7 Ortografía de expresiones que plantean dificultades específicas

7.2 Ortografía de los nombres propios

7.2.3 las transcripciones de nombres propios procedentes de lenguas que no utilizan el alfabeto latino en su escritura

Muchos de los antropónimos y topónimos extranjeros proceden de lenguas que no utilizan el alfabeto latino, por lo que su reproducción en nuestra lengua pasa, en primer lugar, por convertirlos a los caracteres de nuestro alfabeto.

La existencia de diversos sistemas de transcripción, que habitualmente establecen sus equivalencias de acuerdo con los rasgos del inglés y del francés, ha dado lugar a que circulen en el uso formas diversas que no se adecuan por completo al sistema ortográfico del español.

Por ello, la recomendación general es que aquellos nombres propios cuya forma corresponda a una transliteración ajena a las pautas de nuestra lengua se adapten enteramente a la ortografía española, alterando en la menor medida posible el reflejo de la pronunciación original y respetando nuestro sistema de correspondencias entre grafías y fonemas: Daguestán (por Daghestan), Hasán (por Hassan), Kioto (por Kyoto) o Yibuti (por Djibouti).

Las voces resultantes de las transcripciones se consideran adaptaciones, ya sean parciales o totales, a nuestro sistema de escritura, por lo que deben someterse a las reglas de acentuación gráfica (→ págs. 38-44): Dubái, Shanghái, Taipéi, Fiódor, Yangtsé, etc.

     

    Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
    Ortografía básica de la lengua española [en línea], https://www.rae.es/ortografía-básica/ortografía-de-expresiones-que-plantean-dificultades-específicas/ortografía-de-los-nombres-propios/las-transcripciones-de-nombres-propios-procedentes-de-lenguas-que-no-utilizan-el-alfabeto-latino-en-su-escritura. [Consulta: 30/06/2024].

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