7 Ortografía de expresiones que plantean dificultades específicas

7.1 Ortografía de las expresiones procedentes de otras lenguas

Se denominan extranjerismos o préstamos las voces que una lengua toma de otras, tanto si sirven para nombrar realidades nuevas como si entran en competencia con términos ya existentes en la lengua receptora.

Los extranjerismos suelen recibir una denominación particular dependiendo de su lengua de procedencia: son anglicismos los provenientes del inglés; galicismos los tomados del francés; italianismos, los del italiano; arabismos, los del árabe, etc. En concreto, se denominan latinismos las voces tomadas del latín en un momento posterior al de la formación del castellano. Tradicionalmente se venía otorgando un tratamiento ortográfico especial a estas voces por provenir de una lengua muerta que, además, es la lengua madre del español. A partir de ahora, sin embargo, se entiende que los latinismos son plenamente asimilables, en su tratamiento ortográfico, a los extranjerismos procedentes de otras lenguas y, por lo tanto, se regirán a todos los efectos por las mismas reglas.

La introducción de extranjerismos, en cuya lengua de origen son distintos los criterios de correspondencia entre grafía y pronunciación, supone, en principio, un factor desestabilizador para nuestro sistema ortográfico. Por ello, a lo largo de la historia se observa la tendencia de los préstamos a acomodarse, en su pronunciación y su grafía, a los patrones característicos de nuestra lengua: árabe hispano azzáyt > aceite; fr. jardin > jardín; it. canaglia > canalla; alemán Kobalt > cobalto; lat. aequatĭo, -ōnis > ecuación; ingl. football > fútbol; fr. tatouage > tatuaje; lat. status > estatus, etc. Esta tendencia tradicional se mantiene hoy, apoyada por instituciones normativas como la Asociación de Academias de la Lengua Española, que procura orientar los procesos de adopción de extranjerismos para que su incorporación responda, en lo posible, a nuevas necesidades expresivas y se produzca dentro de los moldes propios de nuestro idioma. Pese a ello, algunos vocablos de procedencia extranjera, a menudo de difusión internacional, parecen presentar cierta resistencia a los procesos de adaptación, como es el caso de ballet, jazz, pizza, rock o software, extranjerismos crudos o sin adaptar, cuya condición de tales debe reflejarse gráficamente cuando se incluyen en textos escritos en español.

Se explica a continuación el distinto tratamiento que debe dispensarse en los textos españoles a los extranjerismos que permanecen crudos o sin adaptar (→ págs. 159-160 y 161-162) frente a los que se acomodan a nuestra lengua (→ págs. 160-161). Finalmente, se detallan las grafías ajenas al sistema ortográfico del español que deben modificarse para que se considere adaptada la voz extranjera que las contiene (→ págs. 162-165).

 

Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
Ortografía básica de la lengua española [en línea], https://www.rae.es/ortografía-básica/ortografía-de-expresiones-que-plantean-dificultades-específicas/ortografía-de-las-expresiones-procedentes-de-otras-lenguas. [Consulta: 30/06/2024].

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