loquinario

Diccionario histórico del español de Canarias

loquinario, ria

 

loquinario, ria. m. y f. Persona irreflexiva o alocada. U.t.c.adj.

                1876 Pérez Galdós De Oñate a la Granja (corde, s.v.): Pues temiéndome yo que aquellos loquinarios no se cuidarían del encargo que les hicimos, mandé un propio a Vitoria por las cartas, y aquí las tiene usted. 8-iii-1882 Jable (Revista de Canarias, nº 79, p.77): No tenía más que un amigo y aquel amigo había huido, y estaría cenando con alguna loquinaria, sin duda, el miserable! 1886-87 Pérez Galdós Fortunata (corde, s.v.): Ahora, ahora comprenderá esa loquinaria la diferencia que hay entre obrar ella por cuenta propia y tenerme a mí por consejera y directora. 1895 Pérez Galdós Torquemada y San Pedro (corde, s.v.): Parece mentira que siendo uno tan científico, y no teniendo pizca de poeta, se deje embaucar por esa loquinaria. 1898 Pérez Galdós Mendizabal (corde, s.v.): Por de pronto, si a ese loquinario le da la ventolera de desdeñar las cartas de su protectora, yo las recogeré cuando vengan [...].

                1903 Pérez Galdós Los duendes de la Camarilla (corde, s.v.): Tome ejemplo de mí, que he sabido dar de lado a los loquinarios y cabezas de motín, haciendo por los hombres de peso... 1904 Pérez Galdós O'Donnell (corde, s.v.): [...] yo le tenía a usted por un loquinario, y ahora resulta que es uno de nuestros primeros razonables. 22-iv-1905 Jable (Diario de Las Palmas, p.1): No sé porque (sic) se empeñan Vds., me decía una discreta dama, en traer á cuento á ese loquinario. 28-v-1909 Ibídem (p.1): Desde que en este punto se lee, profetizada por un loquinario, la sentencia del héroe, un desasosiego implacable se aferra a la imaginación. 1911 Pérez Galdós De Cartago a Sagunto (corde, s.v.): A esta loquinaria le rompo yo un hueso antes de que amanezca [...]. 1918 Reyes Serie de barbarismos (p.148): (No digáis) Loquinaria. (Decid) Locuela, atolondrada, destornillada. Ibídem (p.148): (No digáis) Loquinario. (Decid) Atolondrado, destornillado. 1924 Millares Léxico de GC (p.110): Loquinario. Lo es un joven de mala cabeza, ligero, irreflexivo, aficionado a la fiesta y al jolgorio. El calificativo es más grave cuando se aplica a la mujer. Una loquinaria es una chica que pierde la cabeza con los noviazgos y la charla de los hombres. 1925 Wagner Notas (p.82): Hay, claro está, derivaciones de palabras usuales por medio de sufijos. Loquinario 'un joven de mala cabeza', de loco, con la terminación de imaginario y similares. 1955-56 (1977) Guerra Memorias (p.80): Al pollo lo enchiqueraron en filas por ver si enderezaba unas cambas, o aplacaba cierta vena loquinaria, que al tiempo que a él lo viraba sarmiento de después de vendimia, metía su casa en un perpetuo «miserere nobis». Ibídem (p.231): Aumentaron su atractivo con la extravagante y misteriosa vida que llevaban, que en Sonia medio quedaba explicada por el brillo extraño, tirando a loquinario, de sus ojos verdosos y tremendos. Ibídem (p.240): Metidos en el embullo, ninguno se percató entonces de que la loquinaria se había impresionado con el niño y de que por señas o en voz baja se apalabraron para meternos el esquinazo. 21-viii-1956 Jable (Falange, p.2): Este «loquinario» expedido en el «paquebot», no era otro que el jovencito Carlos Baudelaire [...]. (Luis Doreste Silva). 1957 (2001) Navarro Correa Habla Valle Gran Rey (p.81): loquinario.- Individuo de poco juicio.

¨La Academia recogió por primera vez esta palabra en el drae-84, sin ninguna limitación dialectal o de uso, y en el drae-01 figura con el siguiente artículo: «(De loco y un falso sufijo nario). adj. Irreflexivo, alocado. U.t.c.s.». No está en el dale, lo cual es bastante significativo, ni tampoco en otros diccionarios como el Clave o el Dicc. Salamanca, y su presencia en el due ii o el dgile parece deberse a influencia del drae. Tampoco hay ni un solo registro en el crea académico. El uso de esta voz en Canarias ha sido general y ocasionalmente intenso, por ejemplo, en la isla de Gran Canaria, lo que nos hace pensar si no sería Pérez Galdós quien la dio a conocer a través de sus narraciones, pues resulta evidente que el novelista canario la empleó con mucha frecuencia. No todos los ejemplos del uso galdosiano se han recogido aquí, de modo que pueden verse otros varios tanto en el corde, que recopila 14 casos por uno solo del colombiano Tomás Carrasquilla, como en el libro de Pérez Vidal, Canarias en Galdós (pp.84-85). Álvarez Nazario Herencia (p.218) la incluye entre las palabras comunes a Canarias y Puerto Rico, que «son clasificaciones peyorativas del individuo dentro del grupo social».

 

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ISBN 978-84-88366-95-5 (o.c.)978-84-88366-93-1 (v.1) 978-84-88366-94-8 (v.2)

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