Escritura y comunicación digital

Indicaciones particulares para distintos canales

  1. Correo electrónico. El correo electrónico (mejor que mail, email o e-mail) se asemeja en su uso y escritura a la carta tradicional. Aunque actualmente se suele utilizar para asuntos más formales que la mensajería instantánea, el grado de formalidad puede variar, y es el usuario quien debe considerar qué expresiones y elementos propios de la escritura informal puede usar o no en función del destinatario y su relación con él. Además de los aspectos ortográficos explicados en O-165, para la escritura de correos electrónicos se deben tener en cuenta las siguientes cuestiones:
    1. Adecuación en el trato. En los correos electrónicos, las fórmulas empleadas deberán utilizarse en concordancia con el destinatario y la relación que se tenga con él. Así, se emplearán fórmulas más corteses, formales y propias de la lengua epistolar (como muy señores míos, querido o estimado para el saludo, y saludos cordiales, atentamente o suyo afectísimo, por ejemplo, para la despedida) para destinarios a los que no se conoce personalmente y fórmulas más conversacionales (como hola en el saludo y besos en la despedida) para destinatarios con los que se tiene confianza. Suelen evitarse expresiones que hacen referencia al momento del día (como buenas tardes), pues el correo puede ser leído en cualquier otro momento o incluso días después.
    2. Coherencia en la referencia al destinatario. El correo debe mantener la referencia al destinatario al que se haya incluido en el saludo. Si se saluda a varias personas (aunque una aparezca como destinatario principal y otra en copia), a lo largo del mensaje habrá que mantener la referencia en plural o especificar adecuadamente a quién se hace referencia si solo se desea indicar algo a uno de ellos. Si la persona en copia no se incluye en el saludo, es recomendable advertir su existencia en alguna parte del correo:

      Estimado Antonio:

      Después de haber hablado con María (a quien pongo en copia)…

    3. Extensión y contenido. Aunque no hay un límite en la extensión de los correos, es recomendable que sean breves en conjunto y que se distribuyan en párrafos cortos. En las cadenas de correos en las que se suceden las respuestas, es admisible, incluso en un contexto formal, prescindir de la estructura epistolar completa, con saludo en línea independiente y despedida. Es también válido ir respondiendo a los distintos temas de un correo intercalando las respuestas entre las preguntas del correo anterior, preferiblemente con un tipo o color de fuente que permita identificar bien las respuestas y aclarando al comienzo del correo que se va a proceder de esa manera.
    4. Asunto. El asunto debe permitir al destinatario hacerse una idea clara del contenido del correo. No se debe incluir información en el asunto que luego no aparezca en el correo ni se debe escribir la primera frase del correo en él. En favor de la brevedad y la concisión, es posible omitir palabras no significativas. Además, por la disposición del asunto, no es necesario cerrarlo con punto, pero sí debe empezar, en principio, con mayúscula inicial. El asunto es crucial porque es el que determina en muchos casos que el destinatario abra el correo.
    5. Archivos adjuntos. Si el correo contiene archivos adjuntos, es conveniente advertirlo en algún punto del texto. Sobre el uso de adjunto o el verbo compartir con esta función, ➤ GLOSARIO.
    6. Contestaciones rápidas sugeridas. Algunos programas de correo, asistidos por un sistema de inteligencia artificial, analizan el mensaje a su llegada a la bandeja de entrada y sugieren respuestas rápidas recogidas en botones alternativos. Al pulsar sobre ellas, nuestro mensaje llegará al remitente:
    7. Posdata. Pese a que la posibilidad de editar un correo hace innecesario el uso de las posdatas, se puede utilizar este recurso para añadir información que se quiere presentar explícitamente como un añadido con respecto al tema central. Sobre la escritura de las posdatas, ➤ O-165, c.
