pajal

pajal. m. Pajar [= sitio donde se guarda la paja]. Tb. se ha usado como «establo o cobertizo».

                13-v-1771 (2011) Díaz Frías Testamentos aroneros ii (196, p.556): Item asimismo declaramos que en las casas de nuestra morada sólo me toca a mí el dicho Mateo doce pies de casa y en el pajal hecho en tres partes una, y lo mismo en la cocina y sitios y en las demás casas que tenemos aquí mismo y sitios [...]. 1774 (1955) Guerra Memorias Tf ii (p.61): [...] Santelizes que echó menos á su ahijada, arma negros, trae Partida, previene pistolas, y entra en Chasna, registra las casas, las Cajas, y las camas del Lugar, con las espadas cataban los pajales, cajas de ropa, y colchones sin perdonar la casa del Alcalde, y al fin hallan al novio.

                1837 Pereira Ordenanza de montes (p.8): Se prohibe bajo las penas mas severas el que los dueños de los prédios colindantes con los montes, prendan fuego a los rastrojos; que ninguna persona fabrique en lo sucesivo casa pajal ó choza dentro de los mismos y hasta cien varas de distancia, y con mayoría de razon, el que se lleve ó haga fuego dentro de los mismos, ni hasta doscientas varas. 7-ii-1837 Jable (El Atlante, pp.1-2): A propuesta del Sr. marques de la Fuente de las Palmas, se acordó se circule á los Ayuntamientos que la prohivicion de egecutar el corte de maderas no se entiende para las horquetas y tanchones de las viñas, maderas de parrales y latas para pajales, ni canales para conducto de las aguas de regadío y abasto público, quedando facultados los Ayuntamientos para permitir dichos cortes sin derechos algunos [...]. 8-vii-1887 Jable (Boletín Oficial de Canarias, p.2): Un partido de tierra situado en el término municipal de esta Villa: y punto denominado Higa ó San Gerónimo, conocido con el nombre de El Bucio; contiene algunos pajales ó casas cubiertas de paja para habitación de medianeros y otros usos del servicio de la finca [...].

                11-v-1912 Jable (La Opinión, p.2): Pudimos comprobar ser cierta la suposición, si bien ardieron solamente dos pajares, propiedad de unos campesinos. El fuego los redujo por completo á cenizas. Dentro de los tales pajales estaban unas yuntas y otros animales, los que con grandes trabajos pudieron ser salvados. Cerca á los pajales existen algunas casas á las que milagrosamente no se comunicó el voraz elemento, que comenzó por una de las chozas destruidas. 1918 Reyes Serie de barbarismos (p.166): (No digáis) El pajal. (Decid) El pajar. 12-vi-1928 Jable (Gaceta de Tenerife, p.2): Al Soberano le llamó la atención las típicas «chozas» o «pajales», y mostrando deseos de conocerlas visitó una de ellas.

¨Aunque el corde presenta ejemplos de autores peninsulares de los siglos xvii y xviii, el cambio del sufijo colectivo -ar por -al parece darse con mayor frecuencia en zonas dialectales meridionales. Amado Alonso (Estudios lingüísticos. Temas hispanoamericanos, apud corde) cita documentación venezolana de los siglos xvi y xvii, y es posible encontrar pajal en lugar de pajar en escritores hispanoamericanos como Ricardo Güiraldes o Miguel Ángel Asturias. En Canarias, este trueque continúa vigente, tal como aparece reflejado en el aleican ii (561 «Pajar en la casa»), en Fuerteventura, y en los variados ejemplos que ofrece el decan ii, entre ellos éste de Eff-Darwich Peña (p.162): «Don Amado Pérez apunta que durante su niñez (años 40 y primeros 50), "...casi todo era pajal... antes de yo acordarme tendrían que haber muchos más, pero yo me acuerdo de montones de pajales que había, incluso en el Batán de Abajo..."».

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