ve, en estos casos se emplea además la mayúscula en todas las palabras significativas.
    6. Las siglas que responden a títulos, ya sean de monografías o de publicaciones periódicas, mantienen la cursiva propia de estos: DEA (sigla del Diccionario del español actual), BRAE (sigla del Boletín de la Real Academia Española), JOOP (sigla de Journal of Object-Oriented Programming).
  6. Cursiva demarcativa para marcar fragmentos de texto. Dado que la cursiva es también un recurso adecuado para delimitar fragmentos de texto que cumplen una función específica en el texto principal o pertenecen a un nivel de texto de otra naturaleza, suelen escribirse con cursiva:
    1. Los prólogos, prefacios, dedicatorias o epígrafes, pertenezcan o no al propio autor de la obra.
    2. Las citas exentas que se disponen en uno o más párrafos independientes, normalmente sangrados respecto del texto principal. Alternativamente, para delimitar su extensión puede emplearse un cuerpo de letra menor (➤ T-74). Si se utilizan comillas, que es el procedimiento habitual para delimitar una cita (➤ O-140), no debe emplearse la cursiva, ni siquiera en aquellos casos en los que la cita corresponde a un texto en otra lengua:

      El profesor comenzó a leer con parsimonia: «Galia est omnis divisa in partes tres…».

    3. Las acotaciones o indicaciones escénicas en obras de teatro y guiones de cine, radio y televisión, así como en la transcripción de textos de carácter oral, tanto si aparecen en párrafo aparte como si se intercalan en la intervención de un personaje:

      ROSITA

      ¡Ay, ay! ¡Digo!, dispone de mí y de mi mano, y no tengo más remedio que aguantarme porque lo manda la ley. (Llora). También la ley podía haberse estado en su casa. ¡Si al menos pudiera vender mi alma al diablo! (Gritando). ¡Diablo, sal, diablo, sal! Que yo no quiero casarme con Cristobita.

      (García Lorca Doña Rosita [Esp. 1922])

      Como puede apreciarse, los paréntesis de apertura y de cierre también se ven afectados por la cursiva.

    4. En obras de carácter lexicográfico, gramatical o didáctico, la cursiva puede delimitar los elementos que indican la función gramatical, los ejemplos, la información adicional…:

      En la datación de cartas y documentos, se escribe coma entre el lugar y la fecha: Santiago, 8 de octubre de 2018.

  7. Letra negrita. La letra negrita es la que se opone a la normal por presentar trazos de un grosor mayor. La negrita se utiliza fundamentalmente para destacar elementos del texto y facilitar que puedan ser rápidamente localizados en la página sin necesidad de realizar una lectura secuencial. Suele reservarse para elementos de titulación, palabras clave o para resaltar algunos elementos textuales como las entradas de los diccionarios, las palabras de guía… Se trata de un estilo claramente asociado a la edición de textos de carácter didáctico o divulgativo, así como a la publicidad y la edición de diarios y revistas.

    negrita

    La negrita debe emplearse moderadamente y con sumo cuidado, ya que puede sobrecargar el texto en detrimento de la legibilidad.

  8. Usos de la negrita. Suelen escribirse con negrita:
    1. Los títulos y subtítulos de las secciones de un texto:

      Sección 4. Vertido de aguas al mar

      El vertido de aguas al mar debe estar regulado legalmente y sujeto a controles sanitarios.

    2. Las cifras que marcan la numeración de los niveles internos de un texto:

      2.3 Una de las teorías más difundidas acerca del desarrollo cognitivo de los niños es la de Piaget, psicólogo suizo.

    3. Los lemas de las entradas de los diccionarios y obras lexicográficas:

      refulgente. adj. Que emite resplandor.

    4. Las remisiones a algún elemento externo al cuerpo del texto, como ilustraciones o apéndices, caso en el que alterna con la versalita (➤ T-19, f):

      Su abreviatura es Excmo. (v. el apéndice 4).

    5. Las palabras que figuran en la fila de títulos de tablas y cuadros. En este uso puede alternar con la versalita (➤ T-18, b), e incluso combinarse con ella.
    6. Los conceptos fundamentales o la información considerada importante dentro de textos de carácter principalmente didáctico o expositivo:

      Un ecosistema es un sistema, como un bosque o un río, que está integrado por un conjunto de organismos vivos, la biocenosis, y el medio físico en el que habitan y se relacionan, el biotopo.