    8. Firma. Los programas de correo suelen permitir elaborar un pie de firma, esto es, una firma que se inserta de manera automática en cada correo que enviamos. Suele incluir el nombre, cargo, teléfonos y dirección postal y electrónica, identificación en redes sociales, así como el sitio web general de la empresa, entidad u organismo al que pertenecemos en el caso de ser un correo profesional. Aunque en la firma no es necesario incluir la dirección de correo electrónico (el receptor ya la tiene si hemos enviado uno), es interesante ponerla para facilitar envíos de nuevos mensajes.
    9. Uso de emoticonos y emojis. El uso de emoticonos y emojis (➤ @-31) es bastante habitual en la correspondencia electrónica entre personas cercanas, aunque ha llegado a saltar a menudo a los correos profesionales.
  2. Boletines y alertas de correo. Los boletines de correo son un híbrido entre el correo electrónico, el mensaje de teléfono y la página web. Son utilizados a diario por los periódicos digitales y las empresas comerciales, entre otros. En ellos se cuida de manera especial el asunto, que suele variar cada día e intenta provocar la apertura del correo compitiendo con los otros títulos. Los boletines de correo son de varios tipos:
    • Alertas: muy usados en la prensa digital para actualizaciones informativas de última hora.
    • Boletines puntuales: para anuncios especiales o campañas de promoción.
    • Boletines periódicos: muy frecuentes los diarios en los medios digitales y, dentro de estos, especialmente abundantes los que llegan en la madrugada o a primera hora de la mañana.
  3. Páginas web. Una página web es propiamente un documento electrónico que contiene información y que puede incluir textos, contenidos audiovisuales y enlaces con otras páginas. No obstante, también se utiliza el término página web para referirse a un sitio web completo. Pese a que la distribución de los elementos y sus propiedades pueden favorecer la brevedad y la concisión, se deben respetar, como es lógico, las normas lingüísticas. Se pueden destacar algunas cuestiones en relación con las páginas web:
    1. Punto de cierre. En las páginas web son muchos los elementos aislados en los que lo normal es prescindir del punto de cierre, incluso aunque contengan puntuación interna, como los títulos y las secciones de los menús (Servicios, Contacto…) o los mensajes que aparecen en botones de navegación (Volver a la página principal). Con respecto a los títulos de secciones, es además normal prescindir de los signos de interrogación en casos como Quiénes somos (➤ O-136).
    2. Mayúsculas. Es normal y válida la escritura íntegra en mayúsculas de los títulos y los nombres de secciones en los menús y las cabeceras.
    3. Negrita y fuentes. Por las propiedades de las páginas web, es normal emplear la negrita en los elementos que se desea destacar, así como distintos tipos de fuentes (➤ T-3) con tamaños y colores variados.

      Cuestiones que afectan a la navegación, al diseño y a la estructura de las páginas no se tratarán en esta obra, por lo que se recomienda consultar la bibliografía especializada.

  4. Blogs. Un blog, también llamado (cuaderno de) bitácora, es un sitio web que incluye, a modo de diario personal de su autor o autores, contenidos que se consideran de interés general. Actualmente, es también frecuente encontrarlo como componente o sección de otras páginas web, para ofrecer información actualizada. Cada uno de los textos que lo conforman se llama entrada o artículo (en inglés post). Aunque para su correcta construcción y presentación se recomienda nuevamente consultar obras especializadas, se pueden destacar algunas cuestiones:
    1. Títulos. Las entradas o artículos llevan un título y se incluyen de forma cronológica, habitualmente en cronología inversa: las entradas más recientes en la parte superior de la página (con la posibilidad de que aparezca la fecha). Este título debe ser breve y sencillo, para lo cual se admiten recursos como el uso de cifras para números que normalmente se escriben en palabras (➤ @-25). En cualquier caso, las estrategias para captar la atención del lector no deben atentar contra la corrección y la veracidad.
    2. Distribución. Se recomienda que el texto esté distribuido en párrafos cortos. Estos párrafos pueden incluir títulos de segundo nivel para que la información quede mejor estructurada. La distribución de la información puede variar según el tipo de entrada, pero se recomienda incluir siempre un párrafo introductorio.
