puntada

Diccionario histórico del español de Canarias

puntada

 

puntada. (Arc.). f. Punzada [= dolor penetrante]. Tb. pulmonía.

                16-ix-1562 (1982) Lobo Esclavitud (p.332, «Ajuste de cuentas entre Juan Baptista Imperial y Francisco Palomar»): Juan, mulato, enpesó a servir a 4 de henero de 61, sábado. I. A 18 de março hizo una falla. XII. A 14 de agosto hizo doze fallas, que cayó malo de puntadas.

                1612 (1988) Quirós Milagros (p.318): Y particularmente el dicho Gregorio de Alarcón tuvo una enfermedad grave, que le dio de improviso el jueves santo a la tarde, del año de mil y seiscientos y cinco; que fue un dolor grandísimo a manera de puntada o dolor de costado en el lado izquierdo, sobre la parte del brazo; que le quitaba la respiración, y cerró todas las vías naturales, para no poder expeler cosa alguna: no aprovechando para esto medicamento alguno. Ibídem (p.369): El año de mil y seiscientos y nueve, desde el principio del verano hasta la mayor parte de él, corrió en las islas Canarias una muy grave enfermedad que llaman los naturales de ellas, puntada. Dio este mal en la isla de Tenerife muy reciamente. Ibídem (pp.369-370): Venía esta enfermedad con unas calenturas pestilenciales, y un dolor muy vehemente, que es lo que llaman puntada, al modo del que tienen los enfermos de mal de costado; aunque es más recio e intenso: y no solo da en los lados, sino en otras muchas partes del cuerpo, con grandes bascas y congojas. Este fue un ramo de pestilencia; porque generalmente daba, y más a gente mal mantenida; y de ello escapaban muy pocos. Ibídem (p.407): Un mozo llamado Jacinto, del capitán Pedro de Ocampo, en el mes de mayo de mil y seiscientos y nueve enfermó del mal que entonces corría en la isla, que llaman puntada; la cual dio a este enfermo con tanta fuerza, que se tuvo por cierto no escaparía. Dióle con grande hastío, y le cerró la gargante (sic) de manera, que no podía pasar cosa alguna. 5-iv-1681 (1967) Acuerdos del Cabildo de Fv ii (178, p.112): Se reciben dos cartas del Cabildo de Tenerife [...] por noticias de peste en España. Acordaron responderlas, y habiendo habido en principios de marzo un achaque de puntada acabado el 22, y del que murieron algunas personas, se avisará a las embarcaciones.

                4-vi-1735 (2011) Anchieta y Alarcón Diario i (pp.110-111): [El] sábado, a la una del día, 4 de junio de 1735 años, murió don Diego Key, casado con Francisca Rixo, de una puntada. Enterráronlo en San Francisco. Tuvo principio de haberse mojado un cabrunco en un pie. 30/31-vii-1742 (2011) Ibídem (495, p.243): Está mala la sobrina de don José Álvarez hoy, 30 de julio de 1742, de puntada, y hoy, [día] 31, día de San Ignacio, la sangraron. 17-ii-1764 (2011) Anchieta y Alarcón Diario ii (2000, pp.344-345): Hoy viernes, 17 de febrero de 1764, me dijeron que don Luis de Castilla y Anchieta murió de pulmonía en Santa Cruz hay dos días. Era casado con una hija de don Blas del Campo. Murió este del andancio, de puntadas, y su mujer lo mismo, que habrá veintiún días, y la mujer, el día 31 de enero me dijeron que murió, con que fue dicho don Luis a la herencia, que había dejado muchas talegas dicho don Blas, y diole la dolencia y murió. 17-vii-1764 (2010) Arbelo García Al recibo de esta (p.297 [Carta de Antonia María de Arroyo, en Gran Canaria, a D. Carlos Arroyo, vecino de La Guaira (Venezuela)]): Su muerte se le originó de abérsele recogido la estilasión de la naris, pues ni esgaraba y no lo desía, tenía una puntada en el corasón y gran tristesa y no así caso de eso, digo el médico que le abría caydo el umor sobre el corasón y en el pulmón. 9-iii-1767 (1966) Acuerdos del Cabildo de Fv iii (206, p.140): Se acuerda hacer novenario a S. Sebastián, para que por su intercesión se termine la epidemia de «puntada». Se acuerda nombrar colectores en los lugares para que reciban las limosnas de los vecinos, destinadas a este fin, nombrándose y dándose comisión en esta Villa al Alcalde Mayor y al presente escribano. h1770-84 (2007) Quesada Canaria Illustrada (p.291): Hierbas. Mui Medicinales que en los Hardines se miran con los nombres de Romero: Salvia: araian o Mirto; torongil yerba sidrera &c. y en el Prado o Campaña Algafita Doradilla Lanten Almirones Borraja; Apio, Cerraguda, Culantrillo, Mellorina, Hierba de Cumbre, Orchilla &c. questas tres ultimas son estimadas la orchilla por su valor que le da la Nacion Britanica como q[uie]n la a descubierto su secreto para refinar todo genero de tintas; y criandose en las altas peñas onde se cuelgan los ombres para coxerla con peligro della vida la toma Su Mag[estad] y vende a la d[ic]ha Nacion cuia venta solamente la puede hacer su Mag[estad] y criandose en las cumbres la d[ic]ha de cumbre son eficacissimos sus polvos para curar heridas sin puntadas, solo quando es acavada de hacer, sin criar materias ni hinchar; y la mellorina estando verde y machacada y puesta sobre la herida sana y lo mismo sobre el Cardenal del Golpe. 1788 (1959) Guerra Memorias Tf iv (p.179): En 11 de Febrero se leyó en Cabildo una carta del Alcalde de Sta Cruz, en la que por padecerse enfermedad de puntada en aquel Pueblo pide licencia para que la Imagen de S.n Sebastian se pase de su Ermita á la Parroquia para que alli se haga rogativas.

