lloros

Diccionario histórico del español de Canarias

lloros

 

lloros. m. pl. Forma de crítica social consistente en estrofas que se recitaban al atardecer y en las que sarcásticamente se denunciaba a los vecinos que se consideraban descarriados. U.t. en sing., aunque es muy raro.

                26-iv-1859 (1969) Olivera Mi álbum (p.138): Una atroz cencerrada, con la circunstancia agravante de los lloros y expresiones, si no asquerosas, como en otros lloros vulgares, turbaron el sosiego de la población y más de los pobres naturales, desde medianoche hasta cerca del día.

                1901 (1985) Bethencourt Alfonso Respuestas (p.204): Los lloros consisten en ponerse grupos de gente a ciertas distancias y ordinariamente sobre puntos dominantes, y con voz disimulada, como las máscaras, gritan unos grupos a otros. Y entonces se dan a gritos las noticias sobre el casamiento que va a hacerse, sacando a la luz la parte ridícula de los individuos, etc., de los novios, concluyendo la relación quejumbrosa con llantos fingidos y risas fingidas, etc. empezando otra de nuevo, en cualquiera de los grupos. 1-iv-1910 Jable (El Tiempo, p.1): [...] el lloro en la montaña la noche de la boda del vecino [...]. 1912 (1991) Bethencourt Alfonso Historia i (p.142): En éste [en el bucio], como en todo sonido, hay que considerar su tono, duración, intensidad y timbre; siendo el último tan característico que en los actuales lloros o margareos (de algarada), ninguno usa sus propios bucios para no ser conocido y personalmente responsable de las bromas picantes, con que abruman al desdichado viejo desposado, en los diálogos que entablan por las noches desde los cerros y montañas. 1929 (1988) Darias Noticias Hi (p.226): Otra costumbre, que ya hace bastantes años ha desaparecido en el Hierro y quizá antes que en otras Islas, fue la perniciosa de los lloros, llamados en Valverde margareos. Cierto que en el fondo venían a ser en sus comienzos una especie de censura pública hacia las personas que transgredían sus deberes; pero por su mismo carácter anónimo y por la poca cultura o civilidad de los que practicaron tan reprobable hecho, pronto degeneró el margareo en plataforma apropiada para la más baja y grosera calumnia, que no se detenía ante el sagrado de lo privado, no respetando ni aun el honor de indefensas jóvenes, cuya reputación era vilipendiada a veces desde aquella vergonzosa y soez tribuna pública. El sitio preferentemente elegido por los nocturnos llorones, era el pico de Ajare o alguna otra de las lomas de la Villa.

¨Se señala en la gec iii que «En ocasiones, las amonestaciones daban lugar a un ritual los denominados lloros o margareos, en el que los jóvenes sacaban a relucir los defectos o supuestos malos comportamientos de la novia». El informante de La Laguna en el aleican ii (650 «Cencerrada») recuerda que los lloros eran «insultos que decían a los novios de segundas nupcias las gentes no invitadas a la boda».

 

Diccionario Histórico del Español de Canarias © Todos los derechos reservados

ISBN 978-84-88366-95-5 (o.c.)978-84-88366-93-1 (v.1) 978-84-88366-94-8 (v.2)

Tesoro de los diccionarios históricos de la lengua española 2021
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Con el apoyo de Inditex

Sobre el TDHLE

Rueda de palabras

cerrar

Buscador general de la RAE

cerrar

Diccionarios

Dudas rápidas