testudíneo

Se documenta por vez primera, con la acepción 'típico o característico de la tortuga', en 1781, en la novela de D. V. Rexón y Lucas titulada  Aventuras de Juan Luis ; en este pasaje un médico utiliza la expresión "paso testudíneo" para referirse a un paso lento, característico de las tortugas. De hecho, en los testimonios recogidos se percibe que el adjetivo se emplea habitualmente para subrayar esa cualidad, atribuida de manera prototípica a estos reptiles. Con este valor se registra en el DRAE de 1925. Como 'semejante a una tortuga' se registra por primera vez en 1812, en un artículo anónimo publicado en  El Patriota (Valencia) y se consigna en 1855 en el Diccionario enciclopédico de la editorial Gaspar y Roig.

Se consigna en 1917, con la acepción 'perteneciente o relativo a la tortuga', en el Diccionario de la lengua española de Alemany Bolufer.

Se documenta únicamente, con la acepción 'reptil terrestre con el cuerpo cubierto por un caparazón duro, alto y abovedado, que se alimenta fundamentalmente de vegetales', en 2012, en el trabajo de grado titulado Evaluación de la tenencia, uso e importancia de la tortuga morrocoy (Chelonoidis carbonaria) en el casco urbano del municipio de Aguachica como herramienta para promover su conocimiento, conservación y aprovechamiento sostenible, de R. A. Galvis Gómez y L. L. Sánchez Carreño.