                12-iv-1807 (1976) Guerra Diario i (p.335): El medianero Juan Pedro Hernández, a quien acometió con vehemencia la puntada o dolor de costado, con sólo aplicarse sobre el dolor una cataplasma de ajos y jaramagos u ortiga, ha salido felizmente, y el mismo buen efecto han experimentado con este remedio otras gentes del campo. 1828-73 (1994) Álvarez Rixo Anales del Puerto de la Cruz (p.125): Llegado el mes de junio estuvo este vecindario cuidadoso por saberse que en la isla de Fuerteventura se padecía cierto contagio de puntada peligrosa, de que habían sucumbido muchos. 1896 (1907) Millares Carta de La Habana (p.55): [...] se lo encontraron muerto en la calle hace dos noches, el pobre, que dicen que se murió de una puntada en el corazón. 1898 (1985) Millares Nuestra Señora (p.196): Después, con gran diligencia y cariño, hiciéronle beber una gran taza de infusión de ortigas y vinagrera, hierbas de valor probado para combatir las puntáas de pecho. fin. s.xix (1975) Lorenzo Rodríguez Noticias i (22, p.29): En el año de 1763 se padeció en esta isla una enfermedad al parecer epidémica, que se le designa con el nombre de Puntada, y como dice una partida de defunción del Libro 8º, folio 61v, que la puntada «andaba mezclada con sofocación»; es evidente que la tal enfermedad no era otra cosa que pulmonías.

                22-ii-1901 Batllori Siglo: La mujer, emburujada en el pañoloncillo, expuesta á un pasmo ó á una puntada, abría la puerta de la casa hiciera ó no chirote. 1901 (1985) Bethencourt Alfonso Respuestas (p.310): San Sebastián (que está en la Villa) para las puntadas de pulmonía. 24-x-1921 (1986) Quesada Crónicas (p.290): Y Fabelo entonces, piensa, que es poco importante haber estado ligeramente acatarrado, y así para dar mayor realce a su éxito responde: «No tan ligeramente. El primer día creí que tenía una puntada de pulmonía». 5-xii-1923 (1986) Ibídem (p.366): La gente, que no puede evitar el catarro, desea tener el catarro pronto. Algunos oficinistas desean empezar un lunes. Nada más terrible para este hombre amigo que sentirse la «puntada» un viernes a la noche. Esto representa un goteo nasal durante el sábado y el malestar del cuerpo todo el domingo. 1948 (1969) Guerra Cuentos ii (p.45): Ocasiones se le presentaba al canto abajo de la espalda una puntada [...].

¨Aunque el drae-01 y el dgile la cataloguen como de uso general con este mismo significado, el dea ii no lo ha registrado en el corpus que analiza, y Lerner considera que se trata de un arcaísmo conservado en América. Está documentada en Argentina, Chile, Puerto Rico y Venezuela, por Malaret; también en México, según los datos de Santamaría Dicc. mejicanismos, y en Nicaragua, según Valle. Sin embargo, el damer solo la cita para Venezuela como «Dolor intenso». Los ejemplos canarios prueban una vigencia continuada en el archipiélago.

2. Picotazo.

                1955-56 (1977) Guerra Memorias (p.256): De otra parte, el giro negro no era animal de salida, abierto y oportunista, de estos que se dicen «tardíos, pero ciertos», sino pronto en trabajar y en rebatir. Deste (sic) las pasadas, todavía en los bulliciosos y frescos revuelos primeros, ya buscaba cuando menos una puntada de oído con que disparar a su enemigo sobre las varillas, o siquiera meterlo en compás de tuntuneos.

¨Aunque el contexto hace pensar en un posible término gallero, no se encuentra recogido como tal por Pérez Corrales.

 

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