    7. Generalmente, en los textos periodísticos y en los documentos electrónicos, los párrafos destacados o que sirven de resumen, como titulares, sumarios, ladillos…
    8. Opcionalmente, los nombres de personajes citados en reportajes y artículos periodísticos (si bien esta práctica no está generalizada en la tradición española):

      En declaraciones a la cadena ABC, Gasol afirmó que participará en el Eurobasket de Atenas.

    En el ámbito digital, la negrita se emplea con mayor profusión. Así, por ejemplo, en diarios electrónicos y blogs la negrita puede servir para destacar la información relevante en el cuerpo de la noticia o resaltar las preguntas en una entrevista, entre otros usos.

  9. Letra versalita. Por su forma y altura, se distinguen tres tipos de letra: la minúscula, la mayúscula y la versalita. La letra versalita es una variante tipográfica que presenta los mismos trazos que la mayúscula con una altura similar a la de la minúscula. A pesar de su apariencia formal, se trata de una variante estilística de la minúscula, por lo que, cuando se emplea, la mayúscula inicial debe mantenerse en aquellas palabras que lo requieran: JOSÉ PÉREZ GARCÍA. La versalita se emplea hoy fundamentalmente para reemplazar a la mayúscula en determinados contextos, favoreciendo el equilibrio tipográfico del texto y evitando el exceso de mancha, así como para resaltar una palabra o fragmento en aquellos casos en los que el uso de la cursiva o la negrita no es lo más indicado, o para destacarlos en un texto que ya presenta estos estilos.
  10. Usos de la versalita en lugar de la mayúscula. La versalita se emplea como alternativa a la mayúscula en casos como los siguientes:

    VERSALITA

    1. En la escritura de números romanos, siempre que estos no aparezcan aislados o se refieran a una expresión que deba escribirse con mayúsculas: siglo XXI, pero XIII Congreso de Neurocirugía.
    2. En la fila de títulos de tablas y cuadros. En este uso alterna con la negrita (➤ T-16, d).
    3. En la reproducción de fragmentos íntegramente escritos en mayúsculas, como las inscripciones monumentales: En el frente se podía leer DEI GRATIA HISPANIARVM.
    4. En los títulos de textos o capítulos. En este caso, puede optarse por combinarla con mayúscula inicial donde sea necesario o emplear enteramente la versalita: DE LO QUE LE SUCEDIÓ A DON QUIJOTE CON UNOS CABREROS /DE LO QUE LE SUCEDIÓ A DON QUIJOTE CON UNOS CABREROS.

    Como es sabido, las siglas se escriben con mayúsculas. No obstante, en algunos textos en los que su empleo es muy abundante, algunos editores optan por escribirlas con versalita para que su cuerpo no destaque excesivamente. Esta práctica no resulta aconsejable y puede dar lugar a formas poco equilibradas en aquellas siglas que presentan combinación de mayúsculas y minúsculas, como sucede en ARNm o PCEr.

  11. Usos de la versalita para resaltar palabras o fragmentos. La versalita se emplea como resalte para destacar una palabra o un fragmento en los siguientes casos:
    1. En los apellidos o la identificación principal de los autores en las referencias bibliográficas:

      CALONGE, Julio: Transcripción del ruso al español. Madrid: Gredos, 1969.

      ACADEMIA DE CIENCIAS EXACTAS, FÍSICAS Y NATURALES: Vocabulario científico y técnico. Madrid: Espasa-Calpe, 1996.

    2. En los apellidos de autores citados en los índices analíticos de contenido:

      MANUZIO, Aldo: 73-75, 127, 241, 679

    3. En la mención del autor que figura al pie de un prólogo, epígrafe o cita, en la cual suele destacarse en versalita tanto el nombre como el apellido o, más raramente, solo el apellido:

      Nunca entraría en un club que admitiera como socio a un tipo como yo.

      GROUCHO MARX

    4. En los nombres de los personajes de las obras teatrales cuando dichos nombres introducen su parlamento, aparecen en acotaciones o en la propia lista de personajes:

      ARIEL.— Tengo que marcharme ya. (JULIA intenta detenerla). Déjame, sabes que no hay otra opción.

