Cuestiones de ortotipografía

Citas

  1. Las citas reproducen fragmentos de otras obras o de palabras que no pertenecen al propio texto. Se trata, por tanto, de un discurso de segundo nivel que generalmente corresponde a una voz externa, pero que también puede tomarse de otra obra del mismo autor.
  2. Cita directa y cita indirecta. La mención de las palabras de otra persona o autor puede realizarse bien indirectamente o bien literalmente, reproduciéndolas con fidelidad:
    1. En la cita indirecta, quien escribe las incorpora en su propio discurso, normalmente subordinadas a un verbo de habla. Esto exige realizar ciertas modificaciones, como la adición de una conjunción o la adecuación de los tiempos verbales y los elementos deícticos (➤ O-140): Yo no soporto esta situación > Dijo que él no soportaba aquella situación (➤ G-56, a). Al estar integradas en el discurso, este tipo de citas no tiene tratamiento ortotipográfico especial, esto es, no se delimitan con comillas ni se resaltan de ningún modo. No obstante, se pueden insertar palabras o fragmentos textuales en un enunciado en estilo indirecto siempre y cuando no se incumplan requisitos como la correlación de tiempos verbales o los cambios en determinados pronombres o adverbios. Así, un enunciado como La directora le comunicó que «no estaré en la reunión» sería claramente incorrecto.
    2. En la cita directa, la reproducción de las palabras es literal y suele ir precedida de dos puntos: Alberto dijo: «Hace demasiado calor en esta ciudad». Para marcar y delimitar la extensión de este segundo discurso se emplean normalmente las comillas (➤ O-140), aunque es posible utilizar otros recursos tipográficos, como se verá en los siguientes apartados.
  3. Citas integradas en el párrafo. Este tipo de cita aparece en el mismo párrafo que contiene el enunciado del que depende y no constituye un bloque tipográfico aparte. Suele tratarse de citas breves que se delimitan siempre con comillas —ya se trate de párrafos, fragmentos, enunciados o solo de algunas palabras—, por lo que están suficientemente marcadas y no requieren ningún otro tratamiento tipográfico:

    El presidente respondió: «No hay motivos de alarma. La pandemia está controlada».

    El director expuso que la compañía no alcanzaría «los beneficios esperados».

    Estas citas suelen aparecer introducidas por un verbo de habla, pero su presencia no es absolutamente necesaria, ya que pueden depender de otro tipo de verbos u omitirse sin más, como sucede en los titulares de prensa:

    Se giró encendido por la ira: «Salga de mi habitación».

    Trump: «No rebajaré el tono».

    Para más información sobre la inserción y correcta puntuación de comentarios del narrador, ➤ O-166, d.

  4. Citas exentas. Las citas exentas constituyen un bloque tipográfico aparte, separado del texto que le antecede y que le sigue por una línea en blanco. Se trata de una disposición más adecuada para citas de una cierta extensión. Este bloque (ya sea de uno o más párrafos) suele estar sangrado en todas sus líneas por la izquierda, pero puede aparecer además sangrado por la derecha. Puede caracterizarse adicionalmente por un tamaño menor de letra, el uso de cursiva o incluso por una fuente distinta:

    Conviene recordar en este punto uno de los fragmentos más célebres del Quijote:

    La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre.

    El uso de las comillas para encerrar una cita exenta ya marcada con cursiva o con un cuerpo de letra menor es una redundancia tipográfica innecesaria.

    Si no se indica previamente, al pie de las citas exentas puede incluirse en línea aparte tanto el nombre del autor como el título de la obra. Lo habitual es que esta indicación, que además puede aparecer entre paréntesis, se alinee a la derecha:

    Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.

    (Gabriel García Márquez, Cien años de soledad )

    En los textos de carácter académico o científico, en los que la exigencia de precisión en la indicación de la fuente es mayor, es preferible utilizar una referencia bibliográfica, bien en nota al pie, bien con un sistema de cita que remita a la bibliografía aportada (➤ T-91 y ss.).

  5. Intervenciones en la cita. Las citas deben reproducir fielmente el texto original. Esta fidelidad se refiere no solo a su contenido, sino también a otras características formales, incluso cuando se apartan de la norma vigente: «Antonio Machado, vivo para siempre en presencia invisible, no resucitará más en jenio y figura» (Juan Ramón Jiménez Españoles [Esp. 1942-58]). De modo general, salvo excepciones indicadas expresamente, existen intervenciones en el texto de la cita cuyos cambios no necesitan ser señalados o comentados:
    • El uso de la cursiva para reemplazar los subrayados de un original manuscrito.
    • El uso de la mayúscula al comienzo de un fragmento (propio de la tradición española) cuando el arranque de una cita no coincide con el inicio de un enunciado en el original.
    • Los cambios que son mera adecuación a la tipografía del texto en que se inserta la cita, como el tipo de letra o el párrafo empleado.
    • La corrección de erratas evidentes.
    • La omisión de notas cuando no son necesarias para la comprensión e integridad de la cita.
    • El uso de la barra o de la barra doble para marcar el cambio de verso o de estrofa, respectivamente, cuando se reproduce un texto poético en línea seguida (➤ O-174).

