Cómo aprovechar el diccionario

El Diccionario de la lengua española (DLE)

Expresiones que no están en el diccionario

  1. ¿Por qué no todas las expresiones correctas están en el diccionario? Son varios los motivos por los que algunas palabras y expresiones de uso válido no se recogen en el diccionario. La inclusión de una determinada expresión puede considerarse innecesaria por diversas razones:
    • por ser una forma cuyo significado se puede deducir fácilmente a partir de los elementos que la componen, los cuales sí están en el diccionario (➤ D-6);
    • por ser una forma de uso restringido, ya sea a una determinada disciplina (➤ D-7), ya a una determinada zona (➤ D-8);
    • por ser una expresión de creación reciente que aún no se ha asentado en español (➤ D-9), algo que ocurre con numerosos extranjerismos (➤ D-10);
    • por ser un nombre propio (➤ D-11).
  2. Palabras de significado fácilmente deducible. Sobre todo por razones de espacio, pero también de manejabilidad, no es aconsejable que el diccionario incluya todas las palabras que se pueden construir en español a partir de elementos más simples. De ahí que no aparezcan muchas palabras de significado fácilmente deducible a partir de sus componentes, los cuales sí están definidos en el diccionario. De estas palabras que no se presentan, en principio, como lemas en el diccionario o, lo que es lo mismo, de aquellas que no cuentan con entrada propia, cabe destacar las siguientes:
    1. perros, amigas, verdes. Frente a lo que ocurre con las formas del singular, tanto masculinas como femeninas (libro; mesa; perro, rra; amigo, ga; verde…), no tienen entrada propia las formas de plural de los nombres y los adjetivos, como libros, mesas, perros o perras, amigos o amigas, o verdes. Pueden, en cambio, encabezar una entrada los nombres que se usan exclusiva o principalmente en plural, como arras, víveres o expresiones como rayos X. Igualmente, tienen entrada propia los plurales de algunos artículos, determinantes y pronombres, generalmente cuando su forma no es enteramente predecible: aquellos (de aquel ), los (de el ), ellos (de él )…
    2. comió, diré, aprovechábamos. No cuentan con entrada propia las formas conjugadas (comió, diré, aprovechábamos), pues los verbos se definen bajo la forma de infinitivo (comer, decir, aprovechar…). Menor razón aún habría para que contaran con entrada propia las formas verbales combinadas con pronombres (vistiéndome, díselo…; ➤ G-72), ni siquiera cuando se combinan con un infinitivo (callarse, comprarte, iros), salvo en el caso de los verbos exclusivamente pronominales, como arrepentirse o jactarse, que se presentan bajo el infinitivo combinado con se (y no con otras personas del pronombre: arrepentirme, arrepentirnos…). Naturalmente, también podrán aparecer como entradas internas las formas verbales conjugadas y con pronombres que formen parte de locuciones o expresiones, como en si te he visto no me acuerdo o en no tenerlas alguien todas consigo.
    3. reusar, sorprendentemente, gatito. Dado que el diccionario incluye entradas de prefijos y sufijos (➤ D-22), como re-, anti-, in-, des-, -ero, -ista, -able, -ecer o -ear, es posible entender el significado de las palabras derivadas de otras por medio de estos elementos, sin necesidad de que dichos derivados estén en el diccionario. A pesar de su ausencia, los derivados serán válidos siempre y cuando respeten las reglas de formación del español, como ocurre en casos del tipo de reusar ‘volver a usar’ (de re- y usar), deshabilitar (de des- y habilitar), reclamable (de reclamar y -able), carroñear (de carroña y -ear)… Destacan especialmente entre estos elementos:
      1. Los adverbios en -mente. Puesto que el diccionario ya contiene una entrada para -mente y para el adjetivo sobre el que se construyen estos adverbios, no es necesario que se recojan todos. De ahí que no aparezcan, por ejemplo, sorprendentemente o anónimamente. Suelen incluirse los que se consideran más relevantes y los que tienen un significado no esperable.