    3. Categorías y etiquetas. Las entradas pueden estar clasificadas en categorías para agrupar automáticamente todas las que contengan la misma. Asimismo, las entradas pueden incluir etiquetas (en inglés, tags), que permiten su clasificación y su recuperación posterior, además de su localización en los buscadores. También en estos elementos se deben respetar las reglas ortográficas.
    4. Recursos para mejorar el posicionamiento. Como en otros casos, son admisibles recursos que faciliten la localización de las entradas y la lectura, como la inclusión de distintos niveles de títulos o el uso de la negrita. Se recomienda evitar, no obstante, todas aquellas estrategias que pongan en peligro la naturalidad, cuando no la corrección, del texto, como la excesiva repetición de una palabra o expresión, por mucho que así se logre mejorar el posicionamiento de la entrada.
  5. Periodismo digital. El periodismo digital sigue los principios básicos del periodismo general, pero a la vez aprovecha los recursos propios de los medios digitales, como la posibilidad de incluir una página principal que clasifica por importancia y secciones las noticias del día y da acceso a ellas, así como vídeos, audios, encuestas, etc. Pese a que, como es lógico, la presentación general de un determinado periódico dependerá de las preferencias de sus responsables, se pueden destacar algunas cuestiones lingüísticas relevantes:
    1. Puntuación:
      • Punto de cierre. En las partes aisladas, como el titular o el subtítulo, se debe prescindir del punto de cierre, incluso cuando contengan puntuación interna (la cual debe respetarse).
      • Coma por elisión verbal. En los titulares destacan las construcciones con verbo elidido del tipo de La bolsa, imparable o Cristiano Ronaldo, a la Juventus. En estos casos, se recomienda la escritura de la coma, aunque su uso es opcional si no hay problemas de inteligibilidad: Cristiano Ronaldo a la Juventus.
    2. Mayúsculas. Es normal y válido escribir enteramente en mayúsculas elementos aislados, como la sección a la que pertenece la noticia o el nombre del autor. Esta mayúscula se puede mantener en las publicaciones en redes sociales que remitan a las noticias, tanto en el nombre de la sección como en expresiones del tipo de última hora (o de último, en algunas zonas de América):
    3. Estructura. Al distribuir el contenido, se recomienda utilizar la pirámide invertida, en la que la información va de más a menos importancia.
    4. Negrita. Es normal y válido utilizar negritas para guiar la lectura. De hecho, se suelen marcar íntegramente en negrita los párrafos destacados o que sirven de resumen, como titulares, sumarios, ladillos…
    5. Comillas simples. En los titulares de prensa, la cursiva de los extranjerismos puede ser reemplazada excepcionalmente por comillas simples: Messi consigue su cuarto ‘hat-trick’ esta temporada.
    6. Tiempos verbales. En la lengua periodística se suelen dar usos desviados de tiempos verbales como el imperfecto de indicativo (➤ G-43, e), el condicional (➤ G-48, d), el imperfecto de subjuntivo (➤ G-49, d) o el condicional perfecto (➤ G-50, e). Su aceptabilidad se explica en los apartados señalados.
    7. Uso de elementos propios de los medios digitales. En el periodismo digital se permite añadir imágenes, fotografías, vídeos y enlaces. En general, no es recomendable emplear elementos más informales como los GIF (imágenes animadas o breves animaciones) o los emojis, aunque, dependiendo del perfil del medio pueden emplearse algunos. Esto también puede variar, dentro del mismo medio, en el uso que se hace en los diferentes canales. Así, por ejemplo, en las redes sociales más juveniles suelen utilizarse elementos diferentes de los que se usan en webs o boletines electrónicos. El tono y voz de los diarios están en continuo proceso de revisión en el ámbito digital.