    No obstante, en función de la finalidad del texto en el que se insertan, el público al que vaya dirigido o la antigüedad del texto original, es lícito adaptar a las normas vigentes aspectos como la ortografía o la acentuación para facilitar su comprensión a los lectores actuales. En este caso, conviene incluir una indicación que informe del criterio elegido, como así en el original, se ha respetado la grafía (o acentuación) original o adaptado a la ortografía moderna.

  6. Adiciones en la cita. En muchas ocasiones, la intervención en la cita se efectúa para incluir elementos o indicaciones necesarios para su comprensión. Estas intervenciones se encierran entre corchetes para señalar que el texto añadido no pertenece al original. Así, se utilizarán los corchetes para marcar las adiciones realizadas con los siguientes fines:
    • Restituir letras o palabras omitidas en el original: El her[i]do fue atendido en la camilla. En este uso alterna con la antilambda: El her<i>do fue…
    • Desarrollar abreviaturas: En el cartel se podía leer «p[la]za de los S[agra]dos Corazones». En este uso alterna con la antilambda: … de los S<agra>dos Corazones.
    • Indicar, normalmente con el adverbio latino sic, que una palabra o frase citada es textual, aunque pudiera parecer inexacta:

      «En el pasaje de uno de los inmigrantes […] además se aclara que “los pasajeros estropeados [sic], enfermos, ciegos e idiotas serán rechazados”» (Zaefferer Navegación [Arg. 1987]).

      Para indicar extrañeza es también posible utilizar una interrogación de cierre entre paréntesis (➤ O-132).

    • Recuperar un elemento que no figura en el fragmento citado, pero que se encuentra en el texto original y es necesario para la adecuada comprensión de la cita: Estas [corrientes migratorias] no pueden detenerse con decretos.
    • Incluir observaciones o aclaraciones: En España tomó la costumbre de dormir la siesta [en el original, fiesta].

    En caso de utilizar cursivas o negritas que no figuren en el original para destacar palabras o fragmentos de la cita, debe incluirse una indicación entre corchetes que informe de ello claramente, como Las negritas son nuestras o La cursiva es mía. Asimismo, si el texto citado contiene cursivas, negritas o corchetes, es necesario hacer constar que pertenecen al original a fin de que no puedan interpretarse como intervenciones de quien incluye la cita.

    «Oí voces femeninas disfrazadas, y, en efecto, ocho contrabandistas [en cursiva en el original] que daban la hora penetraron en el salón» (Mancera Oralización [Esp. 2009] p. 239).

  7. Supresiones en la cita. Cuando se realiza una supresión de parte del texto que no se considera necesaria para el propósito de la cita, se insertan en el lugar donde debería aparecer el texto omitido tres puntos entre corchetes, independientemente de que corresponda a unas palabras, un enunciado o más de un enunciado.

    Aunque se han venido utilizando también los paréntesis con este mismo fin, hoy es más frecuente y recomendable el uso de los corchetes.

    Se deben tener en cuenta las siguientes indicaciones:

    1. No debe emplearse más de una indicación de supresión si los fragmentos omitidos aparecen contiguos en el original, por más que puedan corresponder a más de un enunciado.
    2. En el caso de que lo que se citen sean versos, si lo que se suprime son uno o varios párrafos o estrofas, la indicación debe incluirse en línea aparte. Asimismo, es posible emplear una línea de puntos.
    3. El resultado de la intervención no debe alterar la puntuación original del texto, ya que la cita ha de tener continuidad lógica, gramatical y ortográfica. Por tanto, cuando la marca de supresión coincida con signos de puntuación, se conservarán los necesarios para que el fragmento resultante siga siendo correcto, como puede verse en el siguiente ejemplo:

      «¿Cómo hemos podido aceptar todo esto durante tantos años […]? Ahora tenemos que pagar por toda nuestra ciega credulidad» (Muñoz Molina Sefarad [2001]).

      [Original: ¿Cómo hemos podido aceptar todo esto durante tantos años sin ponerlo en duda, sin abrir los ojos? Ahora tenemos que pagar por toda nuestra ciega credulidad].

    4. En la tradición española, no es necesario marcar la supresión de texto al comienzo ni al final de una cita. Cuando se desea señalar que la reproducción no se hace desde el inicio del enunciado, lo más indicado es comenzar la cita con puntos suspensivos sin corchetes tras las comillas de apertura, dejando un espacio de separación entre ellos y la primera palabra de la cita (➤ O-127, f). Del mismo modo, una cita puede cerrarse con puntos suspensivos para indicar que el enunciado continúa más allá de la última palabra reproducida (➤ O-127, f).
    5. Cuando la omisión se produzca tras un signo de cierre de enunciado, la indicación de supresión debe introducirse tras él:

      Gladis dijo que no. […] Después cambió de idea.

      [Original: Gladis dijo que no. Siguió insistiendo en que no le gustaba el hotel. Después cambió de idea].

    En cambio, si lo que se suprime es la parte final de un enunciado y coincide con su cierre, el punto deberá escribirse tras la indicación de supresión:

    Gladis dijo que no […]. Después cambió de idea.

    [Original: Gladis dijo que no y siguió insistiendo en que no le gustaba el hotel. Después cambió de idea].

     

    Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
    Libro de estilo de la lengua española [en línea], https://www.rae.es/libro-estilo-lengua-española/citas. [Consulta: 30/06/2024].

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