quiragra

Se documenta por primera vez, con la variante ciragra y la acepción 'enfermedad caracterizada por un aumento del ácido úrico en la sangre y localizada en la mano', en torno a 1250, en el Vidal Mayor, en un contexto en el que se especifican varios de los síntomas de una serie de enfermedades y su cura ("Empero, si la emfermedat es ciática, es assaber dolor de anca, de la cura de la qual emfermedat es esperança de nunqua goarescer o de goarescer en poco tiempo, o podraga, que es dito emfermedat de los pies, o ciragra, que es dito emfermedat de manos"). Se consigna, en 1729, en el Diccionario de autoridades. Normalmente se atestigua, con este valor, y representada por un nutrido conjunto de variantes gráficas, por oposición a podagra, que es la gota que ataca a las extremidades inferiores, así como en enumeraciones en las que se registran otras enfermedades artríticas relativas a la gota, como ischias o ciática (con el sentido de gota que ataca a la cadera; cf. Cirugia universal de J. Fragoso, 1592) o gonagra, omagra, pequiagra, etc. (en el caso de la rodilla, el hombro o el codo gotosos, respectivamente; cf. Palma febril II de P. F. Virrey Mange, 1756, entre otros múltiples testimonios), a lo largo de un período que abarca desde mediados del siglo XVI hasta las últimas décadas del siglo XX, tanto en textos especializados del ámbito de la medicina como en obras literarias y noticias de prensa publicadas en España. Por otro lado, al menos desde 1805, se registra, en paralelismo con podagra, aunque con menor repercusión que esta, y restringida exclusivamente a los equinos, la acepción de 'enfermedad caracterizada por un aumento del ácido úrico en la sangre y localizada en las extremidades delanteras de los caballos', en el volumen I de Ensayos sobre los verdaderos principios de la equitación, ó teoría de la escuela de á caballo de F. Iglesia Darrac. Asimismo, por analogía con la acepción de podagra correspondiente a la 'enfermedad caracterizada por un aumento del ácido úrico en la sangre y localizada en las patas de algunas aves' (atestiguada desde época temprana, en Moamín. Libro de los animales que cazan, de A. Toledo, 1250), se consignará, por primera vez, con la acepción lexicográfica 'especie de gota que padecen algunas vezes las aves en las patas', en el Diccionario enciclopédico de la lengua española publicado en 1855 por la editorial Gaspar y Roig y, casi medio siglo después, en 1895, en el Diccionario de la lengua castellana de Zerolo. Finalmente, quizá motivada por un afán irónico de tipo quevedesco (véase el uso de la voz podagra referido a una escasa cantidad de vino en La culta latiniparla, 1629-1631) o cultista, atestiguamos el pseudocultismo quiragra, con el significado de 'cantidad pequeña [de un líquido]', al igual que podagra, su sinónimo, en la prensa digital que narra la vida de las celebridades de Hollywood y de Chile, quienes últimamente se muestran "al natural", es decir, "sin una quiragra de maquillaje" en sus redes sociales  (cf. "Chicas sin maquillaje", noticia publicada, a finales del año 2016, en Tvyfarandula.com (Santiago de Chile)).