    5. En obras de lingüística, la palabra que se desea destacar en un ejemplo o fragmento en cursiva: La ciudadanía no lo absolvió DE la comisión de los delitos. En algunas obras se utiliza el subrayado con la misma función.
    6. En obras de referencia, en las remisiones a un artículo o apartado concreto, uso en el que alterna con la negrita (➤ T-16, d):

      Se conjuga como tener (v. APÉNDICE 1, n.º 57).

  12. Otros usos de la versalita. Existen algunos casos en los que no parece haber consenso acerca del uso de la versalita en textos escritos en español, aunque algunos editores y tratadistas los admiten como válidos:
    1. No es habitual el uso de la versalita para los títulos de las obras citadas, aunque se trate de una mención dentro de la propia obra. En tales casos, lo indicado es el uso de la cursiva. La versalita solo se da en diarios y publicaciones periódicas, aunque es más frecuente ahí el uso de la mayúscula: En declaraciones exclusivas a EL PAÍS, el ministro…
    2. En la tradición española no es habitual emplear la versalita en las primeras palabras de un capítulo o sección. Este arranque se señala generalmente con un amplio espacio en blanco, lo que hace innecesario el empleo de la versalita.
  13. Superíndices. La letra llamada volada, voladita o superíndice es aquella que, con un tamaño menor que la letra normal, se sitúa por encima de la línea de escritura y toma como referencia la línea en que se sitúan los trazos ascendentes de las letras minúsculas. Se utiliza fundamentalmente en los siguientes casos:
    1. En algunas abreviaturas convencionales formadas por contracción: C.ía, Exc.ª, 2.º. Como puede verse, el punto abreviativo siempre debe preceder a las letras voladas.

      Casi todas las fuentes disponen de las vocales a y o voladas, que pueden introducirse directamente desde el teclado. Que estas letras aparezcan subrayadas o no es una opción predefinida en cada una de ellas. No obstante, hoy, tanto en tipografía como en edición digital, la tendencia es prescindir de este rasgo.

    2. Las llamadas de nota, ya sean cifras, letras, asteriscos…, se escriben voladas tanto si se trata de la llamada situada en el cuerpo del texto como si se trata de la señal de referencia que antecede a la propia nota:

      2 Los términos vulgar y vulgarismo no se refieren, en esta obra, a las expresiones de carácter procaz o malsonante, sino a las que traslucen un deficiente conocimiento de las normas lingüísticas.

    3. En algunos sistemas de referencias bibliográficas, el número de edición puede escribirse en superíndice acompañando al año de edición:

      SECO, RAFAEL: Manual de gramática española. Madrid: Aguilar, 199311.

      Cuando los elementos en superíndice presenten puntuación interna, como sucede en muchas ocasiones en el caso de las llamadas de nota, esta debe aparecer con el mismo estilo: Siempre pensó que fue una oportunidad perdida13, 14.

    4. En la notación científica, los caracteres en superíndice cumplen muy diversas funciones, ya que pueden emplearse en potencias, derivadas, sumatorios…: xn-1, f ’(x).
  14. Subíndices. Los subíndices son aquellos caracteres que, con un tamaño menor que la letra normal, se sitúan por debajo de la línea de escritura y toman como referencia la línea de descendentes. Se emplean fundamentalmente en notaciones científicas, como sucede en las fórmulas químicas (H2SO4 ) y matemáticas (am + am+1 + am+2 + ··· + an ), así como en la nomenclatura de las vitaminas (vitamina B12 ).
  15. Estilo tipográfico y signos de puntuación. La mayor parte de las familias tipográficas disponen de signos de puntuación en cursiva y negrita. En la tipografía tradicional destinada a publicaciones impresas, con una motivación claramente estética, los signos se ven afectados por el estilo de la palabra con las que están en contacto. No obstante, en la actualidad, la tendencia, en especial en las publicaciones electrónicas, es mantener los signos de puntuación en el mismo formato que el texto base, a no ser que figuren en un fragmento enteramente resaltado. Estas son las diferencias y coincidencias de ambos modelos:

    OPCIÓN TRADICIONAL

    OPCIÓN MODERNA

    Los signos de puntuación se ven afectados por el estilo de la palabra a la que se unen, con independencia de que afecte a una sola palabra o a un fragmento:

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    En el Prado se exponen La rendición de Breda, La fragua de Vulcano, El triunfo de Baco…

    Nota 2. Los empleados afectados por esta medida están convocados a una reunión el día 25 del corriente.