    8. Entradillas o copetes. El texto que ayuda a situar al lector tras el titular (el lead inglés) ha ido evolucionando, por la desestructuración informativa que se produce en algunas ocasiones, hacia el resumen del contenido del artículo. En algunos periódicos, el copete era el arranque del texto directamente, pero el copete sumario, en el que se concentra un resumen del artículo, y el copete descriptivo, que se centra en contar lo más importante, parecen tener mucho más uso hoy. El sumario suele ser, junto al titular, un elemento que aparece de forma automática en las portadas y también suele ser parte del texto que muestran los snippets (pequeños resúmenes de cada página que se muestran en los resultados de los buscadores).
    9. Cintillos. Los tradicionales cintillos, que servían para agrupar información a lo largo de páginas de las ediciones de papel (Elecciones en Argentina), siguen utilizándose aquí, pero convertidos en hiperenlaces desde los que se puede acceder a una página contenedora de toda la información de esa categoría.
    10. Titulares. No deben contener información que luego no se llega a dar en un texto. En las redes digitales, debido a la propia estructura de un medio, con el objetivo de que el usuario visite páginas determinadas —incluyendo las de instituciones, empresas y medios de comunicación—, se emplean técnicas de atracción de la atención para que los visitantes pinchen sobre esos titulares. Así, se han multiplicado los denominados titulares señuelo (el fenómeno conocido en inglés como clickbait), que empleando recursos psicológicos consiguen visitas a las páginas web con las que están enlazadas. Un ejemplo de un titular de este tipo sería el siguiente: «La palabra hacker se incorporó al diccionario de la RAE en 2014. Lo que pasó en la edición electrónica te sorprenderá». Abusar de este tipo de recursos es mal recibido por los lectores más preparados, que pueden sentirse engañados (por ejemplo, volviendo al caso anterior, si no pasó nada especial en la edición electrónica del diccionario de la RAE).
    11. El directo, un nuevo entorno y un nuevo tipo de género. Uno de los principales aspectos en los que los medios digitales marcan la diferencia es que son quizá el primer lugar en el que las personas buscan la información de última hora y noticias de alcance ante acontecimientos de gran magnitud o relevancia (como un terremoto o unas elecciones), o también en acontecimientos deportivos de fútbol, automovilismo, etc. Esto ha llevado a desarrollos de géneros específicos en los medios digitales para cubrir estas necesidades. Generalmente, la manera de cubrir informativamente una noticia de alcance en un medio es la creación de una página especial, que suele reflejar lo más destacado en una parte de la propia portada (un recuadro, una caja), en la que, en sentido cronológico inverso (lo más actual arriba), van apareciendo distintos retazos de la información. En este río de la actualidad conviven un tuit del reportero situado en el lugar del suceso con el titular de otro medio que da una información relevante y, si la hay, con la transmisión de la señal de vídeo de alguna o varias de las cámaras que cubren la información. La propia red Twitter podría casi considerarse un ejemplo de cómo se desarrollan estas coberturas en este modelo no secuencial. Generalmente, los medios son más restrictivos con las fuentes y realizan una labor de supervisión inexistente en las redes sociales. Por el contrario, en estas, al estar más abiertas, a veces se encuentra antes información relevante que se escapa a los periodistas.
    12. Distinción entre opinión e información. Las dificultades —según el tipo de dispositivo utilizado— para marcar los titulares en cursiva, que era la forma convencional de señalar que un texto pertenecía a la zona de opinión, está dificultando esa importante distinción que tradicionalmente la prensa había procurado mantener. Teniendo en cuenta que, ya de por sí, en ocasiones puede ser un matiz difícil de percibir, que no se puede marcar de forma homogénea y que proliferan los nuevos géneros que mezclan opinión e información, esta delicada frontera se ha convertido hoy en uno de los principales retos para los medios digitales. Generalmente se suele añadir la etiqueta Opinión, que aparece en la parte superior del artículo, incluso, algunas veces, como primera palabra del título seguida de dos puntos.
