solajero

Diccionario histórico del español de Canarias

solajero, ra

 

solajero, ra. m. y f. Sol o calor muy intenso.

                c1860 Pérez Galdós Voces (p.134): Solajero.

                1907 Guerra Mar afuera (p.89): Lo mismo que cubrirla, en los días de solajero, con la vela para que el calor no hiciera crugir el maderamen. 1908 (1978) Guerra La Lapa (p.68): Muy pocos ratos tenía de descanso. Día y noche, si había molienda, trabajaba, como dando ejemplo a aquellos galibardos del campo y a los solajeros de playa, que las noches se las pasaban roncando y las mejores horas del día durmiendo al sol o al socaire de las barcas varadas en la ribera. Ibídem (p.72): Bien sospechaba el padre dónde perdía las horas Martín. Ni regaños, ni golpes eran bastantes a contener sus aficiones de solajero de playa. 1911 Guerra Junto al brocal (p.57): ¡Con este solajero! ¡Si se asan las piedras! 24-viii-1926 Jable (La Provincia, p.3): En los tendidos del naciente y del sur la masa humana parecía inmovilizada entre la apretura y el rigor del «solajero». 1932 Millares Cómo hablan los canarios (p.146): Solajero. En los días de verano, despejados y ardientes, nunca falta la exclamación: ¡Fuerte solajero hace! 1944 Jordé Al margen del vocabulario (p.35): Se dice: [...] solajero por solanera. 1953 (1967) Puerta Monólogos (p.42): Por fin agarré un asiento/ en lo alto una iscalera/ y sudé la gota gorda/ con la fuerte solajera. 1955 Jiménez Mitos (p.27): En la práctica de sacar el sol de la cabeza, por solajero, apreciamos un pensamiento asociativo. 1955-56 (1977) Guerra Memorias (p.127): El personal no se bañaba entonces, como hace ahora, lagarteando en las orillas bajo el solajero, hasta melar con tono de tirijala la piel entera casi [...]. 18-viii-1958 Jable (Aire Libre, p.5): Claro es que si el «solajero» no nos tuviese subidos de temperatura, tenemos motivos más que sobrados para estar más altos de los 37 grados centígrados, especialmente en lo que se refiere a la célebre regata de barcos de altura [...]. 1959 (1960) Hernández Martín Sancocho (pp.16-17): Pero como cada uno come en su casa si tiene, aprovecharon lo del modernismo para refrescar la calentura que tenían del solajero que habían cogido durante el día que las tenía medio empardelás, yendo a parar bajo la sombra de unos almendreros. Ibídem (p.91): Anduvo golisniando de un lao pá otro, y allá que le paresió que eran las nueve y media, trincó su cordero, y cuasi se le cae de las manos cuando vio salir del hotel a una vieja chacarona y tóa desonesta, del braso de un viejo tan cuartiao que si lo tienen mucho tiempo al sol, se raja como la tierra resién regáa, con el solajero.

¨La palabra está en Alcalá Venceslada como adjetivo «referente al sol» y también en el dialecto canario de Luisiana con el valor de «Tiempo con mucho sol y sin viento» (Alvar, p.203). Puede pensarse en un andalucismo más en Canarias, pero también es factible suponer que la voz se formó en ambos lugares, de forma independiente. Es palabra viva actualmente, de la que el crea no ofrece ejemplos, mientras que el corde se limita a reproducir algunos testimonios extraídos de la obra de Guerra Navarro. En Samper Padilla (p.504), bajo el epígrafe «Sol muy caliente», aparece solajero como respuesta de un informante. El femenino solajera es menos frecuente.

 

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ISBN 978-84-88366-95-5 (o.c.)978-84-88366-93-1 (v.1) 978-84-88366-94-8 (v.2)

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