    Los signos de puntuación no se ven afectados por el resalte de la palabra a la que acompañan, a no ser que figuren en un fragmento o elemento enteramente resaltado:

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    En el Prado se exponen La rendición de Breda, La fragua de Vulcano, El triunfo de Baco

    Nota 2. Los empleados afectados por esta medida están convocados a una reunión el día 25 del corriente.

    También se ven afectados los signos dobles (comillas, paréntesis, interrogación y exclamación):

    ¿Has dicho reposo? Como para reposos estoy yo.

    ¿Quién teme a Virginia Woolf? es su mejor interpretación.

    Los signos aparecen en el mismo estilo del texto base, salvo que el resalte afecte al fragmento completo delimitado por ellos:

    ¿Has dicho reposo? Como para reposos estoy yo.

    ¿Quién teme a Virginia Woolf? es su mejor interpretación.

    Los paréntesis y los corchetes se escriben normalmente con el estilo del texto principal, excepción hecha de las acotaciones teatrales (➤ T-14, c):

    Se representaron varias obras: de Tirso (El burlador de Sevilla), de Calderón (La dama duende, con gran éxito) y de Lope (La dama boba y El perro del hortelano).

    No obstante, cuando los paréntesis se utilizan para incluir opciones en una palabra o fragmento, deben conservar el estilo que estos presenten:

    El pronombre cual(es) se utiliza en la expresión que si tal y (que si) cual, que alude de forma vaga a lo dicho por otra persona.

    Las llamadas de nota no se ven afectadas por el estilo tipográfico de la palabra que les precede:

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    1 Anuncio en una página electrónica. Literalmente, ‘pancarta’, ‘banderín’.

    Los signos de puntuación no se contagian de los formatos de superíndice o subíndice a no ser que formen parte de llamadas de nota complejas o notaciones científicas.

    La elección de uno u otro modelo es una cuestión de estilo editorial y, como se ha visto, puede venir determinada por el soporte. La única recomendación que puede hacerse es que, una vez tomada la decisión, su aplicación sea coherente en la totalidad del texto.

  16. Alternativas a los estilos tipográficos. En aquellos textos en los que no es posible emplear cursivas, negritas o versalitas, bien porque sean manuscritos, bien porque el soporte utilizado no las admita, existen recursos alternativos para representarlas:
    1. Subrayados en corrección de originales. En la preparación de manuscritos para la imprenta, se emplea convencionalmente el subrayado (‘adición de una línea bajo la letra o palabras afectadas’) para señalar aquellos fragmentos que deberán aparecer en cursiva, un subrayado ondulado para los que deben aparecer en negrita y un doble subrayado para la versalita:

      Nota: Correas recoge la expresión a la luna de Valencia en el siglo xvii.

    2. Subrayado en textos manuscritos. Cuando los textos manuscritos no están destinados a su impresión, por ejemplo, en el caso de los exámenes, es una práctica habitual emplear el subrayado para reemplazar la cursiva correspondiente a los títulos, mientras que las comillas suelen utilizarse en el resto de los casos:

      Fernán Caballero ya menciona el «spleen» en La gaviota.

    3. Comillas simples en titulares. En los textos de prensa, especialmente en los titulares, la cursiva se puede reemplazar por comillas simples:

      Las ‘celebrities’ llegan a Los Ángeles.

    4. Resaltes en mensajería electrónica. En los textos de mensajería electrónica, los resaltes se reemplazan por signos que preceden y cierran el fragmento resaltado; generalmente, el guion bajo para la cursiva y el asterisco para la negrita:

      Desde luego, estás hecha una _fashion victim_.

      Te he dicho que *no*.

      Muchos de los sistemas de mensajería convierten estos recursos en el resalte correspondiente en la visualización final del mensaje.

     

    Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
    Libro de estilo de la lengua española [en línea], https://www.rae.es/libro-estilo-lengua-española/clase-de-letra. [Consulta: 30/06/2024].

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