portaescopeta

Se documenta por primera vez, con la acepción 'correa o funda que sirve para llevar la escopeta colgada del hombro y sobre la espalda', 1844, en el "Parte recibido en el ministerio de Guerra", en El Católico (Madrid). Únicamente se atestigua como 'mueble donde se almacenan las escopetas' en 1900, en el artículo "Labores artísticas" en La Última Moda (Madrid). Como 'persona que lleva una escopeta' se registra a partir de 1909 en la novela por fascículos firmada por N. Rodríguez de Celis y titulada Corte Hafid publicada en La Correspondencia de España (Madrid). Por último, como 'compartimento de un vehículo en el que se llevan escopetas' se atestigua en 1992, en una promoción de motos todoterreno publicitada en el Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife).