Escritura y comunicación digital

Aspectos concretos de la escritura digital

  1. Usos específicos de determinados símbolos. Hay varios símbolos que conviene reservar para usos particulares en la escritura digital. Si no lo hacemos así, estaríamos alterando al sistema y, por ello, confundiendo a los lectores. Son universales la arroba (@) y la almohadilla (#), también conocida como numeral. La primera se utiliza para las menciones (➤ @-36) en muchos programas y redes sociales, además de como símbolo que indica las direcciones de correo electrónico. La almohadilla se utiliza generalmente para convertir una palabra o un conjunto de palabras en una etiqueta, clave que puede asociarse a un enlace para recuperar todos los mensajes que la contengan (➤ @-35). Conviene reservar esos símbolos, especialmente la @ y la #, solo para los usos específicos que los distintos programas de la Red les tienen encomendados. De la misma manera, el resalte de textos mediante el subrayado debería evitarse en estos medios para que no se confunda con un enlace.
  2. Estructuras que provocan acciones. Una parte de la comunicación digital se dirige a provocar determinadas acciones en los lectores. Hay muchos casos en los que no se pretende únicamente informar o aumentar el conocimiento, sino que se busca que los lectores hagan algo más: que desde un titular vayan a una página para que amplíen la información; que, cuando acaben de rellenar un formulario, pulsen el botón adecuado para enviarlo; que, al recibir un enlace de un artículo por algún sistema de mensajería, lo abran y lean o vean el contenido… Por ello, en muchos casos, los mensajes se estructuran de una forma diferente a la de otros canales. Un mensaje, también un titular, se estructura atendiendo a tres criterios que se pueden combinar:

    llamada de atención + descripción o insinuación + + petición de acción

    Así, por ejemplo, una alerta informativa presentaría una estructura como esta:

    ÚLTIMA HORA: Accidente en la N-VI. Más información

    También un mensaje en una red social entre particulares puede tener esa estructura:

    El elemento que configura esa llamada a la acción puede ser tan sencillo como que el texto sea un hiperenlace, uso habitual en los titulares. Otras veces la llamada a la acción se hace invitando a que el lector pulse un botón, para lo que hay toda una serie de técnicas visuales y psicológicas, incluyendo la adecuada selección de palabras y frases para obtener un mejor rendimiento.

  3. Escritura y técnicas para mejorar la visibilidad de los contenidos. Los artículos y los documentos han de ser localizables con rapidez entre los millones de textos de las redes; por ello han de estar preparados para que sean fácilmente accesibles a través de los cuadros de búsqueda. Hoy, los contenidos se preparan de forma cuidadosa para ser distribuidos con facilidad en las redes sociales. Así, cualquier mínimo texto que se envía desde el teléfono móvil incluye de manera automática una gran cantidad de información que va desde el lugar y hora exacta a la que se envía hasta, incluso, el modelo de teléfono que se está utilizando. Todo esto conforma una metainformación que acompaña a cualquier elemento que circula por la Red y que es imprescindible para su correcto funcionamiento. Cuando se pulsa, por ejemplo, sobre el botón de compartir un artículo de blog o periódico en Twitter o en Facebook, el propio sistema selecciona el titular de la noticia, una pequeña descripción y, si la tiene, una imagen recortada de las que contenga el contenido compartido para que, así, pueda verse y ser más atractivo para la persona que recibe ese mensaje. Si un material no está preparado técnicamente para ser distribuido, será ineficaz al ponerlo en circulación en Internet. Muchos autores y medios digitales trabajan, además, con técnicas que en algunos casos modifican la forma convencional de escribir: son aquellas englobadas bajo el concepto de optimización para motores de búsqueda (en inglés SEO, de search engine optimization). Este conjunto de trabajos más allá de los puramente técnicos (fuera del alcance de este libro y que comprenden cuestiones como que los documentos sean lo menos pesados posible, que la versión móvil sea impecable en el aspecto técnico, que la página contenga metaetiquetas de información con buenas descripciones, etc.) inciden de forma directa en la redacción y la selección de palabras del contenido visible para los lectores. Los especialistas en SEO ofrecen recomendaciones como las siguientes:
    • Diseñar (no solo redactar) títulos que llamen la atención del lector.
    • Analizar con herramientas específicas qué palabras son las que más se utilizan para buscar los contenidos que estamos trabajando, en Internet en general y las redes sociales en particular.
    • Colocar en el título, al menos, tres o cuatro palabras clave y procurar que estas palabras estén situadas lo más al principio posible.
    • Conseguir que el título sea efectivo reduciendo las palabras que no tengan efecto en la búsqueda o no sean capaces de suscitar emociones.
  4. Carencia de ciertas grafías en la escritura digital. Por las limitaciones de algunos teclados o de algunos soportes, no siempre es posible emplear determinadas grafías del español que no son de uso general en otras lenguas, como la ñ o las vocales con tilde. Un contexto característico de estas limitaciones son las direcciones de las páginas web y los correos electrónicos, así como los nombres de usuario en las redes sociales, en las que se puede recurrir a usar la n por la ñ y las vocales sin tilde, si no hay alternativa, pero, para no dar lugar a equívocos, se recomienda evitar la sustitución en la medida de lo posible, o bien optando por otras expresiones, o bien buscando los soportes que permitan insertar estas grafías. En el caso de las vocales con tilde, si no es posible reproducirlas, es preferible prescindir de la tilde a reemplazarla por otros acentos o signos diacríticos que puedan estar disponibles, como el acento grave (`) o la diéresis (¨).
  5. Interferencia de la puntuación en la escritura digital. La escritura en medios digitales no está reñida con el correcto uso de la puntuación. Por tanto, como regla general, se deben seguir las mismas reglas de puntuación que en los demás textos (➤ O-86 y ss.). Aun así, son necesarias algunas puntualizaciones al respecto:
    1. Conflictos con la puntuación. En ocasiones, los signos de puntuación pueden interferir en el correcto funcionamiento de determinados elementos, como hipervínculos o nombres de archivos. Así, por ejemplo, un punto o una coma escritos después de una dirección electrónica pueden ser tomados por un programa como parte de dicha dirección y provocar que el enlace asignado no funcione. En casos como estos, lo más recomendable es modificar la redacción para que la puntuación no concurra con el elemento en cuestión o no suponga un problema a la hora de asignar un nombre.
    2. Punto de cierre de enunciado en mensajes bien delimitados. Muy a menudo, el espacio asignado para escribir textos en los medios digitales está bien delimitado, incluso visualmente pueden estar comprendidos entre líneas, o en el interior de elementos como globos de cómic, y los textos pueden constar de un solo enunciado, como ocurre característicamente en los sistemas de mensajería instantánea (como WhatsApp) o en los chats. Esto hace que el punto de cierre no sea imprescindible para la correcta interpretación del texto (de hecho, esta situación hace que en algunos casos el uso del punto se pueda sentir como forzado o afectado y dé lugar a interpretaciones equívocas sobre la intención del emisor). Teniendo en cuenta esto, se puede considerar válida la omisión del punto de cierre de enunciado en estos contextos específicos, pero siempre siendo conscientes de que lo más recomendable es mantenerlo. Naturalmente, no habrá que escribir punto en aquellos casos en los que es válido prescindir de él también en otros soportes, como ocurre en los títulos, las celdas de tablas, los pies de foto, etc. (➤ O-89).
    3. Signo de apertura de interrogación y exclamación. La delimitación y brevedad de los mensajes hace que los signos de apertura de interrogación y exclamación puedan ser omitidos sin que el mensaje deje de interpretarse como una pregunta o una exclamación. A esto se suma el hecho de que en muchos dispositivos es complejo acceder a las teclas que permiten insertar estos signos. En los sistemas de mensajería rápida, como WhatsApp, se considera excepcionalmente admisible, aunque no se recomienda, prescindir de los signos de apertura, siempre que quede claro dónde comienza la interrogación o exclamación. En esos casos, es preferible omitir el signo que utilizar uno de cierre como apertura: Qué tal?, mejor que ?Qué tal? Si el texto puede ser locutado por una máquina, lo indicado es emplear los signos de apertura a fin de mejorar la entonación de las voces sintéticas.

      En algunos dispositivos, para insertar el cierre de exclamación o interrogación simplemente hay que pulsar una vez, mientras que para insertar el signo de apertura es necesario mantener la tecla pulsada. En otros dispositivos es necesario ir a un teclado complementario para acceder a estos signos.

    4. Comas. Las comas son imprescindibles para la correcta interpretación de las relaciones entre los elementos de un enunciado. Por tanto, se deben utilizar siempre que sea necesario. Así, aunque sea habitual, por ejemplo, prescindir de las comas que delimitan los vocativos (➤ O-108) —como en Hola Juan—, es incorrecto hacerlo, por mucho que el mensaje sea comprensible. Tampoco se recomienda prescindir de las comas en las interjecciones repetidas (➤ O-109), como en ja, ja, ja, aunque sea habitual su escritura sin comas (jajajajaja) y se pueda considerar que las comas invitan a interpretar la risa como sarcástica. Con más razón se recomienda evitar grafías que muestren una relajación excesiva en la escritura, como jajjjajajja.
  6. La acentuación en la escritura digital. En español, deben respetarse las reglas de acentuación en todos los contextos, incluida la escritura digital, salvo que las limitaciones técnicas lo impidan. Esta recomendación incluye usos especiales como las etiquetas de Twitter, donde, además, las palabras acentuadas se reconocen perfectamente en las búsquedas. En general, el sistema acepta igual la palabra acentuada que la que no lo está.
  7. El uso de las mayúsculas. Salvo que no sea posible emplear las mayúsculas por razones técnicas, se debe respetar su uso en la escritura digital:
    1. Mayúscula a comienzo de enunciado. Se debe escribir mayúscula inicial cuando la norma lo indique, por lo que, entre otros, deben comenzar con mayúscula los mensajes de sistemas de mensajería instantánea y chats.
    2. Mayúscula en títulos. Como ocurre en los títulos de obras de creación, los títulos de los sitios web y los blogs que no se escriban enteramente en mayúsculas deben escribirse, en principio, con mayúscula inicial solo en su primera palabra cuando se empleen como tales: El rincón del vago. Lo mismo se aplica a cualquier título interno, como los de las entradas de los blogs (➤ @-40) o los de los menús de los sitios web (➤ @-39). Para el uso de la mayúscula y la cursiva o las comillas cuando se citan, ➤ @-50, b. Para el uso especial de las mayúsculas en etiquetas de Twitter, ➤ @-35, c.
    3. Escritura enteramente en mayúsculas. Aunque la escritura enteramente en mayúsculas es normal en algunos contextos (➤ O-193), un mensaje así escrito puede entenderse como un grito en la escritura digital, por lo que se recomienda optar por otros recursos para resaltar los mensajes, como la negrita (➤ T-15), las comillas (➤ O-137) o el uso de otro color o una fuente mayor para la letra.
    4. Uso combinado de mayúsculas y minúsculas. La tradición tipográfica española ha contado tradicionalmente con una división entre mayúsculas (denominadas caja alta por la posición que tenían en los cajones de los tipógrafos cuando se componía con letras de plomo) y minúsculas (caja baja). La publicidad, el diseño y los medios digitales han aumentado el uso de un nuevo tipo de caja tipográfica en la que se mezclan las dos en la misma palabra o secuencia de palabras. Muchos nombres de marcas alteran estas reglas de usos de mayúscula y minúscula: iPhone, iBanesto. Pero es la necesidad de escribir frases enteras o sintagmas entre cuyas palabras no podemos poner espacios porque no funcionarían como enlaces, etiquetas o como meros nombres de archivos lo que ha llevado a utilizar este nuevo tipo de caja, denominada en inglés camel case (‘caja camello’). Este uso mixto de mayúsculas y minúsculas no debe emplearse en la escritura normal dentro de una misma palabra: qUedaMos a lAs 4. Sobre la mayúscula interna en las etiquetas, como en #LibroDeEstilo, ➤ @-35.
  8. La cursiva y la negrita. Muchos medios no disponen de la posibilidad de usar la cursiva o la negrita para resaltar palabras. Tampoco tenemos la seguridad completa de que esa negrita o cursiva se conserven en los diferentes dispositivos. En esos casos, se puede recurrir a las comillas o el guion bajo a cada lado de la expresión para reemplazar la cursiva (➤ T-24, d), y al asterisco para reemplazar a la negrita (➤ T-24, d). Estos dos últimos recursos son más propios de los sistemas de mensajería. Para reemplazar la cursiva en los titulares de los periódicos digitales, se usan las comillas simples (➤ T-24, c).
  9. Las abreviaciones. La limitación de caracteres por un lado y la necesidad de rapidez o inmediatez por otro justifican el uso de abreviaciones en los medios digitales. Estas abreviaciones se crean empleando procedimientos similares a los de las abreviaturas y siglas, pero, a diferencia de estas, se escriben generalmente sin puntos y en minúsculas: q (por que) tqm (por te quiero mucho), salu2 (por saludos), etc. Muchas de estas abreviaciones son de conocimiento general y su uso no representa un problema; para las que no son generales, es conveniente asegurarse, como ocurre con las abreviaturas, de que son de fácil comprensión. En cualquier caso, no hay que olvidar que estas abreviaciones son propias de los registros informales, por lo que en ningún caso debe extenderse su uso a registros más formales, ni siquiera cuando la limitación de caracteres suponga un problema. En esta última situación, sería preferible optar por las abreviaturas (➤ O-226) o por una redacción alternativa en caso de que fuera necesario reducir el número de caracteres.
  10. Escritura en cifras. La necesidad de presentar la información de una forma visual, breve y concisa, propia de los medios digitales, justifica en muchos casos la escritura en cifras de los números en contextos en los que habitualmente se recomendaría la escritura en palabras (➤ O-240). Por tanto, es normal y válido emplear cifras en medios que limitan los caracteres (como Twitter), así como en contextos en los que prime lo visual, como en los títulos de páginas web y blogs o en las publicaciones en redes sociales:

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    Es importante tener en cuenta, además, que la escritura recomendada de los números, como el uso del espacio en lugar de los puntos para separar los bloques de tres dígitos (➤ O-245), puede chocar con las propiedades de determinados soportes digitales, lo que puede hacer que los números no se procesen adecuadamente. En estos casos, lo indicado sería prescindir del espacio.

  11. Reflejos de la comunicación oral en la escritura digital. La naturaleza conversacional y cercana propia de los medios digitales, principalmente en las plataformas más privadas, tiene como consecuencia la abundancia de elementos propios de la comunicación oral. El uso de estos elementos se puede considerar admisible en registros informales, donde imperan la familiaridad y la inmediatez, pero de ninguna manera debe extenderse a registros más formales. En relación con estos elementos, se pueden destacar las siguientes cuestiones concretas:
    1. Expresiones no generales. Si bien es posible resaltar las creaciones personales o familiares, los regionalismos o los neologismos con comillas (➤ O-137) o cursiva (➤ T-11), esto no es necesario si el contexto permite entender a los lectores cuál es la naturaleza de esas expresiones. Además, el hecho de que puedan no estar recogidas en el diccionario no implica que su uso sea necesariamente incorrecto (➤ D-5 y ss.). Al uso de estas formas se suma el de variantes de palabras a las que se les aplican recursos propios de registros familiares e informales en general. Destaca el uso de elementos que suavizan o dan un toque informal, familiar e incluso infantil a expresiones comunes, como el uso de -i o -is en la terminación de las palabras (holi, guapi, okis…) o la adición de una -p en casos como sip o nop. Estas creaciones se deben utilizar con mesura y prestando especial atención al registro del interlocutor.
    2. Alargamientos. La expresividad de la conversación se refleja muy a menudo por medio del alargamiento de ciertos elementos en la escritura:

      Holaaaaa

      ¡Muchas felicidadeeeees!

      Perdóóóóón

      Se explica la escritura de estos elementos, cuyo uso se considera válido en contextos informales, en O-57 y O-83.

    3. Omisión de sonidos. La omisión de sonidos, propia de la expresión oral, se muestra de forma habitual en los medios digitales. Si son propias del registro del mensaje, no es necesario resaltar las expresiones que muestren elementos omitidos. Conviene recordar, además, que el apóstrofo solo se utilizará cuando la elisión se produzca por la confluencia de dos palabras (➤ O-177, a). Así, no se usará el apóstrofo en casos como comprao (por comprado), tengo de to (por tengo de todo) o no vale pa na (por no vale para nada), pero sí en casos como m’apetece (por me apetece) o ven p’acá (por ven para acá).
    4. Pronunciaciones desviadas. Es común la sustitución excepcional de sonidos en ciertas palabras para reflejar la pronunciación que se les da a esas palabras en determinadas circunstancias especiales, generalmente imitando un tono característico que refleja la actitud del hablante. En esos casos es posible utilizar las grafías que mejor reflejen esa pronunciación, como en par favar (en lugar de por favor) para indicar displicencia, en Hulio (en lugar de Julio) para mostrar la aspiración de la h o en Ni si dibi siltir i li piscini (en lugar de No se debe saltar a la piscina) para reflejar el tono puntilloso o petulante del que habla. Se pueden añadir a estos los casos en los que se representa una pronunciación propia de contextos íntimos o familiares, como en chí por . La intención irónica y humorística también hace que algunas veces se escriban las palabras en una especie de escritura fonética. No se deben confundir todos estos casos, en los que hay un uso desviado consciente, con aquellos en los que se refleja indebidamente en la escritura una determinada pronunciación, como la propia del seseo: sapato. Salvo que se desee reflejar la pronunciación seseante por algún motivo, lo adecuado es mantener la grafía general independientemente de cuál sea su pronunciación: zapato (➤ P-7).
    5. Repetición de signos. Además de las letras, se pueden repetir signos de puntuación para dar expresividad a un enunciado. Esto suele ocurrir con los signos de exclamación e interrogación:

      ¡¡¡¡¡¡Vale!!!!!!