      2. Los diminutivos, aumentativos y superlativos. Puesto que las terminaciones para formar diminutivos (➤ G-34), aumentativos y superlativos (➤ G-39), como -ito, -ón e -ísimo, ya figuran en el diccionario, no es necesario que las formas que se puedan crear con ellos se recojan. Por eso no aparecen palabras como gatito, cochazo o riquísimo. Sí aparecen aquellas que tienen un significado especial o una forma no predecible: mesilla ‘mesa de noche’, camisón ‘prenda de dormir femenina’, generalísimo ‘jefe de los generales del Ejército’ o comilona ‘comida muy abundante’. Con entrada propia también figuran algunos superlativos no regulares, como fortísimo (de fuerte) o crudelísimo (de cruel ).
    4. friegasuelos, arboricidio. Las formas compuestas bien formadas a partir de elementos incluidos en el diccionario pueden considerarse igualmente válidas aunque no se registren en él. Es, por tanto, correcto el uso de compuestos como friegasuelos, arboricidio, turismofobia, elevamuebles, heptacampeón o socioambiental.
  3. Tecnicismos. No incluye el diccionario muchos de los tecnicismos (voces técnicas empleadas en el lenguaje de un arte, de una ciencia, de un oficio, etc.) que no han pasado al uso general y que no emplean personas ajenas a la disciplina a la que pertenece el término. Por ello, no aparecen muchas palabras específicas de la medicina, el derecho, la lingüística y otras disciplinas, lo cual no quiere decir que no sean de uso válido en la especialidad correspondiente, e incluso en la lengua general si se extendieran.
  4. Regionalismos. Son muchas las expresiones de uso exclusivo en el español de algunas zonas. El diccionario recoge solo algunas de ellas, indicando con una marca el lugar donde se usan (➤ D-17): Alb. (por Albacete) o Par. (por Paraguay), por ejemplo. Que haya regionalismos ausentes del diccionario no quiere decir que sean incorrectos.
  5. Neologismos. Trata el diccionario de recoger exclusivamente las palabras y acepciones de nueva creación que se consideran extendidas y asentadas en el uso de los hablantes. De ahí que muchos neologismos de creación muy reciente no generalizados deban esperar para poder incorporarse al diccionario. Es lo que ocurre con palabras, a menudo coloquiales, como juernes, machirulo, brillibrilli… Como en otros casos, su ausencia del diccionario no implica que su uso sea incorrecto, pero ha de tenerse en cuenta que, dada su novedad, pueden no ser entendidos por el interlocutor.
  6. Extranjerismos. En la actualidad es muy frecuente el uso de extranjerismos crudos (➤ O-235) en español, muchos de los cuales no aparecen en el diccionario, dado que la mayoría son de empleo reciente y no consolidado. Pese a esto y aunque se recomienda siempre buscar una alternativa en nuestra lengua, es posible que algunos extranjerismos crudos se asienten en el uso, lo que puede propiciar que el diccionario los acoja. En esos casos el lema va en cursiva (➤ T-11). Ejemplos de ello son software, pizza o parking.
  7. Nombres propios. Por regla general, los nombres propios no figuran en el diccionario, pues no hacen referencia a conceptos que se puedan definir, sino a entidades que, en todo caso, se pueden describir. En general, solo cuando forman parte de otras construcciones pueden los nombres propios figurar en el diccionario, en algunos casos con entrada propia para facilitar su localización. Así, por ejemplo, el diccionario cuenta con una entrada para Antonio, que remite directamente a cruz de san Antonio (‘cruz que solo consta de tres brazos, con un asa o anilla en lugar del brazo superior’):

    Antonio

    cruz de san Antonio

  8. cocreta. Que el diccionario registre algunas formas vulgares como almóndiga (➤ D-14) no implica que en él deban figurar todos los vulgarismos presentes en el uso, principalmente si son de reciente creación y no han pasado siquiera a los registros informales del habla culta. Por eso no aparecen en el diccionario formas como cocreta, mondarina o fragoneta, claros vulgarismos rechazados en la lengua general.
     

    Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
    Libro de estilo de la lengua española [en línea], https://www.rae.es/libro-estilo-lengua-española/expresiones-que-no-están-en-el-diccionario. [Consulta: 30/06/2024].

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