    13. Política homogénea con los enlaces. Los medios han de tomar decisiones sobre los hiperenlaces o hipervínculos (➤ @-15, c). La primera de ellas es si, cuando en los textos aparecen conceptos susceptibles de llevar a otras páginas, los enlaces correspondientes deben aparecer resaltando las palabras específicas a las que se refieren o deben trasladarse los vínculos a una caja aparte de Más información o Enlaces de interés. Además de si los hiperenlaces van en el texto o fuera de él, conviene que se mantenga una cierta coherencia sobre cómo se dispone el enlace y qué conceptos o palabras se convierten en uno. En los medios digitales, los personajes, entidades (instituciones, empresas, fundaciones, etc.), lugares, etiquetas documentales y agrupaciones temáticas propias, secciones informativas (Internacional, Deportes) y subsecciones (Europa, Fútbol) o fechas suelen ser enlaces que conectan con páginas del propio medio en las que se aloja más información sobre esos elementos, aunque también pueden ser páginas externas. Los nombres de los periodistas, incluso en la propia firma, también suelen ser hiperenlaces que conectan con páginas en las que se encuentra toda su producción informativa reciente y en algunos casos también su dirección electrónica. En este caso se suele distinguir el trabajo de los periodistas como autores de las noticias sobre ellos. Generalmente, la data del artículo (nombre y fecha) se convierte en el enlace hacia una página con los trabajos realizados por el periodista firmante.
    14. Textos y referencias absolutos y relativos. En ocasiones se utilizan referencias relativas para personalizar los textos y ajustarlos a la situación del lector y al ritmo de las noticias. Suele hacerse a menudo con las referencias temporales. Por ejemplo, nos encontramos con oraciones como «Hace tres minutos», que, a medida que el tiempo avanza, se actualizan automáticamente a «Hace una hora». También puede suceder algo parecido con las referencias al cambio de divisas, los valores bursátiles e incluso con localizaciones geográficas. Estas construcciones, en las que un algoritmo completa la oración, tienen mucha utilidad en la personalización de las noticias.
    15. Escritura determinada por las estadísticas de consumo. La asociación de contenidos a sistemas de métricas (o de medición del comportamiento de los usuarios) permite a los editores saber también en qué punto de un diario, vídeo o audio se detienen los lectores más tiempo, por dónde pasan más deprisa o en qué punto se abandona la lectura. Esto hace que los contenidos cambien de forma dinámica y continua, y que la escritura se adapte al consumo de los lectores en tiempo real. El fenómeno es frecuente en los titulares de las portadas donde, a fuerza de pruebas estadísticas, los editores eligen la mejor formulación de los títulos en función de los resultados que arrojan sus pruebas en tiempo real con los lectores. Si el titular México tiembla provoca más accesos a la noticia que Seísmo en la ciudad de México, se opta por el primero. Estas estadísticas afectan también en ocasiones al diseño y a la elección de imágenes, así como a la forma de combinarlas con el titular. El conocimiento de estos datos está haciendo que el estilo de los diarios opte por fórmulas más emocionales y menos frías que en otros tiempos, porque aparentemente son mejor recibidas por los lectores. También está influyendo mucho en la selección de temas de interés, que ahora suelen escogerse con criterios adecuados a la audiencia.
  6. Chats y otros sistemas de mensajería instantánea. La rapidez y la inmediatez características de los chats y los sistemas de mensajería instantánea explican que los mensajes que se transmiten en estos canales se acerquen a la lengua hablada y menos cuidada. De ahí que tiendan a relacionarse con lo coloquial, lo breve y lo gestual. Sin embargo, el hecho de que sean mensajes menos elaborados no debe traducirse en un uso incorrecto de las reglas lingüísticas, tanto gramaticales como ortográficas (mayúsculas, acentuación, puntuación…). Aun así, son admisibles algunas licencias, en general justificadas por la inmediatez y las posibles dificultades técnicas, como la omisión del punto de cierre (➤ @-20, b) o de los signos de apertura de interrogación y exclamación (➤ @-20, c), así como el uso de abreviaciones (➤ @-24). Además, el carácter generalmente informal de este tipo de comunicación abre la puerta a elementos como los emoticonos y emojis (➤ @-31), que son tanto más válidos cuanto más contribuyan a enriquecer el contenido lingüístico de los mensajes, así como a aclarar su significado emocional. Es habitual en muchos chats y sistemas de mensajería la aparición de bots (➤ @-46) conversacionales.
