velorio

Diccionario histórico del español de Canarias

velorio

 

velorio. m. Reunión nocturna de vecinos y conocidos, especialmente mujeres, de carácter festivo, en casa de una recién parida, durante las primeras nueve noches después del parto, que culminaba con el baile de última en la novena noche. V. vela.

                1828-73 (1994) Álvarez Rixo Anales del Puerto de la Cruz (p.81): [...] intimando la prohibición de los festejos denominados velorios, en los cuales se cometían por los concurrentes mil inmoralidades. 5-iii-1888 Costumbres de esta tierra (nº 60): Llámanse velorios á estas fiestas, porque mientras los niños permanecen moros no puede apagarse luz en la casa.

                1901 (1985) Bethencourt Alfonso Respuestas (p.139): En las clases poco acomodadas se celebra el velorio que consiste en reunirse varias familias, aún en la misma habitación donde está la parida, si la casa no tiene más huecos y se canta y baila al son de la guitarra y bandurria, los bailes propios del país o sea folías y seguidillas, durante las nueve noches siguientes al parto, durante cada reunión, que empieza por lo regular a las 9 o las 10 de la noche, hasta las doce o la una de la madrugada. Ibídem (p.140): [Santa Cruz de Tenerife] Por lo común desde la segunda noche de dar a luz una mujer comienzan las reuniones en la habitación de la parida, concurriendo los parientes, amigos y vecinos hasta que se bautiza al recién nacido; dando principio a la tertulia poco después de anochecer hasta media noche más o menos. A estas reuniones llaman Velorios o vela de parida. 1916 (1924) Viera Costumbres canarias (p.43): Durante el velorio que abarca un período de varias noches, cuyo número varía a gusto del consumidor, que es el jefe del cotarro [...]. 1928 Rial Sed (p.93): El velorio es una fiesta. A ella acuden las mozas con los trapitos de cristianar, las casadas, los mozos y los chiquillos. Las noches de velorio, las amplias alcobas son insuficientes. 1944 Dumpiérrez Costumbres de antaño (p.133): Los compromisos del padrino son laboriosos, o mejor, muy onerosos, pues tiene que sufragar todos los gastos desde el nacimiento hasta el bautizo; provee de vino a la parturienta, ha de darle tres gallinas, una de ellas negra; ha de costear el combustible del candil-centinela contra las brujas; la bebida que se consuma en los velorios, reuniones nocturnas que principian en el nacimiento y terminan en el bautizo [...] y, como remate, ha de ser espléndido en la noche del bautizo, cuya velada se llama la última. 1955-56 (1977) Guerra Memorias (p.80): Sus narices ratoneras se olieron beberreteo y comistraje de velorio... Soliviantada y puesta en planta la vecindad y la parentela por la jaranera comparsa, esa misma noche pegaron los jaleos de las nueve que el dicho velorio habría de durar. Ibídem (p.84): Empalmó tal remeneo de cuerpo y espíritu con el velorio, que se mantenía toda la noche con tres vecinas de guardia, según venía de antiguo haciéndose, para que las brujas no asfixiaran a los críos durante el sueño de la madre... 1959 (1960) Hernández Martín Sancocho (p.39): De las dos solteronas, la más flaca se jiló tamién con la partera pá arreglar la casa y echasle las fregauras a la cochina, quedándose Frasquita pá lo que fuere nesesario, aunque la pobre tenía un sueño del velorio, que día a irse de narises.

¨De velorio, «reunión con bailes, cantos y cuentos que durante la noche se celebra en las casas de los pueblos, por lo común con ocasión de alguna faena doméstica, como hilar, matar el puerco, etc.» (drae-01). Hoy se emplea esta palabra primordialmente con el significado, de uso general a juicio del dea ii, de «Velatorio», tal y como se demuestra en el mapa 680 «Velatorio (Gente que pasa la noche en la casa del muerto)» del aleican ii, en el que velorio aparece en todas las islas con este valor, menos en Lanzarote y, en especial, Fuerteventura, en las cuales las respuestas de los informantes, según se especifica en varias notas, están todas en la línea de identificar la voz con «vela de parida». Para Álvarez Nazario Herencia (p.197) sería este un fenómeno arcaizante, ya que «El término velorio se empleó [...] en el pasado en Canarias para dar nombre a una costumbre general, de aparente entronque portugués en algún aspecto, llamada aún en el siglo xvii velas de paridas». En América, los diccionarios recogen desde Pichardo el significado de 'velatorio' como peculiar de varios países, y la propia Academia le dio entrada a la palabra en el drae-14, con la localización de América Meridional y la definición de «Acto de velar a un difunto», para, en la edición siguiente, la de 1925, suprimir la marca geográfica y cambiar la definición, que quedó así, en todas las ediciones sucesivas: «Velatorio, especialmente para velar a un niño difunto». Este mismo significado lo considera general el Clave, mientras que el Dicc. Salamanca da la acepción «Velatorio» como peyorativa en España, frente a su uso normal en Argentina y Uruguay.

 

Diccionario Histórico del Español de Canarias © Todos los derechos reservados

ISBN 978-84-88366-95-5 (o.c.)978-84-88366-93-1 (v.1) 978-84-88366-94-8 (v.2)

Tesoro de los diccionarios históricos de la lengua española 2021
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Con el apoyo de Inditex

Sobre el TDHLE

Rueda de palabras

cerrar

Buscador general de la RAE

cerrar

Diccionarios

Dudas rápidas