empestado

Esta palabra, de escasa documentación, se registra por primera vez, con la acepción de 'que tiene peste' (y, en concreto, con la subacepción de '[lugar] afectado por la peste)', en 1589, en las Actas capitulares incluidas en los Documentos de Guadalajara editados por F. Layna Serrano. Como 'nocivo o perjudicial' se atestigua en 1605, en los Diálogos de la cautividad de D. de Haedo. Como sustantivo, en la acepción de 'persona que tiene peste', se atestigua en 1620, en la Segunda parte del Lazarillo de Tormes de J. de Luna. Con la acepción de 'desagradable en extremo' (y como modificador de olor) se registra en un artículo de 1884 publicado en La Unión (Madrid).

Circunscritas a Venezuela se consignan, en distintos repertorios lexicográficos, dos acepciones: 'dícese del animal que tiene alguna enfermedad contagiosa' (1941, Diccionario de provincialismos de Silva Uzcátegui) y 'referido a persona, que tiene gripe' (2010, Diccionario de americanismos de la ASALE).