  7. Redes sociales. En las redes sociales (entre las que destacan algunas como Facebook, Twitter o Instagram) se publica y comparte información con otros usuarios. Como en otros casos, la informalidad con la que se asocian estos medios no justifica el uso incorrecto de la lengua, por lo que lo adecuado es respetar las reglas lingüísticas. En relación con cuestiones particulares de las redes, aunque el formato y las propiedades de las publicaciones pueden variar de unas a otras, se pueden ofrecer algunas recomendaciones generales:
    1. Punto de cierre de enunciado. La naturaleza generalmente oracional de las publicaciones hace recomendable el uso del punto de cierre, incluso en publicaciones cortas.
    2. Extensión. Pese a que no en todas las redes hay límite de caracteres, es preferible optar por publicaciones breves que puedan verse sin dificultad en las pantallas de los distintos dispositivos. En las redes con límite de caracteres, si en una sola publicación no cupiera toda la información, es posible repartir esta en varias. Para dejarlo claro, se pueden utilizar los puntos suspensivos al final de la primera publicación, así como al principio y final de las siguientes, o se pueden ir numerando. Para ello, se puede utilizar la barra y escribir a la derecha el número total de publicaciones y a la izquierda el número de la publicación en la que se está:
    3. Contextualización. Puesto que las publicaciones se pueden compartir y podría perderse el contexto, es conveniente que los mensajes presenten información completa y autosuficiente.
    4. Menciones y etiquetas. Es característico y válido el uso de menciones (➤ @-36) y etiquetas (➤ @-35) en las redes sociales. Algunas etiquetas son sugeridas por las aplicaciones de forma automática (lugar, hora, incluso personas) para que sea el usuario el que las dé de alta de manera pública si así lo desea.
    5. Emoticonos y emojis. Siempre y cuando se tengan en cuenta las consideraciones expuestas en @-32, se puede considerar válido y pertinente el uso de los emoticonos y emojis en las redes sociales, incluso por parte de usuarios y cuentas más formales, como sucede en los periódicos con los emojis que representan las banderas de los países. En ocasiones las redes sociales utilizan emojis especiales para acompañar etiquetas asociadas a acontecimientos deportivos de interés como unas olimpiadas o campeonatos mundiales de fútbol, pero también en elecciones y otro tipo de eventos.
    6. Imágenes como mensajes. Algunas redes sociales se basan mucho más en el vídeo y las imágenes que en los textos. Así, por ejemplo, Instagram utiliza principalmente las fotos como cuerpo principal de los mensajes acompañado del equivalente a los pies de foto y a las etiquetas correspondientes que el lector coloca para situar mejor sus contenidos en los diferentes canales temáticos.
  8. Comentarios en foros, blogs y otras plataformas. Pese al carácter informal e, incluso, en ocasiones privado e íntimo de los foros, blogs y otras plataformas similares, los comentarios que se dejen en ellos deben respetar las normas lingüísticas, lo cual no es óbice para que se puedan utilizar con especial profusión, aunque siempre en su justa medida, elementos propios de la lengua informal, como expresiones coloquiales, emoticonos y emojis o acortamientos. Además, debe ponerse especial cuidado en dejar claro a qué responde el comentario, pues la gran cantidad de entradas en los hilos puede dificultar a veces la localización de la publicación a la que se está haciendo referencia.

     

    Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
    Libro de estilo de la lengua española [en línea], https://www.rae.es/libro-estilo-lengua-española/indicaciones-particulares-para-distintos-canales. [Consulta: 30/06/2024].

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