tantálico

Se documenta por primera vez, con la acepción 'típico o característico de Tántalo', en referencia al personaje de la mitología griega, en 1774, en La erótica y traducción de Boecio de E. M. Villegas; posteriormente se registra de forma abundante hasta la época actual, en particular como modificador de sed. Como 'perteneciente o relativo a Tántalo' se registra únicamente en 2019, en un artículo de Las Dos Orillas (Bogotá) de A. Ucrós y Licht. 

Se documenta por primera vez, con la acepción 'que contiene tántalo, especialmente en su forma pentavalente', en 1847, en la segunda edición de Diccionario nacional de Domínguez; después se espiga en algunos textos de carácter científico y en otros repertorios lexicográficos del siglo XIX y principios del XX. Con la acepción 'concerniente al tántalo' se registra también en el Diccionario nacional (1847) de Domínguez, en tanto que la acepción 'dícese de aquellas combinaciones del tantalio en que dicho metal funciona con su máxima dinamicidad', se recoge en el  Diccionario de la lengua española (1917) de Alemany Bolufer.

Ác ido tantálico, como 'compuesto químico formado por tántalo y oxígeno', se atestigua en 1843, en a traducción del Tratado elemental de mineralogía moderna del francés Joseph Odolant-Desnos, realizada por B. Aguada Espinosa; posteriormente se registra en distintas obras de tipo científico sobre química o mineralogía en el siglo XIX y principios del XX.