      ¿¿¿Quién eres???

      ¿¿¡¡¡Por qué a mí!!!???

      Aunque en contextos informales es admisible la repetición de ambos signos —procurando que el número de repeticiones y el orden sean los mismos a ambos lados y sin alternar el uso de los signos más de una vez (¿¿¿¡¡¡Por qué a mí!!!???, mejor que ¿¡¿¡¿Por qué a mí?!?!?)—, debe tenerse en cuenta que conviene no superar las tres repeticiones en el caso del signo de exclamación y que es preferible combinar ambos signos en lugar de repetir el signo de interrogación (➤ O-135).

    6. Onomatopeyas. La cercanía a la oralidad hace que también las onomatopeyas salpiquen la Red con grafías anómalas muchas veces inspiradas en las fórmulas de los cómics, como en ZzZzZzZzZz, para indicar sueño o aburrimiento.
  12. Ortografías disidentes y popularización. Las redes e Internet son un territorio proclive a todo tipo de reivindicaciones. Por ello es muy frecuente aquí la utilización de la ortografía con el fin de mostrar visualmente la disidencia o para llamar la atención cambiando los usos de letras y palabras. Un ejemplo es el uso de la letra k, como en okupa o en lugar de q (que); hay casi tantos ejemplos con tqm (te quiero mucho) como de tkm (te kiero mucho). Algunas veces se ven también mensajes en los que se mezclan sin ningún propósito efectivo las mayúsculas y minúsculas en una frase salvo por un intento de mostrar originalidad (➤ @-22, d). Abunda la mezcla de etiquetas, mayúsculas, la combinación de mayúsculas y minúsculas, emoticonos, emojis y URL en algunos mensajes —incluso en los emitidos por marcas comerciales y medios de comunicación, seguramente con el objetivo de atraer un público joven—, lo que transmite una imagen ruidosa, pobre y, seguramente, poco eficaz. En G-3 se explica que no se debe usar la @ para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina, al margen de los problemas que este uso de la arroba genera en el entorno digital.
  13. Omisión de palabras no significativas. La búsqueda de concisión y brevedad de los medios digitales fomenta en muchos contextos la omisión de palabras no significativas, como las preposiciones y los determinantes. En esto influye probablemente que, a la hora de realizar búsquedas, solemos emplear solo las voces significativas. Esta supresión es común en las etiquetas de redes sociales (➤ @-35), los asuntos de los correos electrónicos (➤ @-37, d) o los nombres de archivos y carpetas:

    Aunque, en general, se recomienda mantener todas las palabras, la omisión en estos casos se puede considerar admisible, siempre y cuando no ponga en peligro la comprensión de la expresión.

  14. Extranjerismos. La propensión actual a emplear extranjerismos (➤ O-235) se ve intensificada en los medios digitales, sobre todo por la necesidad de nombrar las nuevas realidades que trae consigo la tecnología. A pesar de que el uso de extranjerismos no se puede considerar incorrecto, se recomienda buscar siempre una alternativa adecuada en español y, en caso de no encontrarla, optar preferentemente por la adaptación de las formas extranjeras. Si aun así se deseara mantener el extranjerismo, este deberá marcarse en cursiva o entre comillas si no es posible emplear la cursiva (➤ T-12, a). Con el fin de reducir el número de extranjerismos, se presentan alternativas a muchos de ellos en el glosario.
  15. El uso del asterisco para rectificar. En los medios en los que no es posible editar los textos una vez publicados (sobre todo en redes sociales como Twitter y en los sistemas de mensajería), es aconsejable añadir, en caso de que se encuentre una errata o una falta de ortografía, otro mensaje a continuación con la forma correcta acompañada de un asterisco. Este puede situarse tanto delante como detrás de la forma corregida, que puede ser simplemente la expresión o el mensaje completo (si es breve), pero siempre unido a ella:

     

    Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
    Libro de estilo de la lengua española [en línea], https://www.rae.es/libro-estilo-lengua-española/aspectos-concretos-de-la-escritura-digital. [Consulta: 30/06/2024].

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